Defensa
¿España está preparada para un ataque con misiles y drones? Estos son, uno a uno, nuestros sistemas de defensa antiaérea
Baterías antiaéreas NASAMS, Patriot, Hawk o Mistral, sistemas antidrones y misiles en buques de la Armada y cazas del Ejército del Aire.
Evidentemente, España no dispone, ni por inversión ni por necesidad, de un sistema tan sofisticado como el de Israel para rechazar un ataque con misiles o drones sobre su territorio. Ni el tamaño de nuetro país, más de 20 veces mayor que el Estado hebreo, ni el bajo riesgo de amenaza de una acción de este tipo contra la Península justificarían un sistema como la Cúpula de Hierro israelí. No hay que olvidar que las empresas de defensa de este país están entre las más punteras del mundo, tras décadas de constante acoso de los países árabes.
Sin embargo, todo ello no quiere decir que España no esté preparada para defenderse de un ataque similar sobre nuestro suelo. Para ello dispone tanto de varios sistemas de defensa antiaérea que actuarían en función de la distancia a la que sea necesaria la interceptación de los misiles o drones, como de la acción de los cazas y helicópteros de combate de que disponen el Ejército del Aire y el Ejército Tierra, respectivamente. También las fragatas de la Armada disponen de sistemas para repeler este tipo de ataques.
Desde que se empezasen a incorporar las primeras unidades de misiles en las Fuerzas Armadas españolas hace aproximadamente medio siglo, este tipo de armamento se ha convertido en pieza clave en nuestro sistema de Defensa. España dispone de varios tipos, en función de las necesidades de cada arma, y de varios fabricantes y, aunque en determinados programas ha habido retorno industrial, no se puede decir que seamos, ni mucho menos, autosuficientes; de hecho, no hay ninguno enteramente patrio.
Baterías antiaéreas Patriot: 100 kilómetros
Los primeros sistemas en actuar serían las baterías antiaéreas Patriot, concebidas para lograr impactar y derribar misiles balísticos a una distancia superior a los 100 kilómetros. Se trata de un sistema móvil de defensa aérea que utiliza misiles guiados que simultáneamente enganchan y destruyen múltiples objetivos bajo un ambiente de contramedidas electrónicas. Cada unidad está compuesta por la estación de control de empeño; la planta de suministro de energía; el radar, con un alcance de entre 70 y 130 km; y un lanzador, cada uno de los cuales puede transportar 4 misiles con un alcance de 100 Km. Entre sus capacidades, contrarrestar misiles balísticos tácticos (TBM), misiles de crucero (CM), objetivos de pequeña sección radar (LCSR) y aviones de última generación.
El Ejército español tiene actualmente tres baterías de misiles Patriot en la configuración 2+, con cuatro lanzadores cada uno, en servicio en el Grupo Patriot, situado en Marines (Valencia), adscritas al Regimiento de Artillería Antiaérea nº73. En la actualidad, una de las tres baterías está desplegada de forma permanente en la misión Active Fence de la OTAN en Turquía que protege a este país de posibles ataques con misiles balísticos procedentes de la vecina Siria.
En principio los planes de Defensa pasaban por la modernización de su sistema Patriot PAC 3, una prioridad a la vista del nuevo escenario geoestratégico en el que la amenaza de Rusia se hace tangible y sus misiles podrían alcanzar cualquier punto de nuestro país, sin olvidar otros enemigos potenciales, incluidos países del Magreb. Por eso el objetivo era la modernización del sistema actual a la configuración 3+ así como la adquisición de misiles PAC 3. El programa contempla la actualización de los lanzadores de las tres baterías en servicio en el Ejército de Tierra a la configuración 3+ y la compra de la última versión del misil Patriot Advenced Capacibility-3 (PAC-3MSE). También llegará un segundo Centro de Coordinación e Información (ICC) -ya hay uno- y una cuarta batería también en la versión 3+, según recogía el número de enero de la Revista Española de Defensa (RED), la publicación oficial de Defensa. Todo por 1.400 millones de euros.
Todos los lanzadores, tanto los modernizados como los nuevos, serán adaptados e integrados en los vehículos pesados Iveco en servicio en las Fuerzas Armadas. Los nuevos misiles son de menor tamaño, pero con una tecnología a bordo que aumenta de manera significativa su grado de precisión respecto de versiones anteriores.
La adquisición del sistema de misiles antiaéreos Patriot por parte del Ejército de Tierra español respondió a uno de los compromisos militares adquiridos por España con la OTAN en 2002. La batería de misiles antiaéreos (8 lanzadores cuádruples, 64 misiles) con capacidad antimisil MIM-104 Patriot fue comprada de segunda mano en diciembre de 2004 al Gobierno de Alemania por 54,2 millones y llegó a España en mayo de 2005. La batería adquirida cuenta con un radar de antenas en fase de barrido pasivo AN/MPQ-53, capaz de detectar la llegada de una aeronave enemiga o un misil contra territorio español a 150 kilómetros de distancia. Una vez que el radar da la alerta, podrán entrar en acción los misiles PAC-2 Plus, que pueden interceptar el misil a 80 kilómetros de distancia y a una altura superior a los 20 000 metros. Además del radar y los lanzadores los otros elementos que componen la batería son un centro de dirección de tiro AN/MSQ-104, dos generadores AN/MSQ-24 y una estación de transmisiones OE-349. Los camiones que emplea son los originales MAN de su etapa en la Luftwaffe (MAN LKW 15t mil gl KAT I A1 (8 × 8)), los únicos camiones de esa marca en servicio en el Ejército español.
Tras el compromiso suscrito con la OTAN para apoyar a Turquía frente a la amenaza de Siria con el despliegue, durante al menos dos años, de una batería Patriot (cuya salida de España implicaba la imposibilidad de cumplir la obligación adquirida en 2002 de protección antiaérea y antimisil de la zona del estrecho de Gibraltar, que había dado origen a su compra), se decidió comprar otras dos baterías y diez lanzadores además de una central de coordinación de información.
MIM-23 Hawk: 40 kilómetros
La segunda capa del sistema de defensa antiaérea español estaría formada por las baterías de misiles Hawk, que tienen 40 kilómetros de alcance, 18 de techo y una velocidad sostenida de Mach 2,5. Entre sus capacidades, la detección, identificación, seguimiento y destrucción de objetivos aéreos a media y baja altura. Actualizados a la versión PIP III (Product Improvement Plan, Plan de Mejora de Producto), están integrados desde 1984 con el Sistema Automático de Defensa Aérea del Ejército del Aire (enlace SADA-SAM). Los 24 lanzadores originales (4 baterías) fueron recibidos en 1965, mientras que los otros 12 se adquirieron de segunda mano al Ejército de los Estados Unidos en 2001.
Este veterano sistema de defensa se encuentra operativo en el Regimiento de Artillería Antiaérea (RAAA) 74 que cuenta con dos grupos de misiles Hawk; uno en la base de El Copero (Sevilla) y otro en el acuartelamiento Cortijo de Buenavista (Cádiz).
Entre ambos suman seis baterías, con seis lanzadores por batería (cada lanzador puede disparar tres misiles), si bien cabe apuntar que el número de lanzadores se ha reducido tras las recientes donaciones a Ucrania. En noviembre de 2022 España facilitó a Ucrania seis lanzadores de misiles Hawk en dos tandas, y ahora se entregan otras seis, de tal modo que si había 36 lanzadores (seis por cada una de las seis baterías totales), ahora la cantidad se ha visto reducida a 24.
Tampoco debemos olvidar que estamos ante un armamento al final de su vida operativa, aunque el Ejército español ha efectuado recientemente un reacondicionamiento -overhaul- de parte del sistema, en concreto del grupo situado en la base gaditana. La actualización ha implicado la digitalización de los componentes electrónicos de los radares de seguimiento y los lanzadores de este grupo, que todavía era analógico, para hacerlos más fiables con tecnología digital de vanguardia. Tierra también ha comprado repuestos críticos para el grupo de El Copero, dentro del proceso para extender la vida operativa de sus baterías.
El RAAA 74 ha elaborado también un estudio para prolongar su vida hasta finales de la década que contempla la sustitución a medio plazo, en torno a 2025, de los radares de exploración que utiliza actualmente el sistema por el radar Sentinel, que ya está en dotación en las Fuerzas Armadas españolas, y dar el salto a la versión conocida como Hawk 21.
Baterías antiaéreas NASAMS II: 25 kilómetros
El Ejército español tiene seis sistemas NASAMS (siglas en inglés de Sistema de Misil Superficie Aire Avanzado Noruego). Cuatro están en servicio y las otras dos no están ahora mismo en España, sino en el despliegue de la OTAN en Estonia y Letonia.
El Ejército de Tierra instaló una en el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 en Gran Canaria y en el Regimiento de Artillería Antiaérea nº 73 de Cartagena las tres restantes. Las baterías españolas tienen la peculiaridad de que solo tienen dos lanzadores cada una, siendo lo normal en otros ejércitos que dispongan de tres. Los misiles antiaéreos NASAMS II (Norwegian Advanced Surface to Air Missile System), tienen un alcance eficaz de 20 kilómetros. El sistema, fabricado por Kongsberg Defence & Aerospace, Raytheon e Izar, está compuesto en el caso español por 2 lanzadores séxtuples de misiles AIM-120 AMRAAM, un radar AN/MPQ-64 Sentinel 3D y un centro de dirección de tiro.
Tiene un alcance de 25 kilómetros, una velocidad de Mach 2 y un sistema de guiado semiactivo. De sus características destacan: seis tubos contenedores; tasa de fuego: 2 s; sistema de defensa tierra-aire; está compuesto por un misil AMRAAM y un radar Sentinel.
Precisamente este mes de abril, el Consejo de Ministros autorizaba la celebración del contrato para la actualización del radar Sentinel y para la modernización del sistema de armas NASAMS. El contrato incluye la adquisición de equipos complementarios, apoyo técnico, herramientas y equipos auxiliares necesarios para la integración en el sistema, adiestramiento en su uso y su sostenimiento. Es necesario adquirir este software para dotar al sistema NASAMS de la capacidad de mando y control adecuados para combatir amenazas aéreas reales. El valor estimado del contrato es de 45.922.649,09 euros.
El objetivo de la partida para actualizar las baterías Nasams era actualizar a la versión 2+ de este sistema antiaéreo de cota media-baja en servicio desde hace 20 años en el Ejército de Tierra y del que actualmente hay desplegadas sendas baterías en Estonia y Letonia. Además, se dotará con una batería al Ejército del Aire y del Espacio para relevar al sistema Spada 2000 de corto alcance, que está adscrito al Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aéreo (EADA).
El sistema Nasams fue adquirido en 2003. España es el único país de la comunidad NASAMS que todavía no ha modernizado sus baterías. Este avanzado sistema de defensa aérea y antimisil, diseñado por las compañías Kongsberg y Raytheon, opera a media cota, a partir de 300 metros de altura, y cuenta con tres elementos principales: el misil, el radar y el lanzador.
El NASAMS utiliza el misil Amraam 120 C5 del tipo 'dispara y olvida' capaz de abatir blancos a hasta 25 kilómetros y a una altitud de 10 kilómetros. Fabricado por Raytheon, tiene un peso de 157 kg, una longitud de 3,65 metros, diámetro de 178 mm y envergadura de 533 mm. El Amraam puede llegar a una velocidad de 2 Mach e incorpora un sistema de guiado semiactivo y una cabeza de guerra de hasta 35 kg.
Por su parte, el radar MPQ-64 Sentinel es el encargado de detectar e identificar los objetivos. Tiene un alcance de 75 kilómetros y puede manejar en tiempo real hasta 80 trazas de aeronaves. Toda la misión se coordina desde un puesto de mando, conocido como centro director de fuegos (FDC), altamente automatizado, donde un equipo de tres militares recibe la información del radar y vigila y controla el espacio aéreo asignado a la batería. El sistema puede reaccionar en poco tiempo a distintos tipos de amenazas desde una aeronave, hasta misiles de crucero o drones, y permite hacer fuego sin visión directa. Entre las características del Nasams destaca además que tiene la capacidad de hacer fuego sin visión directa. El Ejército de Tierra español sitúa el alcance efectivo del sistema entre los 7 y 10 kilómetros del objetivo a proteger.
En el caso español, cada batería está formada por dos lanzadores, un radar y un centro director de fuegos. Las baterías pueden actuar también de forma coordinada y en red con otros sistemas de defensa aérea españoles y de otros países aliados. Una vez que la de Estonia esté plenamente operativa estará vinculada con la otra batería española en Letonia. Ambas formarán parte, a su vez, del escudo de defensa aérea y antimisil de la OTAN en el flanco oriental.
El Ministerio de Defensa ha iniciado los trámites para la compra de una quinta batería Nasams para el Escuadrón de Apoyo al Despliegue Aérea (EADA) del Ejército del Aire y del Espacio, ubicado en Zaragoza. La formalización del contrato estaba prevista a lo largo de este 2023, según informó el propio ministerio en la revista RED, una de sus publicaciones oficiales. Además, dentro del mismo programa, el departamento que dirige Margarita Robles trabaja en la modernización a la versión 2+ las cuatro baterías operativas.
Stistema de misiles Mistral 3, 6,5 kilómetros
El último sistema antimisiles es el Mistral, un sistema VSHORAD ligero de corto alcance utilizado por las Fuerzas Armadas españolas en diferentes configuraciones desde la década de los 90. El Mistral 3 integra la última tecnología para garantizar una eficacia óptima, con una tasa de éxito superior al 96%. Proporciona una alta eficacia contra una gama extendida de blancos aéreos (aeronaves de ala fija y rotatoria, misiles anti-buques o distintos tipos de drones o Sistemas de Aeronaves no Tripuladas- UAS ). Puede atacar objetivos de baja firma térmica en condiciones de uso todo tiempo (noche/día, condiciones meteorológicas) y larga distancia de visión al objetivo.
- Dispone de una cabeza autodirectora que incorpora la última tecnología
- Gran maniobrabilidad
- Alcance de interceptación de hasta ocho kilómetros
- Altitud de interceptación de hasta seis kilómetros
- Cabeza de guerra de tres KG
- Vida útil sin mantenimiento de hasta 20 años
El misil superficie-aire de muy corto alcance Mistral 3 tiene un peso de 13,5 kilos, alcanza los 930 metros/segundo y su radio de acción es de 6,5 km. Cuenta con un mayor alcance que versiones anteriores y además aumenta las capacidades de detección para la defensa a baja y muy baja cota de unidades de maniobra. El fabricante apunta que esta arma tiene además “una excelente resistencia a las contramedidas y puede atacar objetivos de baja firma térmica, como vehículos aéreos no tripulados, misiles turborreactores y naves rápidas a larga distancia, además de los objetivos habituales de aviones de combate y helicópteros”.
Incorpora tecnología de 5ª generación en su nuevo buscador de guiado por infrarrojos, que proporciona capacidad pasiva de búsqueda, lo que dificulta que el objetivo pueda identificar que está enganchado por el misil. Además, Mistral 3 dispone de una cabeza de guerra de mayor letalidad, incorpora un software de contramedidas mejorado que protege su vuelo hasta el objetivo, y un motorcohete mejorado que le proporciona mayor maniobrabilidad y un alcance superior al de versiones anteriores.
Su velocidad es de 2,5 mach y el tiempo máximo en vuelo es de unos 14 segundos. Los misiles tienen una longitud de 188 centímetros, incluido el motor de lanzamiento, y un diámetro de 9,2.
Los Mistral del Ejército de Tierra suelen operar en conjunción con radares Thales Nederland Raven. Estos radares bidimensionales de baja cota, en servicio desde 1997, tienen un alcance de 20 kilómetros y cada uno puede trabajar con un óptimo de 12 puestos de tiro y un máximo de 22.
Aparte de las baterías en tierra, los helicópteros HA-28 (Tigre), integrados en la Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (Famet) incorporan cuatro misiles Mistral entre su armamento.
Recientemente, el Gobierno autorizó la compra de la compra de 522 misiles de este sistema
Mísiles del Ejército del Aire
Además de estos sistemas del Ejército de Tierra, los cazas del Ejército del Aire también disponen de misiles para hacer frente a cualquier ataque sobre nuestro espacio aéreo. Tanto los F-18 como los Eurofighter cuentan con los siguientes misiles:
► AIM-120 AMRAAM]
El Ejército del Aire dispone del misil AIM-120 AMRAAM o misil aire-aire avanzado de alcance medio para las flotas de F-18 y Eurofighter (entre 50 y 105 kilómetros de alcance según el modelo). Se trata de un arma supersónica de nueva generación que proporciona la capacidad de destruir blancos más allá de alcance visual (BVR), incluso con condiciones meteorológicas adversas. En la actualidad, constituye el armamento aire-aire más importante de las más modernas fuerzas aéreas occidentales.
Este misil, a diferencia de los misiles semiactivos como el AIM-7 Sparrow, realiza un guiado autónomo inercial a partir de un cierto punto de su trayectoria tras haber recibido los datos necesarios del blanco por parte de la plataforma lanzadora. Estos datos, una vez lanzado, se actualizan después por medio de un enlace de datos (data link). Cuando el objetivo está al alcance de su propio radar, el misil realiza una transición a guiado terminal activo. Una vez finalizada la interceptación, la espoleta de proximidad detona la carga de alto explosivo. Cuando el lanzamiento se produce a cortas distancias, el misil se guía hacia el blanco usando su propio radar tan pronto como es lanzado. Una de las más importantes virtudes es la capacidad de realizar disparos múltiples sobre blancos diferentes.
Las versiones AIM-120B/C son reprogramables a través de la conexión umbilical del misil y la versión C del AIM-120 tiene unas superficies aerodinámicas más reducidas para poder ser transportado en bodegas internas, un mayor alcance y una mayor velocidad.
El Ejército del Aire dispone de de más de un centenar de estos misiles.
► IRIS-T
El IRIS-T (Infra-Red Imaging System-Tail/Thrust vector controlled), diseñado por la alemana Diehl, que montan los Eurofighter españoles, cuenta con guiado por imagen IR de última generación. Con un peso de 87,4 kg, sus principales objetivos son aquellos de alta maniobrabilidad, como aviones de caza, misiles de crucero, vehículos no tripulados (UAV), entre otros. No sólo se pueden atacar aviones de combate enemigos, sino también atacar misiles aire-aire y tierra-aire.
España aprobó en 2009 la compra de 770 misiles IRIS-T por casi 250 millones de euros para sustituir a la serie de misiles AIM-9L Sidewinder. Es un arma del tipo dispara y olvida integrada en las flotas de EF18M de la bases aéreas de Torrejón y Zaragoza y en los Eurofighter del Ejército del Aire, permitiendo la designación de blanco tanto por radar como a través del casco del piloto.
El control aerodinámico y vectorial del empuje proporciona al misil una gran movilidad y una alta capacidad de maniobra en todos los ejes, incluso a bajas velocidades y gran altitud, lo que supone una gran ventaja en el combate de corto alcance, explica el Ejército del Aire.
El seeker (buscador) de imagen IR de alta resolución junto al procesador de imagen inteligente y una alta capacidad de selección de objetivo suponen un salto cualitativo frente a sus competidores mejorando la capacidad de discriminación frente a contramedidas.
Además, la alta resolución térmica y espacial le permiten tener una amplia adquisición de blancos y una alta capacidad de seguimiento, resultando ser un arma de gran precisión en el impacto y alta efectividad. Su gran ángulo de visión y su rápida aceleración angular le permiten enfrentarse a blancos situados incluso detrás del propio avión e interceptar misiles enemigos.
Además de su papel como armamento para aviones, el IRIS-T también se utiliza actualmente como misil guiado lanzado desde la superficie, por ejemplo en el sistema de defensa aérea terrestre IRIS-T SLS para la protección de objetos y de corto alcance. Además, la Fuerza Aérea Noruega demostró por primera vez la capacidad del IRIS-T de atacar también objetivos marítimos en un tiro de prueba en 2016.
► AIM-7 Sparrow
El AIM-7 Sparrow es un misil supersónico aire-aire de medio alcance (50 kilómetros) utilizado por el EF-18. Su empleo más idóneo es en escenarios más allá del alcance visual (BVR). Se caracteriza por tener un guiado semiactivo, es decir, la guía del misil depende de la energía radiada por el avión lanzador que a su vez es reflejada por el blanco. Esta energía puede ser de onda continua o doppler y es emitida por el radar del aparato lanzador. La cabeza buscadora del misil recibe e interpreta la energía reflejada por el blanco y una vez procesada, la transforma en señales a los mandos de vuelo del misil, que por medio de un piloto automático controla sus superficies externas de control para hacerlo llegar al blanco, en cuya zona de letalidad se detona el explosivo de la cabeza de guerra por medio de una espoleta de impacto o de proximidad.
España dispone de más de un centenar de la versión P..
► AIM-9 SidewinderDistintas versiones del misil Sidewinder se pueden lanzar desde los aviones del Ejército del Aire: EF-18 (AIM-9L/I y JULI), F-1(AIM-9JULI) y F-5 (AIM-9JULI). Se trata de un misil supersónico aire-aire de corto alcance (18 kilómetros) y guiado infrarrojo de origen norteamericano que está dotado de un detector óptico o láser con una cabeza de guiado de alto explosivo. Este tipo de sensores permite al piloto lanzar el misil y abandonar el área de combate o realizar acciones evasivas: es un misil de características ‘dispara y olvida’. El guiado del misil se realiza por medio del seguimiento de la energía infrarroja de la fuente térmica que desprende todo avión.
El último desarrollo de la familia de misiles Sidewinder, el AIM-9X, incrementa notablemente las características de las actuales versiones, lo que proporciona un mayor campo de visión y una mayor maniobrabilidad gracias a una nueva cabeza buscadora y a un nuevo motor de empuje vectorial. España dispone de las versiones L/I y JULI.
► MBDA MeteorSe trata de un misil aire-aire de alcance medio (150 kilómetros) para los Eurofighter dotándolo de capacidad de combate aéreo más allá del alcance visual. Se trata de un proyecto en el que cooperan Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Suecia y España. Las entregas se iniciaron en 2014 y han finalizado en 2020. Sus principales características son: capacidad contra blancos más allá del alcance visual; alcance entre 20 y 80 NM; altura de lanzamiento de entre 500 y 40.000 pies; elevada capacidad ECCM; capacidad contra diversos tipos de blancos y en diversas condiciones; mínima estela de humo del misil y “data link” bidireccional, con actualización del blanco después del lanzamiento. Su velocidad máxima es superior a Mach 4 y es capaz de recorrer 100 km. en apenas minuto y medio.
Ha sido desarrollado por un conglomerado de empresas europeas lideradas por MBDA para equipar los cazas Eurofighter Typhoon de la Royal Air Force de Reino Unido, de la Luftwaffe de Alemania, del Ejército del Aire de España y de la Aeronautica Militare de Italia, Dassault Rafale de Francia, Saab 39 Gripen de la Fuerza Aérea Sueca, y posiblemente F-35 de la Royal Navy británica.
El Meteor ofrece una capacidad de disparos múltiples contra objetivos maniobrando a larga distancia en un entorno con fuertes contramedidas electrónicas. De acuerdo con MBDA, el Meteor tiene de tres a seis veces el rendimiento cinemático de los actuales misiles aire-aire de su categoría. La clave del sobresaliente rendimiento del Meteor es su estatorreactor, fabricado por la compañía Bayern-Chemie/Protac (BC) de Alemania.
España habría comprado un centenar de estos misiles.
Radar de Vigilancia
El radar de vigilancia tridimensional RAC-3D tiene gran alcance de detección de blancos aéreos.
Sistemas antidrón de tecnología española
Por último, no debemos dejar de mencionar las últimas tecnologías en sistemas antidrones incorporadas por nuestras Fuerzas Armadas y, además, de tecnología española Una de ellas es el de la empresa tecnológica española TRC, que ha puesto a disposición del Ejército de Tierra, a través del Regimiento de Guerra Electrónica nº31 (Rew31), la nueva versión del sistema anti-dron CERVUS III. Su objetivo es proteger el espacio aéreo y garantizar la seguridad en emplazamientos críticos civiles y militares ante posibles ataques con drones.
Incluye un sistema de mando y control que se integra con todos los sensores bajo un único interfaz gráfico (GUI) que permite el manejo de la totalidad de las funcionalidades del sistema. Además, hay que destacar que la nueva plataforma integra dispositivos de captación de radiofrecuencia diseñados y desarrollados por TRC para ampliar el espectro radioeléctrico analizado, y un dispositivo electro-óptico de altas prestaciones desarrollado por E&M. De esta manera, mediante el uso de los algoritmos de visión artificial desarrollados por TRC, integrados con el sensor de E&M, es posible identificar de forma autónoma la presencia de drones y geo-posicionarlos en base a los modelos y algoritmos de inteligencia artificial incluidos en la nueva plataforma y entrenados junto con el REW31.
Adicionalmente, la plataforma permite integrar radares para ampliar el alcance del sistema y mejorar la precisión en el posicionamiento de las amenazas. Se trata de uno de los proyectos más avanzados del mundo en su campo.
En esta nueva versión de la plataforma, desarrollada íntegramente por TRC y gracias a la colaboración de E&M y del REW31, se ha conseguido que el sistema detecte e identifique de forma automática las posibles amenazas sin necesidad de que el operador tenga conocimientos de radiofrecuencia, lo que simplifica el manejo del sistema y facilita el despliegue masivo de la solución. Además, integra capacidades ‘hardkill’ para abatir drones, con la estación remota Guardian 2.0, que ha demostrado su eficacia recientemente en unas pruebas de disparo de munición programable en Huelva.
Cervus III, por tanto, permite la detección y clasificación, bien sean por análisis de frecuencias, visual o radar, la inhibición y el derribo de cualquier amenaza RPAS.
También el año pasado el Ejército del Aire y del Espacio anunciaba la adquisición a la empresa española Indra Sistemas de un segundo sistema antidrón Crow, por 1.499.950 euros. Según las especificaciones de la empresa, el Crow combina el uso de radares, cámaras infrarrojas y sensores de radiofrecuencia para detectar, identificar y clasificar amenazas a varios kilómetros y escoger la contramedida más adecuada para bloquear los enlaces de comunicaciones y de geolocalización del dron, pudiendo integrar medidas de hard-kill si es preciso.
Se trata de uno de los pocos sistemas que ya ha demostrado su eficacia en operaciones reales: protegió a los soldados españoles en Mali y a los presidentes y jefes de estado que aterrizaron en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz para acudir a la Cumbre de la OTAN en Madrid el mes de junio del pasado año.
Junto con las tecnologías activas y pasivas, asegura la compañía, utiliza “inteligencia artificial y algoritmos de fusión de datos para lograr el máximo nivel de rendimiento y automatización”. Una consola de control ayuda al operador a supervisar la situación, definir la zona a proteger, establecer alarmas y automatizar respuestas.
Según el fabricante, el Crow es actúa como “un escudo inteligente, que detecta la presencia de UAV a kilómetros de distancia y las neutraliza si invaden el espacio a proteger". La solución se puede utilizar de forma dirigida para inhibir a un solo dron o a todo un enjambre.
El sistema puede emplear, además, técnicas de engaño o spoofing para distorsionar los sistemas de autoguiado del aparato y poder dirigirlo hacia un lugar seguro. Permite desde la detección hasta la neutralización de la amenaza, incluyendo la identificación y clasificación de la misma, el registro de eventos, la generación de informes, etc.
La solución neutraliza los UAS detectados no autorizados mediante el empleo de tecnologías tanto soft-kill como hard-kill. El catálogo de Crow incluye múltiples opciones de contramedida para ser utilizadas según el escenario y la evaluación de riesgo-beneficio, así como otros factores como la regulación existente, destaca la empresa. También puede integrarse, añade, con otros sistemas como ATM, UTM y U-Space en los aeropuertos o sistema de defensa aérea terrestre.
Misiles de la Armada
Las fragatas F-100 clase «Álvaro de Bazán» son los primeros buques de guerra europeos con el sistema Aegis. Tienen capacidad para detectar y seguir más de 90 blancos móviles y dirigir los proyectiles antiaéreos y de superficie.
Dispone de dos lanzadores cuádruples de misiles antibuque RGM-84 Harpoon; dos lanzadores dobles de torpedos Mk-46; un cañón tipo Mk-45 de cinco pulgadas con capacidad de disparo de 20 proyectiles por minuto y 23 km de alcance; y un lanzador vertical Mk-41 con 48 celdas; cuatro lanzachaff que emiten señuelos para confundir a los misiles enemigos y un helicóptero SH-60B Seahawk preparado para la lucha antisubmarina y antisuperficie.
Los misiles RGM-84 Harpoon son los mismo que usa el Ejército del Aire en sus F-18, pero está equipado con impulsor de combustible sólido, que se separa una vez gastado para pasar a mantener el vuelo el motor cohete principal del misil.
En cuanto a las fragatas F-80 de la clase “Santa María”, menos sofisticadas que sus hermanas mayores “Álvaro de Bazán” incorporan un lanzador de misiles antiaéreos/antibuque Mk 13 con capacidad para 40 misiles; misiles antibuque RGM-84 Harpoon block II (8 unidades), como los de la F-100 y un sistema de misiles tierra-aire Raytheon Systems, con 32 unidades del modelo AA GDC Pomona Standard SM-1MR/RIM-66E (Bloque VI/VIA/VIB).
Por su parte, los patrulleros de la clase “Descubierta” incorporan, entre otras armas, un sistema de lanzamiento de cuatro misiles SSM RGM-84 Harpoon.
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