Coalición
Moncloa veta a Belarra en la comparecencia previa al 23J
La líder de Podemos lleva seis meses sin dar una rueda de prensa tras el Consejo de Ministros. El Ejecutivo se aferra a criterios de «oportunidad»
La de este martes fue la última comparecencia del Gobierno de Pedro Sánchez en plenas funciones. La última rueda de prensa antes de las elecciones generales del 23 julio, con una agenda con importante carga electoral, como el incremento de las prestaciones por dependencia y las horas mensuales de ayuda a domicilio. Una reforma, que culmina el proceso de reversión de los recortes al sistema entre 2012 y 2020 y que beneficiará al menos a 750.000 personas, y que ha pilotado el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Sin embargo, la ministra del ramo, Ione Belarra, no compareció en rueda de prensa para dar cuenta de la misma. Se trata de una circunstancia ya habitual en Moncloa, no en vano, la líder de Podemos lleva seis meses sin participar en las comparecencias posteriores al Consejo de Ministros. Su última aparición fue el 17 de enero y poco después –el 28 de febrero– lo hizo por última vez la titular de Igualdad, Irene Montero.
Esto, a pesar de que el departamento de Belarra se ha mostrado especialmente prolífico en la recta final de la legislatura. En el último mes se han propiciado, al menos, tres oportunidades para dar visibilidad desde Moncloa a la dirigente morada. Tres oportunidades que han contado con la negativa de la Secretaría de Estado de Comunicación para darle voz. A las ayudas de dependencia anteriormente citadas se suman la Estrategia Nacional para la lucha contra el sinhogarismo en España 2023-2030, que se aprobó la semana pasada o la concesión de ayudas a las personas afectadas por la talidomida, justo una semana antes.
«Por fin, después de mucho tiempo empezamos a solucionar una de las mayores vergüenzas de nuestro país, el absoluto abandono de las víctimas de la talidomida», dijo entonces Belarra en un vídeo difundido a través de su perfil de Twitter. Y es que esta es la réplica comunicativa que se da desde Unidas Podemos cuando se les impide el acceso a la sala de prensa gubernamental: cuelgan contenido en sus redes sociales para reivindicar los logros de su gestión y, si tercia, alguna crítica a sus socios del PSOE. «Hoy en el Consejo de Ministros derogamos el último recorte del PP en dependencia y subimos todas las prestaciones. Un avance clave para construir un país de los cuidados», aseguró ayer Belarra también en Twitter sobre la última legislación aprobada.
Esta estrategia de opacar a las dirigentes de Podemos, denunciada ampliamente por quienes la sufren, contrasta con el foco que se le otorga a la vicepresidenta Yolanda Díaz, que sí compareció hace ocho días para exhibir la fortaleza de la coalición tras el tropiezo de Pedro Sánchez en el «cara a cara» contra Feijóo. En el Ejecutivo se aferran a que «es el Gobierno quien define quien comparece, marcando las prioridades de la agenda».
La portavoz, Isabel Rodríguez, que fue la encargada de informar sobre el acuerdo trató de zanjar la polémica, pero su argumentación, aferrándose a criterios de «contexto» y «el momento de oportunidad» para informar a los medios, fue especialmente clarificadora. En Moncloa son conscientes de que los rostros de Podemos están asociados al ruido interno de la coalición durante toda la legislatura y a leyes polémicas como la del «solo sí es sí», por lo que consideran contraproducente darles visibilidad. Más, si cabe, en un momento tan delicado para sus expectativas electorales como el actual.
Sin embargo, no es la primera vez que ocurre. De hecho, ha sido una constante durante toda la coexistencia en Moncloa. El 28 de marzo fue especialmente significativo que Belarra no compareciera para presentar formalmente una de sus legislaciones estrella, la Ley de Familias. Entonces, se utilizó el argumento recurrente de que se trataba de la aprobación del texto en segunda vuelta, pero fuentes del entorno de Belarra criticaron que se solicitó poder explicar la norma en la rueda de prensa y no se le permitió. No estuvo presente tampoco el pasado 27 de junio cuando Belarra consiguió incluir el contenido de esta norma –decaída por el anticipo electoral– dentro del decreto ómnibus en el que se integraron la batería de medidas, permisos y derechos en favor de la conciliación familiar.
En estas ocasiones, Rodríguez, ejerciendo como portavoz, fue la encargada de explicar todos y cada uno de los decretos recogidos dentro de la cartera de Derechos Sociales, algo habitual en la aprobación de planes o medidas que no justifican la presencia del ministro de turno. También resultó llamativo que Irene Montero, como ministra de Igualdad, no compareciera en la víspera del 8 de marzo en Moncloa, dejando a un pleno de ministras socialistas la representación gubernamental en tan señalada fecha. Entonces, ambos socios de la coalición se encontraban inmersos en una de las crisis más profundas que les han enfrentado durante toda su andadura del Gobierno, la relativa a la reforma de la ley del «solo sí es sí», que Podemos maniobró para que se votara en la previa al Día de la Mujer como elemento de presión a sus socios.
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