Tensión

El Gobierno se estrella contra el 8-M

Podemos agita la calle contra el PSOE: «No les va a salir gratis» reformar el «solo sí es sí» y en Ferraz les acusan de «dividir» al feminismo

El feminismo es una de las banderas en disputa desde que se forjara el Gobierno de coalición. Un foco continuo de división. La confrontación entre PSOE y Unidas Podemos por alzarse como los adalides de la Igualdad les ha acabado estallando en vísperas del 8-M y, como ya ocurriera años atrás, ambos acudirán divididos a la marcha por el Día de la Mujer. Una división que se ha extrapolado al movimiento feminista. La reforma de la ley del «solo sí es sí», la recién aprobada ley «Trans» o el escándalo de prostitución dentro del «caso Mediador» se presentan como un foco de desgaste para una coalición que está condenada a resistir hasta el final de la legislatura. Polémicas que Podemos tratará de rentabilizar en la calle contra su socio justo un día después de que la coalición protagonice la foto de la ruptura en el Congreso.

Salvo acuerdo de última hora –que se ve inalcanzable–, el PSOE aprobará esta tarde la toma en consideración de la reforma de la ley del «solo sí es sí» con el rechazo de Podemos y con el apoyo de PP y de Vox. Así, el partido morado acudirá a la manifestación del 8-M con la convicción de que contarán con el apoyo del feminismo en su negativa a reformar la norma estrella de Igualdad y de que ello penalizará al PSOE. Una batalla que el partido morado llevará hasta el final y que ha recrudecido este fin de semana dirigiéndose a su socio con términos muy duros, con el fin de agitar la calle en la víspera del 8-M y que ha contado con el exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, como director de los ataques. El exvicepresidente tensó la cuerda este domingo, llegando a amenazar a Pedro Sánchez con una reacción del feminismo, lo que se interpreta como un intento de movilizar a la izquierda contra el socialismo en la calle. «A ver qué se encuentran» las ministras socialistas, dijo. En el partido morado dan autoridad a estas palabras esgrimidas por su líder en la sombra y, de hecho, dirigentes del partido analizan ya este escenario antes de que se produzca, el del aluvión de críticas al PSOE en las calles. «La votación de la reforma del ‘‘solo sí es sí’’ de la mano del PP y de Vox no les va a salir gratis este 8-M», explican en la formación. En la sede del partido ayer llegaron a acusar a su socio de «traicionar al feminismo» y de «alinearse con partidos antifeministas» por llevar la reforma sin el consenso con Igualdad, que denuncia haber presentado siete propuestas a Justicia que fueron rechazadas. Sin embargo, Irene Montero se niega a hacerlas públicas y se convierte en la última bala para justificar su «no» a la reforma.

Los socialistas, por su parte, siguen firmes en su vocación de reformar la norma, pese al rechazo de sus socios. Consideran que, pese a ser «una buena ley», la norma estrella de Igualdad ha generado un «problema» por las revisiones de penas y excarcelaciones a agresores sexuales al amparo de la misma y, ante ello, se plantea una «disyuntiva clara»: «Solucionar el problema o no hacer nada. El PSOE soluciona el problema», resuelven. En Ferraz evitaron ayer entrar al choque con sus socios, elevando el tono de la crítica, y prefirieron no responder a los ataques, que se han ido sucediendo durante las últimas horas. Se limitaron a pedirles que «recapaciten» y se «replanteen su posición», aunque lo hagan desde el convencimiento de que no hay vuelta atrás. «Hubiera sido deseable un acuerdo, pero votaremos diferente», asumen.

No obstante, la actitud hacia Unidas Podemos es de frialdad total y en privado, fuentes socialistas, sí les acusan de «dividir» al movimiento feminista con la estrategia que han ido desplegando durante toda la legislatura: desde la ley «Trans» hasta su máximo apogeo con la ley del «solo sí es sí». La coalición ha entrado en un punto de no retorno. No hay riesgo de ruptura como anticipan ambas partes, pero sí se asume que la cohabitación hasta las generales va a ser cada día más complicada. En Ferraz se muestran especialmente molestos con la actitud de Pablo Iglesias, que ha alentado durante el fin de semana a una rebelión contra el PSOE en las movilizaciones del 8-M. «Lo mínimo es respeto y educación», señalan fuentes socialistas, que critican que quien tuvo una responsabilidad institucional dedique estos ataques al todavía socio de coalición.

Nada hace cambiar el rumbo al Gobierno. En Moncloa entienden que los «efectos indeseados» de la ley ya han generado un importante coste para el partido y que el precio político del inmovilismo es mayor que el de dar una respuesta de la mano de PP y Vox. «La opinión pública lo que demanda es una solución», argumentan, cuando se les interpela por la foto en que quedarán «retratados» con el bloque de la derecha. Sobre esta concreta cuestión, fuentes socialistas emplazan a la votación que se producirá mañana por la tarde. Anticipan que habrá más socios del bloque de la investidura que sumarán su apoyo a la iniciativa socialista, la «única que está sobre la mesa», recuerdan, en un claro dardo a la falta de alternativas de Podemos. Creen que quienes quedarán, entonces, «retratados» son los morados, porque proyectarán que nunca quisieron cambiar la ley, pese a que desde Justicia se les ofreciera liderar la reforma.