Derrotar a ETA

Ayer se cumplieron tres años del «cese definitivo de la violencia» anunciado por la banda terrorista ETA. Tres años de un comunicado que no decía nada. Desde entonces, algunos políticos alardean, y los medios de comunicación se hacen eco, de una ETA derrotada y agónica. Y esto no es cierto. ETA sigue viva y a ETA hay que derrotarla.

En este momento, los terroristas no pegan el tiro en la nuca pero durante estos tres años hemos tenido que ver cómo los asesinos nos iban ganando terreno, tomando posiciones y colocándose en nuestras instituciones. Interpreto su mal llamado cese de la violencia como una estrategia ante su debilidad armada para tratar de reforzar sus réditos. Yo me alegro de que no maten, que nadie lo dude, pero no matan porque no pueden, no porque no quieran.

A las víctimas continúan matándonos poco a poco, cada batalla que ganan nos hiere y humilla un poco más. Cada permiso penitenciario, cada salida anticipada de prisión, cada puesta en libertad por «enfermedad» y cada concesión es una batalla perdida en nuestra lucha por la justicia.

Hoy se cumple un año de la derogación de la «doctrina Parot». El que para las víctimas fue el día de la infamia está marcado en rojo en nuestro calendario. La más intensa de las batallas la perdimos porque nuestras instituciones decidieron dejarnos solas. Era más importante ceder ante los verdugos que proteger a las víctimas y a la sociedad. Y yo eso no lo perdono.

Que tengan valor, me miren a los ojos y me digan que ETA está derrotada.