Ante el 23J
Abascal pugna por ser decisivo y retener escaños en el Congreso
Llega con sus fieles movilizados y su máxima está en no «defraudarlos»
Con el desafío de contradecir a las encuestas y retener escaños en el Congreso de los Diputados además de conjurarse contra los llamamientos al «voto útil». El líder de Vox, Santiago Abascal llega a final de campaña con la «satisfacción del deber cumplido» y es que para el partido se ha hecho todo lo posible para mantener a sus fieles e incluso, en la recta final, tratan de explicar la utilidad de votar a Vox para así evitar que los restos vayan a Sumar. Y es que el reparto de escaños de la Ley D’Hont hace que Vox pueda perder diputados manteniendo su resultado de 2019. Esto sería consecuencia de que la formación más votada coge un porcentaje muy alto del voto y elimine del reparto a la tercera formación. Para intentar evitar este escenario, Abascal avisa de forma continua en sus mítines al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, de que se «equivoca» de adversario e incluso, a través de sus redes han implementado los esfuerzos con mensajes instando a votarles.
Aun así, Santiago Abascal sabrá el 23J si tiene o no cara de «vicepresidente» o si, por el contario, se convierte en una dura oposición a la reedición de un gobierno Frankenstein (II).
Durante la campaña ha ido in crescendo la dureza de su discurso y unas declaraciones dejando claro que a él no le temblará el pulso para activar el 155 o la certeza de que «aumentarán las tensiones» en Cataluña si su partido está en el gobierno ha avivado a la izquierda, impulsado al indeciso y activado de nuevo el «miedo a Vox», un mantra que le ha hecho la campaña a la izquierda que focalizan en que no hay más opción que la vuelta al «túnel del pasado» y al «retroceso». También, como en cada campaña, Vox ha tenido dificultad para realizar con libertad sus mítines en Cataluña y se han enfrentado a los radicales.
Donde Abascal ha exhibido fuerza ha sido en cada uno de sus actos y paseos donde el partido sigue siendo uno de los que más movilización consigue además de recibir el cariño de mucha gente algo que, está por ver cómo se traduce el próximo 23J en las urnas y que él llama los votos «de rebeldía que exigen el cambio de rumbo».
Para Vox solo existen dos opciones: el todo o la nada. En el partido descartan que Feijóo logre una mayoría suficiente para gobernar en solitario, como pretenden y se quejan de los pactos que ofrece a otras formaciones. Será ahí cuando comenzará su pulso por los sillones. «A los votantes de Vox se les respeta» lo que se traduce en que no cederán a ningún tipo de presión ni van a «traicionar» a su electorado ni tampoco a «defraudar» a los que les han dado su confianza. Prueba de ello está en la Región de Murcia donde advierten de que se les ha querido someter a un «chantaje» para «invisibilizarlos», pero Abascal, quien no cedió en su día al chantaje etarra, ahora, advierte de que mucho menos y seguirá pidiendo «respeto» para sus electores. Y es que en Vox no tiene miedo a ningún escenario solo temen «defraudar» a los que confían en ellos y a sí mismo. El propio Abascal apunta en sus actos electorales que su fuerza de presión al PP tras las elecciones dependerá de la capacidad con la que cuenten para forzar acuerdos y ve que ambos están «condenados a entenderse» para lograr el cambio y derogar el «sanchismo».
En el debate a tres, Sánchez y Díaz hicieron pinza y buscaron acorralar a Abascal pero esto no ha hecho que pierda fuerza en la calle y cree que sirvió para dejar claro su mensaje, sin intermediarios.
[[H2:«Preocupación por la alternativa»]]
Santiago Abascal participó ayer en un acto en Albacete donde recibió el apoyo de numerosas personas que le pidieron selfies. Desde allí se mostró convencido de que España está preparada para «expulsar a Pedro Sánchez y a sus cómplices del Gobierno, para quienes han mentido a los españoles y a quienes están destruyendo una parte muy importante de la riqueza de nuestro país». Sin embargo, el líder de Vox aseguró que acude al 23J con «preocupación por la alternativa» y ha vuelto a pedir a Núñez Feijóo que retire la oferta de pacto que le hizo a Sánchez para que gobierne la lista más votada porque, apuntó, de lo contrario las ansias de expulsar al socialismo «podrían frustrarse» mañana domingo.