
Estrategia
Sánchez activa la maquinaria de Moncloa contra Ayuso y Moreno
Pone en la diana de sus ataques a Andalucía y Madrid, dos feudos clave para las próximas generales

Pedro Sánchez tiene en el punto de mira dos territorios: la Comunidad de Madrid y Andalucía. Dos de las mayorías absolutas del PP a nivel territorial y dos líderes, Isabel Díaz Ayuso y Juanma Moreno, respectivamente, que han conseguido aplacar a Vox con dos formas de hacer política diametralmente opuestas. Aquí no opera la «alerta antifascista» que la Moncloa activa cada vez que quiere desgastar al PP, no hay dependencia de la extrema derecha, por lo que el Gobierno se ve obligado a perfilar algo más sus argumentos para confrontar con sendos dirigentes. Ambas comunidades están en la diana del presidente y la estrategia de oposición se diseña y despliega desde hace meses desde La Moncloa, percutiendo en aquellas cuestiones que son susceptibles de generar un conflicto, porque las competencias están transferidas.
La última andanada la pronunció este mismo lunes Sánchez a cuenta de las universidades. Pero no es la primera vez, también respecto a impuestos, educación o la reorganización de los menores migrantes, estos dos territorios son el blanco de la estrategia estatal. En su planteamiento de trazo grueso sobre la necesidad de mejorar la calidad y el rigor de los centros de enseñanza superior privados, algunos de los cuales tildó de «chiringuitos», trató deliberadamente de poner el foco en Andalucía y la Comunidad de Madrid como dos de las regiones en las que se ha descuidado a la pública. De Madrid recordó que desde 2016 ha «recortado un 30% la subvención a las universidades públicas. Da igual que se creciera más o menos económicamente, lo que se ha hecho es recortar»- Y de Andalucía censuró que el presupuesto universitario «lleva seis años congelado». Solo citó a estas dos regiones, pese a que el PP gobierna en otra decena de ellas más.
Y esto, porque se identifican estos dos bastiones como feudos clave para las próximas generales. Andalucía, porque tras haber sido durante cuatro décadas el pulmón electoral socialista ha dejado de insuflar oxígeno al partido en las urnas. La Comunidad de Madrid, a la que fuentes socialistas asimilan a «un agujero negro», porque consigue recortar al PSOE la ventaja en votos que consigue sacarle al PP en otros puntos de la geografía, como, por ejemplo, Cataluña.
En la sala de máquinas monclovita hace tiempo que tienen claro que necesitan reforzar su posición y por ello se promovió la renovación de sendos liderazgos, con la salida de Juan Espadas y Juan Lobato, y dando entrada a dos personas de la máxima confianza de Sánchez: María Jesús Montero, su número dos en el Gobierno y en el partido; y Óscar López, su exjefe de Gabinete. El presidente está dispuesto a elevar la apuesta porque considera que son la principal amenaza a desactivar para revalidar el poder a nivel nacional en las próximas elecciones.
La confrontación directa con Isabel Díaz Ayuso es ya un básico. Moncloa y Sol se han tomado la medida y se lanzan invectivas cruzadas, conscientes de que en este fuego cruzado ambos activan a sus electorados. Desde el Gobierno se ubica a la Comunidad de Madrid como antagonista en la gestión y en el modelo y sus discursos se retroalimentan. La línea argumental y defensiva del presidente es que «las autonomías gobernadas por la derecha no han dedicado los recursos transferidos por el Estado a los ciudadanos, sino a aumentar los contratos de unas pocas empresas y a financiar sus regalos fiscales a los más ricos». «Así no se defiende la igualdad entre españoles», señalan fuentes cercanas a Sánchez.
Aunque el cruce de reproches –incluso insultos– con Ayuso sea ya habitual, en los últimos meses, Moncloa ha reparado en otro dirigente popular como blando de sus dardos: Juanma Moreno. Fuentes socialistas atacan con cierta asiduidad al presidente andaluz, tratando de nacionalizar el desgaste a Moreno. Esto, pese a que las encuestas que manejan dejan a los socialistas muy lejos de poder disputarle la mayoría absoluta. Desde el Gobierno se airean con relativa frecuencia las «irregularidades» en los contratos sanitarios de la Junta en pandemia. Los socialistas ya presentaron una denuncia por la contratación irregular, utilizando los mecanismos de emergencia durante la Covid. También se enfrentaron a cuenta de la educación pública de 0 a 3 años.
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