Elecciones europeas
Cierra la campaña mientras Sánchez y Feijóo distorsionan sus tracking para seducir a más votantes
Los partidos cierran la campaña y apuran sus últimos movimientos tácticos en la "cocina" electoral de Sánchez y Núñez Feijóo para movilizar a su electorado. La clave, cómo se manejan las expectativas.
La campaña de las elecciones europeas ha llegado a su fin. Los dos principales partidos han convertido el recuento del domingo en un plebiscito en clave nacional, en el que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se miden sus liderazgos en el terreno doméstico. El presidente del Gobierno pretende que, si pierde por poco con respecto al PP, pueda salir a decir que estas elecciones son la confirmación de que, pese a las "campañas" de jueces y medios de comunicación no afines, ha conseguido el aval de los españoles para seguir en Moncloa hasta que se acabe la Legislatura, otra cosa es que siga como hasta ahora, sin poder gobernar. Mientras que el PP, por contra, pretende salir el domingo por la noche a decir que la extrapolación de los resultados electorales a unas elecciones generales, con la asignación de escaños por provincias, confirma que hoy al PP ya no le faltan los cuatro escaños que sí le faltaron en las generales de julio para poder gobernar. La contraposición que harán será entre el bloque de la derecha y de la izquierda, para poder sostener que esa extrapolación de escaños indica que hoy sí es ya posible un cambio de gobierno.
Moncloa está inflando sus tracking y rebajando en público el temor que tienen a que el "caso Begoña Gómez" incida en la desmovilización de su electorado precisamente para generar la expectativa de que esto es un nuevo plebiscito contra la derecha y la extrema derecha en el que el votante de izquierdas debe actuar como soldado leal que acude a las urnas. Moncloa juega al alza sobre los datos que tiene. El PP ha aprendido la lección con respecto al pasado mes de julio y ha optado por centrar el mensaje de estas últimas horas en un ejercicio de prudencia, y hablar de empate. Los datos de Moncloa son más negativos de lo que dicen, y en Génova, por contra, la evolución de esta última semana es más positiva de lo que se traslada- Pero la participación será determinante, y las encuestas son menos fiables que en otras contiendas electorales.
Ante la estrategia socialista de fiarlo todo a quedar cerca del PP, desde el equipo de campaña del PP recuerdan que su mayor victoria en este siglo fue por 3,4 puntos, y que en 1999, antes de la mayoría absoluta de José María Aznar, lo hicieron por 4,4 puntos. Hace cinco años el PP perdió por casi 13 puntos.
En cualquier caso, todo los esfuerzos que los partidos hagan el domingo por conducir el relato de la interpretación del resultado electoral pasará a un segundo plano el lunes en cuanto en Cataluña afloren las negociaciones para nombrar la nueva Mesa del Parlamento catalán, órgano de gobierno de la Cámara, y que en su constitución dará las primeras señales de lo que puede pasar después de las últimas elecciones autonómicas con la conformación del gobierno. Ojo! Porque si el independentismo controla la Mesa, como dicen que quieren hacer, la posibilidad de que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat se hará más difusa. Y atención también por ese mensaje que circula y que dice que, visto lo visto, la aplicación de la amnistía sería más fácil para los líderes independentistas con un gobierno del PP que con el del PSOE.
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