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Biden contra Kant
Planeta Tierra
“Quiero dejar fuerte rastro de mi paso durante los años 2021/2024”. Poco más de un mes antes de dejar de ser presidente USA, patéticamente y tras la derrota masiva de su candidata Kamala Harris, Biden dijo más o menos: “ahí queda eso: después de mí, el diluvio”; emulando una frase de Luis XV de Francia en el siglo XVIII.
Pero lo peor es que el “diluvio” del siglo XXI puede ser nuclear, porque la idea del todavía presidente de EE.UU. es ceder a Zelenski –dispuesto a todo por lograr una victoria imposible— los misiles más letales de EE.UU.; de largo alcance para bombardear ciudades rusas como San Petersburgo, Moscú y Volgogrado; que ya fueron destruidas por la voracidad nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Según manifestaciones de Putin, la cesión de misiles USA a Ucrania, es para Rusia toda una segunda fase de la guerra, que abre la visión de una DMA, “destrucción mutua asegurada”, la guerra atómica.
El G-20 se reúne en Río de Janeiro, dicen que para acabar con el hambre, tapando las favelas de los ojos de los visitantes, para que nadie vea las miserias de Lula. El mundo se reúne en Bakú, Azerbaiyán, para la COP-29 y frenar el cambio climático; pero sigue aumentando el consumo de hidrocarburos. Ecuador –por su turno—, convoca a una veintena larga de países de la Hispanidad para hablar de un futuro común, y al final sólo concurren dos Jefes de Estado: el propio presidente ecuatoriano y el rey de España… para no avanzar en nada… Todas esas reuniones valen cero en la senda de la paz, la clave está en Ucrania y la atómica.
Biden olvida a Immanuel Kant y su ensayo “Sobre la paz perpetua”, de 1795. Aprovechen Vds. estos días para leer, quien todavía no lo haya hecho, ese ensayo definitivo que desde hace 250 años nos explica cómo llegar a la paz verdadera.
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