S u vocación por el servicio público queda patente a lo largo de esta entrevista. Después de haber tratado con el presidente del Gobierno sobre la situación de emergencia que se vive en Ceuta, el presidente de la ciudad autónoma, Juan Jesús Vivas, atiende a LA RAZÓN para explicar la dramática crisis vivida, el ejemplo «de solidaridad» que ha dado el pueblo ceutí y para dejar claro que su interés por la ciudad «está por encima» de «cualquier interés partidista». Destaca la coordinación con el ministro de Interior en el operativo, resalta que fue él quien pidió a Grande-Marlaska activar el acuerdo con Marruecos para iniciar los retornos de menores y «siendo honrado» consigo mismo cree que el ministro no debería dimitir por esta cuestión, como sí pide su partido.
–¿Cómo se encuentran los menores y cómo lleva la situación la población ceutí, que se prolonga desde hace tres meses?
–Tengo 68 años, soy de Ceuta y llevo 45 al servicio de la Administración y nunca había vivido algo como esto. Llegaron 12.000 personas, 1.000 de ellos menores mientras que otras tantas esperaban al otro lado de la frontera. El ánimo de los ceutíes quedó embargado de angustia e incertidumbre. Teníamos la sensación de que estábamos al borde del abismo. En la Asamblea la actitud que adoptamos fue la de la unidad y el sentido de Estado, contamos con un pronunciamiento de Europa que fue de inequívoco apoyo. El Gobierno de la nación puso de manifiesto que estaba comprometido de manera firme con la defensa de la integridad territorial y la soberanía. El despliegue de nuestro Ejército y el de los Cuerpos de Seguridad del Estado fue admirable. Los ciudadanos ceutíes volvieron a dar una lección de madurez, de entereza y de solidaridad. No lo podemos olvidar. Es una situación de emergencia humanitaria. El esfuerzo que se hizo para el acomodo de esos menores fue enorme porque en 24 horas dimos cobijo a todos, pero las condiciones no están concebidas para un tiempo prolongado.
–¿El momento que viven es consecuencia de una mala política del Gobierno con Marruecos?
–Con Marruecos hemos vivido muchas situaciones, sobresaltos de alguna naturaleza, a lo largo de la historia y con gobiernos de todos los colores. Yo los he vivido y ante estas contingencias nunca he culpado al Gobierno de la nación y no voy a hacerlo ahora. Quiero que todas las instituciones rememos al servicio de restablecer unas buenas relaciones con el país vecino, basadas con la confianza. Eso es posible y es bueno. Estas relaciones tienen que estar basadas en el respeto recíproco.
–El miércoles se reunió con Pedro Sánchez, ¿no cree que debió llamarle antes, dada la magnitud del problema?
–He tenido varios contactos con el presidente del Gobierno antes. Debo reconocer que en la agenda del presidente la situación de Ceuta es calificada como un asunto de máxima prioridad y una cuestión de Estado. Esto, al margen de ser verdad, se traduce en confianza para los ciudadanos de Ceuta. Necesitamos confianza y aliento, los ciudadanos deben saber que no están solos, que tienen al Estado. Compartíamos con el Gobierno de la nación que la solución era el retorno individualizado y asistido. El presidente comparte el criterio de que la situación es insostenible. Es relevante.
–¿Hay plazos para comenzar con las devoluciones?
–No. No los hay porque no hay certidumbre. La solución tiene que ser inmediata, pero de acuerdo con las interpretaciones de los retornos que hacen los jueces. Vivimos en un Estado de Derecho y es obligado. Sánchez me transmitió que el Gobierno asumía el compromiso para cumplir este objetivo, es decir, poner a disposición de Ceuta cuantos medios y capacidades se precisen.
–Tres meses de crisis para resolver que debe aplicarse la Ley de Extranjería... ¿Nadie se dio cuenta antes? ¿Fueron irregulares las devoluciones?
–Teníamos un instrumento que considerábamos válido. Ahora, en el recurso que se impuso y que ha dado lugar al pronunciamiento de la Justicia sobre la paralización –en el que se ha personado la Abogacía del Estado– se respalda la actuación que se estaba llevando a cabo. Acataremos las decisiones de los jueces. Nosotros intentamos, en una situación de emergencia, actuar al servicio de los retornos con el instrumento que era más ágil para preservar al interés del menor, que era nuestra prioridad. Cuando te dicen que no es posible, acatamos y reaccionamos para aplicar dentro de la legislación.
–¿El acuerdo entre Sánchez y usted no es una corrección directa a Marlaska, al asumir ahora que no se actuó conforme a la Ley de Extranjería?
–No. Hago una apelación a la unidad de acción y a la responsabilidad. Quien solicita que se active el acuerdo con Marruecos es el Gobierno de Ceuta y esa es la realidad y no me voy a apartar de ella. Yo asumo la realidad y para nada lo justifico. Creíamos que era un recurso legal, además de porque atendía a una situación de emergencia insostenible. Póngase en mi lugar, una ciudad en la que entran 12.000 personas y que no hay manera de atender. La interlocución la tuve con Marlaska, que gestionó con conversaciones que no serían fáciles con Marruecos para que aceptara el acuerdo. No creo que fuera honesto por mi parte decir que la responsabilidad la tiene Marlaska. Fuimos nosotros quien pedimos activar el acuerdo. Tratamos de buscar una coordinación entre las dos administraciones porque esto es una cuestión de Estado. Cuando esto pasa, hay que apartar las componentes partidistas o electorales y actuar con responsabilidad y sentido de Estado. Hay quien no lo entiende, pero creo que la mayoría sí, y el presidente del PP, Pablo Casado, también. Ceuta y España están por encima de los intereses de partido. Quien ejerce las capacidades de un gobierno tiene que ir de la mano con el Gobierno de la nación con independencia de su color.
–¿No tiene Interior la competencia de coordinar el dispositivo con la Delegación de Ceuta?
–Sí, pero le digo que entendía Interior y nosotros compartíamos la interpretación y la Abogacía del Estado igual de que no había vinculación directa en el instrumento específico del acuerdo al reglamento de la Ley de Extranjería. Esto es una interpretación legal y las leyes se interpretan.
–¿Usted cree que Marlaska debe dimitir?
–Le estoy explicando cuáles son las razones y la operación que hemos llevado a cabo. Creo que ya le he contestado. Marlaska actuó porque le pedimos que actuara, que aplicara el acuerdo y es lo que hizo. Sinceramente, no creo que deba dimitir por este motivo, se lo digo con sinceridad y no sería honrado conmigo mismo si le dijera que debe dimitir por este motivo, puesto que hizo lo que le pedimos. Bastante tenemos como para enfangar con cuestiones partidistas. Entienda la angustia de una persona que está gestionando, que ha encontrado apoyo por parte de Marlaska en todo momento y que espera poder encontrando.
–¿Ha recibido alguna comunicación desde Génova en estas últimas horas?
–Con mi presidente, Pablo Casado, hablo constantemente. Está prestando una atención enorme a todo esto. Estoy agradecido a su apoyo, que es manifiesto. El mismo 17 de mayo por la tarde me llamó y siempre me ha transmitido lo mismo y es que el partido y él mismo están al servicio de Ceuta y también me ha dicho que yo debería poner a Ceuta por encima de los intereses del partido. Eso está en el ADN del PP. He recibido llamadas de apoyo de muchísimas personas.
–¿Cree que la normalización de las relaciones con Marruecos puede aliviar el problema?
–Creo que las relaciones entre España y Marruecos corresponden con ámbitos muy importantes; inmigración, seguridad, ámbito económico y comercial... Cuanto mejores sean las relaciones entre los dos países mejor para todos.
–¿Sánchez le trasladó en la reunión sí han mejorado estas relaciones con el país vecino?
No hablamos de las relaciones entre España y Marruecos. Lo que sí me manifestó Sánchez es esa disposición de Marruecos positiva y favorable para solventar el problema que tenemos respecto los menores. Es de agradecer.
–¿Temen una nueva situación como la vivida en mayo?
–No presumo que se vaya a producir una situación como esta. Tengo muchos años y esto no lo he vivido nunca y espero no volverlo a vivir. Ceuta tiene respaldo inequívoco por mucha gente, del PP, del Gobierno de la nación, de la oposición, del Parlamento Europeo... Una vez que hemos despertado, ojalá que esta crisis sea una oportunidad para salir reforzados y con la expectativa de un futuro estable y seguro.
–¿Son suficientes los medios policiales y de seguridad en su ciudad?
–El despliegue policial es relevante en Ceuta. El Gobierno de la nación en colaboración con la ciudad trabaja en un plan para atender proyectos de inversión en equipamientos de infraestructuras que quedaron apartados con la crisis económica. También para ampliar medios y las dotaciones, no solo en infraestructuras sino en servicios públicos; sanidad, educación, justicia... Unas expectativas que son alentadoras para encontrar unas condiciones en Ceuta de creación de empleo, de calidad de los servicios públicos que estén a la altura de las comunidades de España y de Europa.
–¿Le han dado más presupuesto para atender a los menores?
–Ha llegado una ayuda extraordinaria de emergencia por parte de Europa y tenemos el compromiso del Gobierno de que las contingencias presupuestarias derivadas de esta crisis serán atendidas.
–¿Qué van a hacer con los menores que no quieren volver a Marruecos?
–Lo vamos a empezar a tratar. No sabemos cuántos quieren y cuántos no. Vamos a empezar a trabajarlo de manera coordinada.
–Podemos defiende que estos menores sean trasladados a la península. ¿Sánchez y usted contemplan este escenario?
–Lo que defiende la ciudad es el retorno a su ciudad de origen y coincide con la opinión del Gobierno central.
¿Han mejorado las relaciones con Vox después de que se abstuviera en la votación de Abascal como persona non grata?
– Nosotros no votamos a favor de que fuera declarado non grato porque no creemos en esos pronunciamientos. Pero lo que se debatía en pleno era si el comportamiento de Vox había sido el correcto y yo digo con todo el respeto que no lo fue porque era un momento en el que se requería la unidad de todos los partidos. Vox deliberadamente no quiso participar de esta unidad ni de una declaración institucional en la que se afirmaba explícitamente que Ceuta era una parte esencial e indisoluble de España. Vox vino a decir que en Ceuta hay formaciones promarroquíes, esto tiene una consecuencia y es que divide a la sociedad ceutí en algo tan fundamental como es el sentimiento de pertenencia a España.