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Sumar secunda al PSOE ante la Junta Electoral para forzar la revisión del voto nulo
La JEC decide hoy si ordena un nuevo escrutinio en Madrid al que se opone el PP en sus alegaciones
La pugna del PSOE por recuperar un escaño clave en Madrid que el recuento del voto de los españoles residentes en el extranjero le arrebató en beneficio del PP se dirime hoy en la Junta Electoral Central (JEC), que debe decidir si ordena un nuevo escrutinio de más de 30.000 votos nulos en la comunidad autónoma. Lo hará después de estudiar los argumentos socialistas y las alegaciones que han llegado hasta la sede del organismo de control electoral.
Según ha podido LA RAZÓN, solo dos formaciones han presentado alegaciones: el PP lo ha hecho para oponerse a la revisión de esos votos nulos, mientras que Sumar ha solicitado a la Junta Electoral que corrija la decisión de la Junta Electoral Provincial de Madrid (que dio un portazo a la solicitud socialista) y ordene recontarlos de nuevo. Además, según esas mismas fuentes, el propio PSOE ha presentado un nuevo escrito en las últimas horas (el periodo para presentar alegaciones concluyó el sábado) ampliando su argumentación para conseguir que se repita el escrutinio (una incidencia que mantiene paralizada la entrega de las actas a los diputados electos por Madrid).
Como ya informó este periódico, los antecedentes en la JEC no son demasiado halagüeños para el PSOE, puesto que la Junta Electoral se ha negado con anterioridad a autorizar la revisión de votos con carácter general a no ser que existan indicios de irregularidades en el recuento realizado por las distintas mesas electorales y validado posteriormente por las juntas de zona. En varias resoluciones, la JEC ha dejado claro que la vía de recurso que habilita el artículo 108.2 de la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (Loreg) no supone que el organismo tenga que convertirse en una «Junta escrutadora», insistiendo en que el mero hecho de que una formación se haya quedado a escasos votos de conseguir un escaño no habilita un segundo escrutinio.
No cabe "una impugnación general"
El pasado junio, por ejemplo, la JEC rechazó un recurso de Vox para que se repitiera el escrutinio de los votos nulos en Barcelona capital (en busca de un tercer concejal en el Ayuntamiento, del que les separaban 1.500 votos). Una pretensión, por cierto, a la que entonces se opuso el PSC.
La JEC ha venido advirtiendo de que ese recurso «no puede convertirse en una impugnación general del escrutinio, práctica que ha sido reiteradamente rechazada por esta Junta Electoral Central».
Pero los socialistas se aferran a una sentencia del Tribunal Constitucional de 2015 en la que la corte de garantías estableció que no se puede poner cortapisas a la revisión de los votos si esa posibilidad no está prohibida por ley, algo que no apreciaba en la Loreg. «Si la ley ordena conservar esos votos», argumentó entonces, «ello ha de ser, por fuerza, para permitir en algún momento posterior la revisión y examen de esos votos; de todos, aunque no hubieran sido impugnados ante las mesas».
El TC puso en valor el ejercicio pleno del derecho de representación política e insistió en que solo puede limitarse por ley. «Y precisamente por ello», subrayó «debe ser rechazada» cualquier limitación, no amparada legalmente, en el ejercicio del derecho de sufragio pasivo, «que incluye el acceso a los mecanismos de revisión establecidos por el legislador».
Disputa por un escaño clave
La pelea por ese escaño es capital para el PSOE, pues su pérdida en el recuento del voto extranjero alteró el equilibrio de fuerzas entre los dos bloques. Con ese diputado de más en Madrid, PP y Vox suman 170 diputados, que unidos a los dos de UPN y Coalición Canaria (el respaldo de la formación insular está todavía en el aire) arrojan 172, uno más que los 171 votos que conseguirían reunir PSOE, Sumar, ERC, PNV, Bildu y BNG. En ese escenario, Pedro Sánchez necesitaría al menos el apoyo de dos de los siete parlamentarios de JxCat, el partido de Puigdemont (que insiste en la amnistía y el referéndum independentista como moneda de cambio) para sacar adelante su investidura. A Alberto Núñez Feijóo, por contra, le valdría con el apoyo del PNV (que por ahora le niega) en primera votación o, sin él, con la improbable abstención de Junts en segunda (cuando el candidato solo necesita sumar más síes que noes para resultar investido presidente del Gobierno).
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