Realeza
“Las decisiones adoptadas por el rey son el principal logro y el aval de este reinado”
En el aniversario de los primeros diez años de reinado de Felipe VI y la reina Letizia, los periodistas Vicente Vallés y Ernesto Sáenz de Buruaga hacen balance de su papel durante esta década y opinan sobre su respuesta a los desafíos que han enfrentado.
El rey Felipe VI y la reina Letizia celebran su décimo aniversario de reinado. Esta década, marcada por la determinación de modernizar la monarquía haciéndola más accesible, transparente y responsable para adaptarse a la imparable evolución social, no ha estado exenta de desafíos. Retos, algunos más exigentes que otros, que han puesto a prueba la capacidad de la pareja de mantener a nuestro país en un lugar relevante y respetado en el mundo.
La pandemia de COVID-19 ha sido uno de los grandes desafíos a los que se han enfrentado nuestros monarcas. La pareja real jugó un papel activo en la respuesta a la crisis sanitaria, subrayando su papel como símbolos de estabilidad y cohesión en tiempos de cambio. Sin embargo, desde su proclamación el 19 de junio de 2014, uno de los episodios más complejos fue la gestión de la crisis catalana, que alcanzó su punto álgido con el referéndum de independencia en octubre de 2017. El rey pronunció un discurso televisado el 3 de octubre, en el que defendió la unidad de España y condenó las acciones de las autoridades catalanas, marcando una posición firme de la monarquía ante uno de los mayores desafíos territoriales en la historia reciente de España. Este contundente discurso defendiendo la unidad de España, que le valió tanto elogios como críticas, subrayó una de las dificultades a las que tendría que hacer frente.
Este episodio quedó grabado en la retina de una amplia mayoría de españoles. “Desde el momento clave del proceso de Cataluña con aquel discurso que nos impresionó a todos y, pese a que muy criticado constituyó el hito más importante de su reinado, el rey Felipe IV ha garantizado la continuidad de la monarquía siendo respetuoso con los poderes políticos y estando en su momento, en cada sitio, en cada problema hasta donde tenía que estar”, asegura el periodista Ernesto Sáenz de Buruaga.
De esta misma opinión es Vicente Vallés. “Han reinado en circunstancias muy complejas. Para empezar, después de una abdicación, con la presencia del emérito. Han reinado en un país políticamente muy convulso, en el que se ha cuestionado el régimen constitucional, incluso por partidos que han estado o están en el gobierno. Felipe VI ha tenido que adoptar decisiones sobre candidatos a la investidura que nunca antes se tuvieron que adoptar, con legislaturas que no arrancaban o que resultaban fallidas. Durante su reinado se produjo el proceso independentista. Y, sin embargo, las decisiones adoptadas por el rey a propósito de estas y otras dificultades son, precisamente, el principal logro y el aval de este reinado”, subraya.
La modernidad como base
Felipe VI asumió una Corona en crisis, con su imagen deteriorada y carente de popularidad y respeto. En estos 10 años, según los expertos, esta percepción ha cambiado. “El rey Felipe VI heredó la Corona de la renuncia de su padre, que era un personaje querido y, a la vez, controvertido por todo lo que pasó. Eso propició que su llegada al cargo fuera analizada al detalle. Pero ha logrado consolidar la seguridad de la monarquía y consolidarse ellos mismos como personas representativas queridas y respetadas por el pueblo español. Son una generación entre la de los mayores y la de los jóvenes, y creo que están haciendo un papel relevante. Lo están haciendo con nota. Nuestro actual rey es el monarca más preparado, probablemente, de la historia. Y yo creo que todos los pasos que han dado han sido positivos para el país”, explica Sáenz de Buruaga.
Entre los cambios más significativos que ha implementado Felipe en comparación con el reinado de su padre, el periodista destaca la modernización de la monarquía. “Su padre era un hombre cercano, cariñoso y, probablemente, el rey Felipe lo ha profesionalizado y se ha puesto justo a la altura de los tiempos. Son otros tiempos, son otras formas”, indica.Esta profesionalización de la monarquía ha tenido su impacto en la sociedad. “Es lógico que al principio hubiera dudas sobre la capacidad de los reyes para realizar su labor. Pero el paso del tiempo ha demostrado la solidez de su tarea, lo que ha hecho que la cuestión sobre monarquía o república con la que fueron recibidos por algunos, haya desaparecido del debate nacional”, asegura Vicente Vallés. Y añade: “La Monarquía, como cualquier otro régimen político, es más o menos útil o adecuada dependiendo de su capacidad para representar las inquietudes mayoritarias de un país. Durante décadas, después de la dictadura, la Monarquía parlamentaria sirvió como argamasa de unión en España. Luego, los comportamientos del rey emérito provocaron algunas disfunciones serias. Pero el rey Felipe ha sabido cultivar su propia imagen, alejada de la de su padre”.
El legado de Felipe y Letizia
El legado de Felipe VI y la reina Letizia se caracteriza por un firme compromiso con la modernización y la transparencia de la monarquía española. En estos diez años, han trabajado arduamente para restaurar la confianza pública en la institución, distanciándose de los escándalos del pasado y promoviendo una mayor rendición de cuentas. De hecho, la transparencia financiera y la responsabilidad institucional se han convertido en pilares esenciales de su reinado, con esfuerzos continuos para adaptarse a las expectativas de una ciudadanía cada vez más exigente.
“El legado de estos diez años es, sobre todo, haberse consolidado, lo que no se veía tan fácil de conseguir cuando empezó el reinado. Ha sido una tarea compleja y llena de obstáculos. Lo que hay por delante no será necesariamente más sencillo que lo ya pasado, pero la experiencia adquirida por los reyes será de ayuda. Reinar nunca ha sido fácil para ningún monarca. Sostener la corona y consolidarla, tampoco es sencillo. Pero hoy no existe un debate abierto sobre la Monarquía parlamentaria, y eso ya significa mucho”, comenta Vallés.
A pesar de sus esfuerzos y logros, Felipe VI y la reina Letizia no están exentos de enfrentar nuevos obstáculos. La monarquía sigue bajo el escrutinio de una sociedad cada vez más exigente. Además, la situación política y territorial de España, especialmente en regiones como Cataluña y el País Vasco, continúa presentando tensiones que requieren una gestión cuidadosa y equilibrada. La economía del país, afectada por crisis globales y cambios internos, también demanda una monarquía que sea capaz de apoyar y reflejar los intereses del pueblo. En este contexto, la pareja real debe adaptarse constantemente para mantener la relevancia y el respeto de la institución en un mundo en continuo cambio.
“En un mundo tan cambiante, donde hay una crisis cada día, no solo en España, sino en el mundo, ellos tienen que seguir representando lo que son el reino de España, la unidad de los españoles, nuestros principios, nuestra cultura, nuestras tradiciones y la defensa de la Constitución”, apoya Sáenz de Buruaga. Y concluye: “Si todo va mal, hay que mirar a la monarquía porque sabemos que ahí hay alguien que está pendiente de todos independientemente de lo que piensen, del partido que militen y de las opciones que crean que tienen que tener en su vida. Yo creo que la monarquía tiene que ser el faro en estos momentos, junto con la Justicia”.
A este respecto, Vicente Vallés recuerda: “Lo más importante para los reyes de cualquier país democrático en el mundo actual es la capacidad para que sus compatriotas se sientan mayoritariamente bien representados en la figura de sus monarcas. Los reyes han conseguido dar una buena imagen de España, dentro y fuera del país. Mantener esa buena imagen es difícil y, por tanto, un reto a alcanzar cada día”.✕
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