Territorio
Así es el pueblo más frío de España
La temperatura media anual es de siete grados y tiene inviernos que duran más de medio año
Poco a poco va quedando menos rastro del riguroso verano de este 2022 y las temperaturas más propias del otoño van asomando con más fuerza, con unos termómetros cada vez más fríos. Todavía es pronto para aventurar cómo va a ser este invierno, aunque hay algunos aficionados a la meteorología, con análisis rudimentarios basados en el comportamiento de la naturaleza, que se atreven a predecir un invierno duro, con mucho frío y abundantes nevadas. No obstante, habrá que ver si se llega a temperaturas extremas, como las que se registraron en 2020, el año de Filomena, cuando algunos termómetros llegaron a los -35º.
En cualquier caso, ante el declive de los termómetros también es momento de repasar cuál es el pueblo más frío de España: Griegos. También cabe recordar que la temperatura oficialmente más baja de la historia de España se registró en 1962 (-35,8º) o que hay también un poblado en el Valle de Arán catalán (Montgarri) considerado el más frío, aunque está deshabitado.
Griegos, situado a una altura de 1.600 metros de altitud y considerado el segundo pueblo habitado con más altura, está en la frontera con la provincia de Cuenca y está situado en la Sierra de Albarracín, una zona muy dinámica turísticamente por el patrimonio arquitectónico que tiene Albarracín (un lugar que aparece prácticamente en todos los rankings de pueblos más bonitos).
“Nuestro pueblo se relaciona más con el frío como refugio en verano ante el calor que hace en muchas zonas de la península que con el invierno”, asegura el alcalde de Griegos, Salvador Gil, en conversación con este diario. “En época estival es un reclamo”, añade, porque “rara vez” se superan allí los 30 grados durante el día, mientras que por la noche se suele dormir a unos 14 grados. Los datos de temperaturas son muy elocuentes: la temperatura media anual es de 7º, mientras que la temperatura media en los meses de verano es tan solo de 18º.
Estas bajas temperaturas se deben a su localización geográfica: es un pueblo que se encuentra a una altitud de 1.600 metros (muy elevado) y cabe recordar que, por cada 100 metros de alturas, los termómetros bajan 0,6º; y, porque es un pueblo que se encuentra en pleno Sistema Ibérico, que alberga unos inviernos muy largas y abundantes nevadas. “Tenemos veranos, primaveras y otoños cortos y lo más largo es la estación del invierno, que suele durar cerca de seis meses”, resume.
Griegos es un pueblo con mucho dinamismo turístico tanto en verano como en invierno. Los veranos son suaves y permiten, sobre todo, disfrutar de los parajes naturales llenos de bosques para hacer rutas de senderismo. Ahora en otoño, también hay mucha actividad de caza, según explica el alcalde. Y, ya en invierno, también hay gran afluencia de gente para practicar esquí de fondo gracias a las copiosas nevadas. Por tanto, el municipio está lleno de atractivos turísticos y está bien dotado a nivel de alojamiento: según expone Gil, hay cerca de 90 camas entre el hostal, el albergue y las dos casas rurales para hospedarse.
Hay casi tantas camas como habitantes, ya que es un pueblo muy tranquilo con 140 personas censadas, pero en el que solo viven poco más de 100 durante todo el año. También hay bar y restaurante y un consultorio médico. La población es de avanzada edad, aunque Gil también cree que las medidas que se han ido tomando en los últimos tiempos en favor de la España Vaciada pueden ir atrayendo a jóvenes a instalarse.
Sin lugar a dudas, Griegos vive también mucho al calor del municipio vecino de Albarracín. “Albarracín es uno de los pueblos más bonitos de España. Mueve muchísimo y recibimos parte del turismo: tienen un turismo muy patrimonial, nosotros patrimonio de naturaleza”, señala el alcalde del municipio, que tiene en un radio de 10 kilómetros el nacimiento del río Tajo y del Turia. El pueblo también cuenta con una iglesia del siglo XVI y una ermita.
Más allá del turismo, Gil también echa en falta rescatar actividades tradicionales del pueblo como la ganadería o la agricultura. La ganadería la considera fundamental porque “el pastoreo es muy necesario para la limpieza de montes”. “El 80% del término municipal es masa forestal”, señala, advirtiendo de los riesgos que conlleva por los incendios. De ahí también que durante los últimos 40 años el pueblo también haya vivido un
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