Vizcaya, la provincia más poblada y con 945.874 electores censados, es, además el bastión de los líderes del PNV, ya que su gran mayoría (Imanol Pradales, Iñigo Urkullu y Aitor Esteban, entre otros), son oriundos de esta zona. Por ello, todas las miradas estaban puestas en los resultados de esta provincia clave, donde se confirmó la caída nacionalista y la subida de EH Bildu. Así, con el 100% del voto escrutado, el PNV se mantuvo como la fuerza más votada (le dieron su confianza 222.092 vizcaínos), consiguiendo así el 39,51% del porcentaje total de los votos y un total de 11 escaños, uno menos del que consiguió en los comicios de 2020 y que ponen de manifiesto el hartazgo ciudadano hacia el liderazgo nacionalista.

La segunda fuera más votada fue la izquierda abertzale de EH Bildu, que suma dos nuevos escaños respecto a las elecciones de hace cuatro años. Esto supone 160.782 votos en total (el 28,60%).

En tercer lugar quedó el Partido Socialista de Euskadi, que no solo aguantó el desgaste de partido provocado por las políticas del presidente Sánchez en toda España, sino que consiguió incrementar su representación en el Parlamento vasco gracias a un nuevo escaño en esta provincia. Los votos totales para los socialistas fueron 78.990 (14,05%).

El PP de Javier de Andrés sumó un total de 51.129 papeletas, casi 19.000 más que en 2020, pero no fueron suficientes para aumentar su representación por Vizcaya. Se quedaron con dos escaños.

Por su parte, VOX se quedó sin asiento en esta provincia, al igual que Sumar, que no consiguió siquiera un puesto para la líder del partido en el País Vasco, Alba García, ya que concurría por esta provincia. El gran batacazo se lo llevó Unidas Podemos que no logró mantener ni un escaño y ha pasado de dos a cero y menos de 13.000 papeletas. En 2020 se hicieron con 40.453 votos.