Josep Ramon Bosch
Las batallas de septiembre
Sobre la subida del precio de la luz, la ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, afirmó que Europa prohíbe fijar precios, establecer máximos o mínimos y discriminar tecnologías, al ser contrario al derecho comunitario, y señaló a las compañías eléctricas de «falta de empatía», frase hueca para intentar satisfacer a su electorado. Sin embargo, Podemos su socio gubernamental, la acusó de mentirosa e incapaz para atajar la escalada de los precios de la electricidad, que ha dejado el mes de agosto con la factura de la luz más cara de la historia de España, mientras exige la creación de una empresa pública de energía y extender el bono social eléctrico. En 2021, unos 10 millones de hogares pagarán el recibo de la luz un 25,8% superior al del pasado año, al estar sometidos a la tarifa regulada eléctrica (PVPC o precio voluntario para el pequeño consumidor), pasando de una media de 512 euros a 644 año, con el pico máximo de ayer a un precio de la luz de 132€ megavatio hora (con Rajoy en 2017 y en medio de sonoras protestas se llegó a pagar 71€). Primera batalla.
El IPC de agosto estará por encima del 2,9% del mes anterior, la cesta de la compra de ocho alimentos básicos para un adulto supera los 101 euros al mes, un 4,6% más que en 2020, según un estudio de Picodi y el Consejo de Juventud de España afirmó que los menores de 30 años deben dedicar una media del 60% de sus ingresos para el alquiler de su vivienda. La ley estatal de vivienda está atascada desde hace meses por la regulación de los precios del alquiler debido a la oposición de Podemos –como tampoco parece que puedan abordar con éxito la reforma del Código Penal–. Ante estos sonoros fracasos, el gobierno desea priorizar la agenda social, como el Plan Estatal de Vivienda 2022-2025, la derogación de la reforma laboral, el «Salario Mínimo Interprofesional», las leyes de fomento del ecosistema de las empresas emergentes la Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera y la Ley de cooperación internacional para el desarrollo sostenible. Mucha propaganda hueca, leyes dirigidas a su electorado. La batalla de la propaganda.
Mientras las empresas siguen abandonando Barcelona, Pablo Iglesias se instala en la ciudad condal. Quien fuera vicepresidente del gobierno con Pedro Sánchez y uno de los principales avaladores del proceso separatista catalán, recupera su faceta de tertuliano como colaborador de «El món a RAC1» –la radio monárquica, del conde de Godó y Grande de España– y en «Hora 25» de la Cadena SER. Además trabajará para una universidad privada, dando clases en un máster confeccionado a su medida y colaborará en varios proyectos con el multimillonario Jaume Roures. Pablo Iglesias ha sido recibido como un héroe por el nacionalismo catalán y será un consejero áulico para los separatistas en la mesa de negociación que el gobierno español y la Generalitat preparan para la tercera semana de septiembre. Vienen nubarrones. Cataluña será la tercera batalla.
Pero la guerra la gana Pablo Casado. La de las encuestas.
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