Tesis de Pedro Sánchez
La aportación de la tesis: la «Marca España» de Aznar
La obra no era novedosa ni respecto a la diplomacia económica ni sobre la «Marca País».
La Universidad Camilo José Cela (UCJC), donde Pedro Sánchez realizó su tesis doctoral, emitió ayer un comunicado en el que señalaba que, tras revisar «toda la documentación existente» sobre ese trabajo, podía confirmar «la normalidad del proceso, de acuerdo a la normativa vigente y a los protocolos de verificación y control habituales en el ámbito universitario».
La institución «ha revisado el proceso de evaluación, interno y externo, de la tesis del doctor Sánchez Pérez-Castejón del año 2012» y avala así el trabajo del hoy presidente del Gobierno.
Según declaraciones a TVE de Ricardo Rejas, miembro del tribunal ante el que Pedro Sánchez leyó su tesis, ésta cumplía los objetivos propios de toda investigación doctoral de hacer una aportación original a su campo, el de la diplomacia económica, «que en aquel momento era un terreno poco explorado», y de hecho anticipaba el estudio de cuestiones que aún no se habían implantado, como el concepto de «Marca País» y «Marca España», y presentaba además una metodología rigurosa.
Sin embargo, se trata de dos afirmaciones discutibles. Por un lado, la idea de «Marca España» se empezó a trabajar en la última legislatura de José María Aznar, por parte del Real Instituto Elcano y con el catedrático Emilio Lamo de Espinosa como director, el mayor especialista español en la materia. Un proyecto que sería olvidado después por José Luis Rodríguez Zapatero y que retomaría con fuerza José Manuel García-Margallo con Mariano Rajoy como presidente del Ejecutivo. Y de nuevo con Lamo de Espinosa al frente, que había sido destituido en abril de 2005.
Por otra parte, el concepto de diplomacia económica poca originalidad aporta en la controvertida tesis de Pedro Sánchez cuando es tan antiguo como las estrategias que pusieron en marcha, hace décadas, ingleses, estadounidenses, franceses y, en parte, los alemanes.
El momento de su inicio podemos situarlo en la década de los años 60 del pasado siglo, y se acentúa con la caída de la URSS. Hoy China es el gran operador de la diplomacia económica por países y continentes donde desarrolla su actividad, además de por las cantidades que se aplican en esta estrategia neocolonialista.
España lleva haciendo diplomacia económica desde la vuelta a la democracia, de ahí la idea acerca de que el Rey Juan Carlos era el gran embajador de España y sus empresas, como demostró con creces durante su Reinado.
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