ETA

La Audiencia juzga a cuatro etarras por el intento de asesinato con una "maceta-bomba" de dos periodistas y su hijo de año y medio

Reclama más de 74 años de prisión para cada uno de los terroristas, que no consiguieron hacer detonar un explosivo que hubiera causado su "muerte inmediata"

El etarra Francisco Javier Makazaga, en la imagen en un juicio, ya fue condenado por el asesinato de Korta
El etarra Francisco Javier Makazaga, en la imagen en un juicio, ya fue condenado por el asesinato de KortalarazonArchivo

Cuatro etarras se enfrentan a una petición de condena de 74 años de prisión por intentar asesinar en el año 2000 a dos periodistas -Aurora Intxausti, de El País, y Juan Palomo, de Antena 3- y su hijo menor de edad con una bomba lapa situada en una maceta del rellano de su vivienda en San Sebastián. La Fiscalía pide para Francisco Javier Makazaga, alias "Txema", Jon Zubiaurre, Imanol Miner y Asier García Justo penas de 19 años y diez meses de prisión por cada uno de los tres asesinatos terroristas en grado de tentativa que les imputa y otros 14 años y diez meses por un delito de estragos con carácter terrorista.

Según el escrito de conclusiones provisionales de la Fiscalía, en una fecha sin precisar anterior al 10 de noviembre de 2000, como miembros del "comando Gaua" Zubiarre, Miner y García Justo realizaron una labor previa de información -por orden de Makazaga, integrante del "K-Zarkako Buruntza" del "comando Donosti"- para localizar el domicilio familiar de los periodistas en San Sebastián, con el objetivo de "estudiar la viabilidad de colocar un artefacto explosivo en el rellano de su puerta, con una clara finalidad de atentar contra sus vidas y de causar daños en el inmueble", en el que además residía el hijo de la pareja, de un año y medio de edad.

El 10 de noviembre de 2000, sobre las ocho de la mañana, cuando Palomo abría la puerta de su casa para acudir al trabajo, "escuchó una explosión similar a la de un petardo, observando sobre el felpudo una planta helecho de grandes dimensiones", por lo que indicó a su mujer, que se disponía a salir con del domicilio con el hijo de ambos, "que regresaran al interior de la vivienda, al lugar más alejado de la puerta posible".

El artefacto colocado por ETA era de iniciación eléctrica y contaba con un sistema de trampa por apertura de la puerta del domicilio. Contenía 2,3 kilos de un explosivo industrial a base de

nitrato amónico sensibilizado con TNT y contaba con un sistema de iniciación con temporizador mecánico, una pila alcalina y un detonador pirotécnico industrial. Además, el artefacto contenía 2,5 kilogramos de metralla (tuercas y tornillos) para hacer más mortífera la onda expansiva. Para activarlo, los terroristas habían dispuesto una alarma de apertura de puertas y ventanas. Tanto la carga explosiva como la metralla estaban ocultas dentro de una cacerola de acero inoxidable depositada dentro de una maceta de plástico de color verde-

La alarma de puertas estaba sujeta al marco y la puerta de la vivienda mediante un adhesivo de doble cara, una parte a la puerta y la otra al marco, de manera que cuando se abriera el sistema de iniciación eléctrico funcionara correctamente, "si bien la deflagración del inflamador eléctrico no inició el detonador industrial".

La Fiscalía detalla en su escrito que la activación del explosivo "debía haberse producido justo en el momento de la apertura de la puerta del domicilio por sus moradores, lo cual habría provocado la explosión de la totalidad del artefacto y la proyección tanto de la deflagración como de la tornillería hacia la boca de dicha puerta, lo que hubiera conllevado la muerte" del periodista ""de forma instantánea" y también la de su pareja y su hijo menor, "así como graves daños en el inmueble".