Memoria Histórica
Pico Reja: una de las mayores fosas comunes de Europa será investigada hasta febrero
Los últimos cálculos apuntan que hay más de 6.000 cuerpos en la sepultura
La sede del Parlamento Europeo en Bruselas fue escenario la semana pasada de la proyección del documental «Pico Reja. La verdad que la tierra esconde», de Remedios Malvárez y Arturo Andújar, que muestra la apertura de lafosa común de Sevilla que le da nombre, la más grande de España y una de las mayores de Europa, con sus 671,34 metros de longitud y cuatro de profundidad y una capacidad total de 2.685 metros cúbicos.
En la enorme sepultura, donde según datos publicados en la web del Ayuntamiento de Sevilla se encontrarían los restos de hasta 1.103 personas –las previsiones han pasado a unos 6.000 cuerpos– podrían estar también algunos de los integrantes de la denominada columna minera de Riotinto, un grupo de mineros combatientes en defensa de la República que murieron a las afueras de la capital hispalense. La fosa se abrió en 1928 en el cementerio de San Fernando, aunque solo comenzó a usarse en el verano de 1936 para enterrar a las víctimas del avance de las tropas sublevadas al comienzo de la Guerra Civil.
En Pico Reja se encuentran los restos de víctimas de desapariciones forzosas en el periodo de la contienda –se cree que allí pueden estar los de Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza y fusilado en agosto de 1936–, junto con los de presos de la posguerra y de enfermos de hospitales cercanos fallecidos años más tarde. El lugar se convirtió en «un gran basurero» donde se depositaron miembros amputados, enfermos infecciosos o niños fallecidos en las calles, según ha señalado a Efe Juan Manuel Guijo, arqueólogo y codirector de la intervención forense.
En los próximos meses se ampliará el perímetro de la fosa y culminará la fase de campo con la que los miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi esperan recuperar los restos de unos 1.400 represaliados en la guerra y la posguerra, donde existen además otros 4.500 posteriores enterramientos vinculados a una actividad funeraria normal, lo que arrojaría un porcentaje del 23,7 por ciento en el caso de las consideradas víctimas directas de la contienda.
«La fosa de Pico Reja supone el mayor esfuerzo público que se ha hecho en cuanto a recursos en una fosa del franquismo», apunta Guijo. El presupuesto inicial ascendía a 1.210.000 euros aportados por el Ayuntamiento y la Diputación de Sevilla, la Junta de Andalucía y el Gobierno, aunque el consistorio aportó 300.000 euros más ante la magnitud de los trabajos, que se convirtieron en un «rompecabezas inmenso» desde que, en 2020, el equipo científico se dio «de bruces» con un mar de imprevistos, restos óseos y ataúdes. Por este motivo, y a la vez que el soporte económico aumenta, la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha visto ampliado el plazo de ejecución para culminar las tareas de la segunda y tercera fase del proyecto, que se prolongará hasta el 28 de febrero del año que viene.
A Bruselas en concreto se ha querido llevar el documental como una reconstrucción de los recuerdos con la intención de crear un espacio para la reflexión. A través de entrevistas a familiares de represaliados, muchos de ellos testigos en primera persona de los hechos, la película explica cómo y por qué ocurrieron tales acontecimientos, mostrando también los trabajos de exhumación e identificación de cuerpos, los de mayor envergadura y cualificación científica que se afrontan en este momento en España. Y con un largo recorrido todavía.
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