Manifestaciones violentas
«Herederos» de Segi y Jarrai participaron en los altercados
El director general de la Policía, Ignacio Cosidó, compareció ayer en el Congreso de los Diputados para dar cuenta de los incidentes ocurridos el 22-M en Madrid, que acabaron con 67 policías y 34 manifestantes heridos. En su intervención, Cosidó habló de violencia sin precedentes por parte de los radicales, asumió fallos de coordinación en el dispositivo policial y anunció el relevo del jefe de la primera Unidad de Intervención Policial (UIP) de Madrid, Javier Virseda. Todo, en una sesión en la que confirmó que se ha autorizado, con «procedimiento de urgencia», la adquisición de 800 cascos con mejoras en la pantalla de protección, 300 nuevos escudos más resistentes a los actuales, 350 chalecos antitrauma con protección y 800 pares de un nuevo modelo de espinilleras, pues muchos de los agentes que resultaron heridos sufrieron lesiones en las piernas.
Una de las claves de su intervención fue el extenso y detallado desglose de los grupos radicales que participaron en los incidentes en el centro de Madrid, entre los que había organizaciones juveniles ligadas a la izquierda abertzale y «herederas» de otras como la ilegalizadas Segi o Jarrai. Según dijo, se detectaron «manifestantes del "Bloque Negro'' con mochilas en cuyo interior portaban petardos de gran potencia y botellas de cristal». También habló del «Bloque Juvenil Radical», el «Bloque Juvenil de los Pueblos Dignos» o el «Bloque Crítico Marchas Obreras por la Huelga General». También confirmó la presencia de los Bukaneros (seguidores radicales del Rayo Vallecano), del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) o de Askapena y Ernai (ambas ligadas a la izquierda abertzale). Junto a todos ellos, Cosidó también nombró a grupos independentistas de diferentes comunidades como «Arran», «Isaca», «Azarug», «Purna», «Jaleo» o «Inekaren», y a otros como «Yesca», «Brigada 13» o «No tenemos miedo».
De este modo y para justificar el despliegue de más de 1.500 antidisturbios, añadió que «la información que tenía la Policía era la de la presencia de grupos muy radicales». Según Cosidó, «se ha concluido que el despliegue fue correcto, el evento social fue afrontado por un número idóneo de policías con información suficiente», informa Ep. Sin embargo, el director general de la Policía admitió que «sí hubo fallos de coordinación en el transcurso de los hechos que impidió que las decisiones no se pudiesen transmitir de manera rápida en el núcleo central del conflicto que provocó un número de heridos inaceptables». De estos fallos responsabilizó en exclusiva a Virseda con una destitución que Cosidó argumentó en la necesidad de «restablecer en la UIP la confianza en su cadena de mando».
Y para dar fe de la violencia de los radicales, Cosidó no dudó en mostrar a la Comisión de Interior del Congreso un casco, un escudo y un chaleco de los Policías dañados por el lanzamiento de objetos.
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