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Cambios

Los submarinos S-80 de la Armada no irán armados con misiles hasta, al menos, 2027, cuando está previsto que lleguen los primeros NSM

Defensa descarta finalmente el misil sub-Harpoon de la estadounidense Boeing, tras hacerlo previamente con el poderoso Tomahawk, y opta por los de la empresa noruega Kongsberg Defence Aerospace

Imagen de un misil NSM en pleno vuelo Kongsberg

Uno de los temas que más ha dado que hablar respecto del armamento de los nuevos submarinos de la clase S-80 que Navantia construye para la Armada es el de los misiles que podrán lanzar. De hecho, se ha ido pasando por diferentes opciones. Cabe decir que estos sumergibles fueron construidos con la reserva de espacio y peso para embarcar los misiles Tomahawk, el rival directo de los Kalibr rusos. Actualmente, estos misiles están únicamente en poder de Estados Unidos y de Reino Unido, a los que ahora se unen Japón y Australia. Curiosamente, España estuvo también a punto de adquirirlos para armar las fragatas F-100 y los submarinos S-80. Así, el Gobierno se planteó adquirir el tipo Tac-Tom (Tomahawk Táctico o Bloque IV), un misil subsónico de ataque a tierra y menor alcance que sus antecesores estratégicos, pero dotado de sensibles mejoras, que permiten reprogramarlo en vuelo o elegir entre 15 blancos alternativos. Cada misil cuesta aproximadamente 750 000 euros, dinero al que hay que sumarle el costo de la preparación de la tripulación y adaptación de los sistemas.

A pesar de que se obtuvo el pertinente permiso de Washington, previa petición oficial del Gobierno de España, para la compra de 24 unidades, ampliables hasta 60, en octubre del año 2009 la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, comunicó al Pentágono que renunciaba definitivamente a la adquisición de misiles Tomahawk que fue pactada por su antecesor en el cargo, José Bono, en el año 2005, en plena crisis de relaciones entre la Administración Bush y el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Por lo tanto, a corto plazo, los S-80 no irán armado con ellos.

Después se apostó por los Harpoon UGM-84 Block II, misiles antibuque con capacidad de ataque a tierra, equipados con un impulsor cohete de combustible sólido y encapsulados en un contenedor cilíndrico para realizar el lanzamiento en inmersión a través de un tubo lanzatorpedos. El alcance de los Harpoon es de unas 240 kilómetros e incorpora una cabeza de guerra con 220 kilos de explosivo, muy lejos de los 1.600 que alcanzan los Tomahawk y de los 2.600 de los Kalibr rusos, que vuelan a una velocidad de 3 Mach.

Evidentemente, los Harpoon, pese a que los S-80 estaba previsto que fuesen los primeros sumergibles de la Armada en disponer de esta capacidad, juegan en otra liga respecto de los Tomahawk y de los misiles rusos y están más pensados para objetivos portuarios en tierra o defensas costeras que para ser una amenaza real para objetivos en el interior de países enemigos, como una base militar, un silo o cualquier otro blanco estratégico.

Sin embargo, parece ser que, finalmente, los submarinos S-80 españoles tampoco lanzarán misiles sub-Harpoon de Boeing como estaba previsto, a pesar de que la compañía estadounidense se adjudicó en 2021 el contrato para la integración del misil en los S-80 por un importe de 4,5 millones de euros. El contrato, gestionado a través del programa FMS (Foreign Military Sales), llegó a aparecer publicado en Sam.gov, una página oficial del Gobierno de Estados Unidos, con fecha de adjudicación del 18 de agosto del mencionado año. La Armada ha tomado esta decisión después de comunicar recientemente la US Navy el final del programa sub-Harpoon y la retirada de este misil en servicio a medio plazo.

La apuesta ahora es el misil antibuque NSM de la noruega Kongsberg Defence Aerospace (KAD), adquirido ya por España para las futuras fragatas F-100. La Armada ha encargado a Navantia un estudio técnico para la integración en la serie S-80 de la versión del NSM (Naval Strike Missile) diseñada para el lanzamiento desde submarinos.

El contrato tiene un presupuesto de 240.000 euros. La Armada ya adjudicó hace un año una primera licitación de casi medio millón de euros a Navantia para las actividades de integración preliminares de este misil en los nuevos sumergibles. La gran novedad ahora es que el nuevo expediente deja claro que el sub-Harpoon y el NSM no convivirán.

"Tras comprobar la pre-viabilidad de la integración y del lanzamiento del misil desde un submarino S-80 en inmersión, es necesario realizar un estudio técnico que desarrolle determinados aspectos conceptuales de orden técnico, operativo, logístico, industria y de seguridad", explica la Armada.

Este estudio, añade, tiene como objetivo principal "desarrollar una aproximación conceptual suficiente de la solución propuesta, así como disponer de una adecuada estimación de riesgos, para tomar decisiones relativas al inicio formal del proyecto, y al esquema de participación industrial".

La Armada también subraya que la razón principal que ha llevado a "abandonar el proceso de obtención del misil sub-Harpoon versión Blk IIU" para los submarinos S-80 es la cancelación del programa en Estados Unidos. "Recientemente se ha conocido que la US Navy no va a continuar con el sub-Harpoon en ninguna de sus configuraciones o bloques", detalla.

La apuesta por el NSM no es firme aún, matiza también. El nuevo estudio permitirá tomar una decisión. "Entre los misiles que más se ajustan a las necesidades de la Armada se encuentra la futura versión del misil NSM lanzable desde submarinos".

Planes de la Armada

La Armada ha elegido el NSM para sustituir a los misiles antibuque sub-Harpoon en servicio, que serán retirados en torno a 2030. En principio, el arma será integrada en las nuevas fragatas F-110 y también en las F-100 durante su actualización de media vida, pero la idea de la Armada dar un paso más y utilizar este misil desde otras plataformas como el citado S-80 hasta futuros helicópteros antisubmarinos.

El contrato, firmado ya con un presupuesto de 305 millones de euros, contempla un plan industrial para el mantenimiento de los misiles en la base de Rota y la participación de empresas españolas como SMS, Sener o Navantia. Los primeros misiles NSM llegarán en principio en 2027.

Con este misil de largo alcance, las fragatas de la Armada obtendrán también la capacidad de realizar ataques selectivos a objetivos en tierra. El NSM tiene un alcance próximo a los 200 kilómetros y cuenta con un sistema de navegación con GPS militar y un altímetro láser que le permiten sobrevolar tierra haciendo lo que se conoce como Comparación de Terreno. En este modo, adquiere el blanco con el mismo sistema de identificación por imágenes que emplea contra buques.

Se trata de un misil de última generación y una velocidad de 0,9 Mach. El NSM selecciona su objetivo mediante un novedoso sistema de identificación inteligente de imágenes infrarrojas que emplea unas sofisticadas cámaras y procesa las imágenes con un complejo algoritmo de reconocimiento del objetivo.

Este sistema le permite discriminar al blanco deseado entre otros buques o señuelos y sortear cualquier obstáculo que se encuentre en su trayectoria, lo que evita impactos ciegos o adquisiciones de blancos no deseados, cuestión de vital importancia, resalta la Armada, en un arma del tipo “dispara y olvida” como son los misiles antibuque.

Características

Se trata de un misil de largo alcance, unos 185 kilómetros, de alta precisión y altamente polivalente, ya que puede ser empleado desde varios tipos de plataformas. En la versión básica tiene una longitud de 3,95 metros y un peso de 347 kilogramos, de los que 120 se corresponden con su cabeza de combate.

El diseño de última generación y la utilización de materiales compuestos confieren al Naval Strike Missile capacidades furtivas avanzadas y está orientado para ser utilizado tanto en entornos litorales como en mar abierto. Es capaz de sobrevolar tierra firme, volar a ras del suelo o del mar y realizar maniobras aleatorias en su fase final para dificultar la efectividad de las contramedidas del enemigo.

La tecnología de adquisición de objetivos con la que cuenta el NSM le permite unas capacidades diferentes de detección, reconocimiento y discriminación dependiendo de si el blanco es naval o terrestre. Esto es posible con la combinación de un sensor de imagen infrarroja y una base de datos de a bordo. El NSM puede navegar mediante GPS, sistemas inerciales y TERCOM (valiéndose de referencias del terreno).

Después de efectuarse su lanzamiento empleando un cohete de combustible sólido que le impulsa inicialmente, el misil es propulsado empleando un turborreactor modelo Microturbo TRI 40, que le permite alcanzar su objetivo portando una cabeza de guerra de 125 kg (con alto explosivo o de fragmentación) manteniendo una alta velocidad subsónica.

Según el propio fabricante noruego, el NSM ofrece capacidad de ataque contra objetivos marítimos y terrestres; una excelente capacidad de penetración contra sistemas avanzados de defensa aérea enemiga y capacidad de identificación del tipo de buque a través de su sistema de reconocimiento autónomo de objetivos (ATR), gracias a un buscador infrarrojo de imágenes de alta resolución y hitpoint preciso para cada clase de barco, que asegura que se detecte, reconozca y alcance el objetivo correcto, tanto el mar como en tierra.

Además, ha demostrado con éxito sus capacidades en la aproximación de misiles desde tierra contra objetivos cerca de la costa; en ataques desde el mar con objetivo cerca de la costa; en ataques terrestres de precisión y en su capacidad de maniobrabilidad extrema.

DATOS TÉCNICOS NSM

  • Velocidad: alta subsónica
  • Peso: 407 kg (897 libras)
  • Longitud: 3,96 m (156 pulgadas)
  • Alcance: >185 km (100 nm)
  • DATOS TÉCNICOS JSM
  • Velocidad: alta subsónica
  • Peso: 416 kg (917 libras)
  • Longitud: 4,00 m (156 pulgadas)
  • Alcance: >275 km (150 nm)

Este misil forma parte actualmente de las Fuerzas Armadas de Reino Unido, Noruega, la Marina y el Cuerpo de Marines de EE. UU., Polonia, Rumania, Canadá, Alemania, Australia y Malasia, a los que ahora se sumará España.

Variante JSM para ataque terretre

En el caso de que se incluyeran también en este pedido misiles JSM, estamos ante una variante para ataques a tierra con dos vías de comunicación, de tal modo que le permita comunicarse con el centro de mando o con otros misiles en vuelo. El JSM estará integrado en el cazabombardero de quinta generación Lockheed Martin F-35 Lightning II (Joint Strike Fighter). Los diseños preliminares muestran que esta aeronave podrá alojar dos JSM en sus bahías internas, aunque también podría llevar otros adicionales en los soportes subalares externos.

Un misil JSM a punto de impactar contra un objetivo en tierraUn misil JSM a punto de impactar contra un objetivo en tierraLa Razón

De acuerdo con Kongsberg Defence & Aerospace, la versión polivalente del NSM es el único misil antibuque que podrá ser alojado en las bahías internas del F-35. Lockheed Martin y Kongsberg Defence & Aerospace han firmado un acuerdo conjunto para el desarrollo de esta versión polivalente lanzable desde el aire, así como otro acuerdo para la integración del JSM en el F-35.

JSM emplea un sistema de navegación de alta precisión y un perfil de vuelo a baja altitud. El reconocimiento automático de objetivos es compatible con un buscador infrarrojo de imágenes avanzado.

Como características avanzadas del JSM se incluyen:

  • Modificación del diseño del misil para poder alojarse en la bahía interna del F-35.
  • Capacidad de ataque a objetivos navales y terrestres.
  • Plataforma aérea de lanzamiento.
  • Alcance extendido hasta los 280 km.
  • Kongsberg Defence & Aerospace está estudiando la posibilidad de operar el JSM desde submarinos.