Choque

El PSOE busca «retratar» a Podemos con la Ley del «solo sí es sí»

La reforma rompe el bloque de la investidura y los socialistas creen que –más allá de ERC y Bildu– el resto de socios apoyará la única iniciativa sobre la mesa, la suya

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez junto a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson y la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera en la apertura de la Conferencia Internacional de Energías Renovables SPIREC 23 este lunes en Madrid.
El presidente del Gobierno Pedro Sánchez junto a la comisaria europea de Energía, Kadri Simson y la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera en la apertura de la Conferencia Internacional de Energías Renovables SPIREC 23 este lunes en Madrid.Alberto R. RoldánLa Razón

El PSOE ha pasado de la urgencia al control de los tiempos en la reforma de la Ley del «solo sí es sí». En un inicio, los socialistas dieron un paso al frente con el registro de la proposición de ley para su modificación y reclamaron acelerar el trámite parlamentario. Lo hicieron en solitario, sin el concurso de sus socios en el Gobierno, que han torpedeado hasta la fecha cualquier intento de acuerdo o de agilizar una solución a la «sangría» de revisiones de penas a agresores sexuales. En este contexto, en Ferraz han optado por dejar de luchar contra el reloj y centrarse en gestionar el contexto que les viene dado.

Los esfuerzos se orientan en conseguir tejer una mayoría solvente que sustente la reforma de la norma estrella de Igualdad. El horizonte de la solvencia no se ubica en el número mínimo de apoyos para sacarla adelante –176 votos–, sino en una adhesión de partidos, lo suficientemente representativa, que permita retratar la soledad de Podemos. En el juego estrictamente político, dejando a un lado el dolor de las víctimas, todo se reduce a «retratar» al adversario y, en esta concreta cuestión, el que está enfrente se sienta en el mismo Consejo de Ministros.

Por ello, los socialistas no van a pelear por acortar los tiempos. Podrían hacerlo, aceptando la mano tendida del PP, que mantiene su oferta de promover un pleno extraordinario este mismo jueves. No lo harán porque recelan de las verdaderas intenciones de los populares y porque prefieren que quienes no tienen prisa por cambiar la ley, de nuevo, «se retraten». En esta foto se ubican Unidas Podemos, EH Bildu y ERC. Y con ellos están dispuestos a marcar distancias los socialistas, buscando una posición más centrada.

Fuentes consultadas por este diario limitan a estas tres formaciones la oposición actual a la reforma que han impulsado. Recuento de daños. Creen que, una vez que haya que votar la iniciativa en el Congreso, aliados que hoy se mantienen de perfil, virarán claramente a favor de corregir los «efectos indeseados» que ha provocado la norma.

En el cuartel general de los socialistas exponen que existe un clamor por parte de los partidos que apoyaron la Ley del «solo sí es sí» para revertir aquellas consecuencias que ninguno –a excepción de ERC– supieron calibrar. En privado y en público, porque ellos también se la juegan en las elecciones de mayo, han clamado por hacer cambios en la norma para cegar la vía de agua. Se refieren a formaciones como Compromís, Más País o En Común –de quienes, sin embargo, no esperan que rompan la disciplina de voto del espacio–.

Más allá del PNV, el PDeCAT o el PP, que ya han anticipado su apoyo a la norma, los socialistas esperan que otros socios vayan virando hacia el sí, a medida que se acerque la fecha de la toma en consideración. Algunas de estas formaciones no se han posicionado en contra de la proposición de ley del PSOE, simplemente han pedido a los partidos que conforman la coalición que hagan un esfuerzo de negociación para presentar una propuesta conjunta y unitaria que poder votar. Creen en el PSOE, por tanto, que, si esto no llegara a suceder finalmente, que si el acuerdo con Podemos fuera imposible, estas fuerzas sí apoyarían la única propuesta que hay sobre la mesa para resolver «el problema»: la socialista.

En Ferraz y en Moncloa son plenamente conscientes de que esta cuestión les está generando un profundo desgaste, pero asumen que son la fuerza mayoritaria y que, como tal, tienen un plus de responsabilidad para asumir las riendas y abordar una solución. Aspiran a lograr esa mayoría solvente para sacar adelante la reforma y «retratar» la soledad de Podemos en cuanto a la Ley del «solo sí es sí», hacerlo, además, en vísperas de una fecha tan icónica como es la del 8-M. En este sentido, desde la sede federal afirman que ambas formaciones volverán a salir divididas a la calle ese día.

Marcar agenda

Por su parte, en Moncloa se conjuran para intentar trazar un carril propio y evitar que sea la polémica por el «solo sí es sí» lo que siga marcando la agenda. En el Gobierno existe cierta frustración por la capacidad que tiene el ensordecedor «ruido» interno de la coalición para opacar la gestión gubernamental. La revalorización de las pensiones un 8,5%, la subida del Salario Mínimo Interprofesional hasta los 1.080 euros y hoy el Consejo de Ministros dará luz verde a una inyección de presupuesto en becas de 2.549 millones de euros.

Sin embargo, desde Unidas Podemos siguen en una impúdica exhibición de las discrepancias, una actitud que desde el PSOE definen como «atrezzo preelectoral» y anticipan que se irá intensificando a medida que se acerquen las citas con las urnas. En este sentido, también se critica que el esfuerzo por diferenciarse no venga acompañado de un esfuerzo de solvencia en las propuestas. En la parte socialista demandan a sus socios que las iniciativas que propongan o con las que quieran confrontar, al menos sean «realizables, solventes» y dignas de estudio.

En este contexto de cisma interno, Sánchez enfrenta esta tarde un nuevo cara a cara con Alberto Núñez Feijóo. Fuentes consultadas avanzan que no habrá grandes novedades respecto a citas anteriores, se buscará orillar el «sí es sí» y confrontar «un modelo de país frente a algo difuso que parece todavía en construcción».