España y los socios mediterráneos acuerdan exigir a la UE más cooperación en inmigración con países africanos

La séptima cumbre de migración celebrada este sábado en Las Palmas de Gran Canaria entre los socios mediterráneos ha terminado con un acuerdo entre España, Italia, Grecia, Malta y Chipre para exigir a la Unión Europea que trabaje para que exista una mayor cooperación con los gobiernos de los países de Africa de los que proceden la mayoría de los inmigrantes y desde los que salen o transitan con la intención de alcanzar territorio europeo.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha abordado la necesidad de aplicar el pacto de migración y asilo europeo y las políticas de lucha contra las mafias dedicadas al tráfico de personas junto a sus homólogos de Italia, Matteo Piantedosi; de Malta, Byron Camilleri; de Grecia, Dimitris Kairidis, y el director del Servicio de Asilo de Chipre, Andreas Georgiades.

El grupo de Estados miembros reclamó a la UE profundizar y ampliar las asociaciones y acuerdos con terceros países, como los que ya se han alcanzado con Mauritania y, previamente, con Túnez, según recoge EP.

Asimismo, señaló el ministro español que el objetivo tiene que estar en aumentar los fondos europeos dedicados a hacer frente a la inmigración y dotar de instrumentos de financiación ágiles para la cooperación con países de África.

"En ese esfuerzo queremos contar con las agencias europeas, en especial con Frontex, que puede contribuir de forma importante a la lucha en origen contra las mafias que trabajan con las personas y se aprovechan de su vulnerabilidad y de la desesperación miles de personas", apuntó Marlaska, acompañado del resto de ministros europeos.

Quiso también enviar públicamente un mensaje de respaldo a las Islas Canarias y reconoció "su esfuerzo constante" para afrontar el reto migratorio y "la solidaridad que ha demostrado en momentos de gran dificultad".

Como recordó el titular de Interior, este grupo, denominado Med5, se constituyó para que los principales países de la Unión afectados por la inmigración ilegal, los del mediterráneo, tuviesen una "sola voz común" para llevar ante el resto de Europa y la Comisión su posición, preocupaciones e intereses en cuanto a la política migratoria común.