El Euroblog
La resurrección de Brown
Apartado de la primera línea política desde la humillante derrota electoral de mayo de 2010, el ex "premier"británico Gordon Brown ha resucitado como un ave fénix gracias al referéndum escocés. Su decisiva internvención durante la última semana de campaña cosniguió dar la vuelta a unos sondeos que empezaban a dar la victoria a los independentistas. Su plan para aumentar sustancialmente la autonomía fiscal de Edimburgo, a la que no tuvo más remedio que sumarse David Cameron, alentó el voto unionista, que finalmente se impuso por diez puntos en las urnas. Brown, según muchos, es por meritos propios el salvador de Reino Unido. John Curtice, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Strathclyde en Glasgow, ve en este hecho la paradoja de que el ex primer ministro laborista "ha salvado el pellejo a Cameron", su acérrimo enemigo.
Diputado en Wastminster por la circunscripción de Kirkcaldy, Brown, de 63 años, sabe conectar a la perfección con el votante escocés gracias a su carisma y a su mensaje socialdemócrata. Su vibrante defensa de las pensiones y del Estado del Bienestar británico convencieron a parte importante de ese electorado laborista seducido por el Partido Nacional Escocés (SNP) de Alex Salmond en los últimos años. "Hay un tiempo para luchar, pero hay un tiempo para la unidad y ahora es el momento para que Esococia se una y se mueva desde campo de batalla al campo común", aseguró tras el plebiscito del 18-S.
¿Y ahora qué? ¿Cómo aprovechará Brown su recobrada popularidad? La prensa británica anticipa que el el ex líder laborista podría barajar presentarse a las elecciones autonómicas de 2015 y convertirse en el futuro ministro principal de Escocia. Es decir, el dirigente que debará negociar la devolución de competencias de Westminster a Holyrood. Sin embargo, ¿no sería un premio de consolacion para alguien que ha sido primer ministro durante tres años? Lo cierto es que su vuelta a la política nacional o al liderazgo del Partido Laborista parece descartado. Su formación, bajo la batuta del poco carismático Ed Miliband, aventaja a los "tories"en cinco puntos en las encuestas con su mensaje de austeridad con sensibilidad social. Es decir, el "nuevo laborismo"promete proseguir con el saneamiento de las cuentas públicas iniciado por Cameron, pero sin descuidar la lucha contra la creciente desigualdad.
Exitoso ministro de Finanzas entre 1997 y 2007, Brown es en parte responsable de la crisis financiera que estalló en 2008 y de la que, prepotentemente, dijo haber salvado al mundo. Sus luchas de poder con Tony Blair, al que no perdonó no haberle cedido antes el testigo, y su temperamento explosivo le convirtieron en el "premier"más impopular de la posguerra. Parece que sólo se crece en momentos decisivos, como el referéndum escocés, o en crisis importantes. Su mandato en el número 10 se estrenó con un atentado terrorista frustrado en Glasgow y unas graves inundaciones en Inglaterra. Sus decididas acciones le granjearon entonces el apoyo del pueblo, que rápidamente se lo arrebató cuando se reveló que el líder laborista dudó en anticipar las elecciones para rentabilizar esa popularidad. Luces y sombras, en definitiva, para este animal político llamado Gordon Brown.
pgarcia@larazon.es
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