Fronteras
El error que ha permitido a Andorra invadir diez hectáreas de España
Una instalación de placas solares en una estación de esquí altera la frontera de nuestro país
Una de las características que definen a un país son sus fronteras. Las limitaciones del territorio permiten a las autoridades y al resto del mundo tener constancia de la tierra que forma parte de una nación.
En ocasiones, las disputas por las fronteras pueden extenderse durante años e, incluso, siglos. Así, estas son protegidas por los estados y reforzadas en caso de un acercamiento por parte de algún país que pueda ser conflictivo.
En la Unión Europea, en cambio, las fronteras son mucho más laxas gracias a los tratados conseguidos con los años siendo la presencia policial testimonial. Esto ocurre cuando son límites entre dos países comunitarios, algo que cambia cuando uno de los dos ya no pertenece a la comunidad, como el caso de Francia y Reino Unido.
El caso de Andorra es algo muy peculiar dentro del panorama internacional. El micro estado aprobó su Constitución en 1993 tras años de incertidumbre que movieron sus fronteras y perturbó la convivencia del pequeño país. Las relaciones con España han sido buenas la mayor parte del tiempo aunque en ocasiones surgen problemas.
Ahora, tras más de 25 años desde la aprobación del “Tratado de Buena Vecindad, Amistad y Cooperación entre el Reino de España, la República Francesa y el Principado de Andorra”, se ha dado un hecho que podría enturbiar las relaciones entre España y Andorra.
Error en la frontera
Andorra se encuentra construyendo un gran parque fotovoltaico de energia solar. Esto, supone más de 20.000 hectáreas en la estación de esquí Vallnord-Pal Arinsal que alteran el paisaje conocido hasta la fecha.
Esto podría pasar desapercibido por la mayoría si no fuese por un error en las fronteras entre España y Andorra. Según los mapas andorranos las placas se encuentran dentro del país, algo que no comparte la cartografía española.
Andorra defiende que la frontera la delimita la pendiente de una montaña y que hasta que esta no empieza a bajar no pertenece al parque natural de l’Alt Pirineu.
Esto es contrario a lo que argumenta España y que considera una invasión del territorio. Según los mapas españoles, el límite fronterizo es de aguas, es decir hacia donde cae el agua cuando llueve.
El conflicto se encuentra ahora en manos de ambos países que defienden sus posturas y que esperan a un informe de los agentes rurales para tomar acciones. Aun así, no es la primera vez que ocurre un hecho similar y que supone una alteración del territorio.
Balsas de agua en la frontera
Cuatro años atras, en 2017, Andorra ya tomó una decisión similar y construyó unas piscinas de agua en territorio confuso. Estas, necesarias para fabricar nieve artificial en la misma estación de esquí ya provocaron discusiones entre ambos gobiernos.
Las placas se encuentran justo detrás de estas piscinas, una zona que ha utilizado Andorra con esta ocasión por segunda vez en un breve espacio de tiempo. Para España, esta zona tiene un gran interés natural debido al parque que alberga la zona que ya delimita la frontera.
Aun así, Andorra no parece tener intención de cambiar las piscinas ni las placas que generarán casi un 40% de la energía de la estación de esquí.
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