Acuerdo de investidura
La lectura única y otras claves para una amnistía «exprés»
La tramitación se puede acelerar para que la ley esté lista en Navidad, pero ya no hay margen para que se apruebe antes del 27 de noviembre
Existen varios mecanismos para aprobar una amnistía «exprés» en el Parlamento, la llave para que el acuerdo que busca Pedro Sánchez con Junts y ERC se concrete y dé luz verde a su investidura. Aunque ya se da por descontado que la norma que exigen los independentistas no estará antes del 27 de noviembre, varios juristas conocedores del funcionamiento de la Cámara de Diputados y del Senado apuntan los pasos clave para sacar adelante el indulto general lo antes posible. Si todo va sobre ruedas, podría estar aprobada antes de Navidad.
Las vías para agilizar la tramitación son variadas. Tal como apunta el catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Córdoba (UCO) Miguel Agudo Zamora, actualmente solo se puede presentar una proposición de ley, la única vía legislativa posible con un Gobierno en funciones. Esta iniciativa la tiene que presentar un grupo parlamentario, varios de ellos en conjunto o bien un grupo de 15 diputados.
El primer filtro que tendría que pasar sería la admisión a trámite por parte de la Mesa del Congreso. «Pero no es el Tribunal Constitucional», advierte un experto, que insiste en que la Mesa no puede impedir que se delibere, salvo cuando el texto sea manifiestamente inconstitucional, tal como ocurrió en marzo de 2021, cuando se rechazó la admisión de una propuesta de amnistía argumentando que los indultos generalizados van en contra de la Carta Magna.
El informe preliminar saldría rápido y no se demora demasiado y solo elaboraría un análisis más específico y en profundidad si lo solicita la Cámara, pero esto no es preceptivo. El texto se podría sacar adelante de forma ágil en la reunión de la Mesa de los martes.
La tramitación por lectura única sería una de las claves para acelerar el proceso. Una opción que algunos expertos califican de «rocambolesca» porque, en el papel, exige que se aplique a normas de una estructura extremadamente simple, aunque otros especialistas consideran que, en la práctica, se puede realizar perfectamente con un texto sencillo, que tenga tres o cuatro artículos.
La proposición de ley requiere que se celebre un debate plenario para la toma en consideración, en el que la Cámara hace suyo el texto de esa iniciativa planteada por los partidos. Esto llevaría muy poco tiempo y se puede hacer un hueco en el orden del día de la próxima semana o de la siguiente. Si tiene más «síes» que «noes», se toma en consideración.
Una vez la Mesa admite a trámite la proposición y pasa el debate de toma en consideración, ya no habría marcha atrás para la aprobación de la ley de amnistía. «Es cuestión de tiempo y de agotar los plazos. Se puede dilatar más o menos, pero saldría adelante», señala una de las fuentes.
Con la lectura única, todo el trámite previo del Congreso quedaría resuelto: la proposición se aprueba y se envía al Senado. Pero hay dudas sobre que, en estas circunstancias, se pueda recurrir a esta figura. «Esto es una impugnación ante el Tribunal Constitucional que va seguro, porque se está privando del derecho fundamental de los parlamentarios a la participación política, a discutir, a interpelar», señala Agudo.
La urgencia que dé el Congreso a la tramitación también es otra de las aristas con las que puede contar el Gobierno para acortar la aprobación, ya que reduce los plazos a la mitad. El Senado tendría que resolver en un periodo máximo de solo 20 días, en lugar de los dos meses habituales. Los partidos que quieran retrasar la aprobación seguramente optarán por agotar el plazo para presentar el último día enmiendas al texto, aunque también podrían vetarlo.
Esta medida es la más extrema y supone el rechazo total a la tramitación de esa norma. Pero seguiría habiendo una puerta abierta para su aprobación, ya que el Congreso tiene la posibilidad de levantar el veto: si cuenta con mayoría absoluta, lo puede quitar de manera inmediata; si no la tiene, al cabo de dos meses podría levantarlo con mayoría simple, es decir, con más votos a favor que en contra. En todo caso, si se presentara una proposición de ley a lo largo de esta semana por lectura única para intentar llegar a tiempo, podría ocurrir que algún diputado presentara un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional y solicitara su nulidad con carácter urgente, apunta Agudo. Y es que la situación es tan novedosa que siempre existe la posibilidad de que surja un elemento nuevo que se escape a lo habitual.
Con todo, algunos expertos consideran que Sánchez podría aprobar una ley de amnistía «exprés» para finales de diciembre como muy pronto, teniendo en cuenta que hay que sumar los plazos establecidos para las convocatorias de las distintas sesiones, que se deben realizar con un mínimo 48 horas de antelación. Pero hay más. Una vez culmine la fase de aprobación de la norma, queda la fase de eficacia, cuando el Rey sancione la ley y ordene su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Con este calendario sobre la mesa para la aprobación de una amnistía «exprés», el Gobierno todavía tiene margen para pactar la investidura de Pedro Sánchez antes del 27 de noviembre.
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