El Euroblog
La receta finlandesa contra la crisis
Con apenas 5,3 millones de habitantes y una tasa de paro inferior al 8%, Finlandia forma parte de ese reducido grupo de países de la UE que defienden la austeridad presupuestaria y que aún conservan la triple A. A los finlandeses les acompañan en este exclusivo club Holanda, Luxemburgo y Alemania.
En el debate europeo entre austeridad y estímulo económico, Helsinki es un claro partidario de que Europa apueste por el crecimiento, pero según sus condiciones. Como recuerda el ministro finlandés de Asuntos Europeos y Comercio Exterior, Alexander Stubb, "apoyaremos una estrategia de crecimiento que signifique dinamizar el mercado interior europeo y aumentar la competitividad, pero no incrementar el déficit". Según Stubb, "aumentar el gasto público no es crecimiento, sino que equivale a tener una tarjeta de crédito y gastar sin control".
El ministro finlandés reconoce que Europa se enfrenta actualmente a un debate ideológico entre liberales y keynesianos, pero recuerda que "las bases sobre las que se fundó la UE fueron la libertad de mercado". La receta finlandesa para salir de la crisis es "fomentar una sociedad abierta y competitiva, en la que el Estado debe garantizar una educación de calidad y crear una legislación que favorezca las inversiones y los negocios".
De hecho, el dinamismo y la inversión en I+D+I explican la rápida recuperación de la economía finlandesa, que crecerá este año algo menos de un uno por ciento, según las previsiones oficiales, y una productividad cercana a la de Estados Unidos. La fuerte dependencia del comercio exterior hacen al país nórdico especialmente vulnerable a la coyuntura del resto de Europa, destindo del 70% de sus exportaciones. El tradicional buque insignia del sector tecnólogico finlandés, Nokia, ha visto reducido su peso en el PIB nacional por la fuerte competencia de Samsung, que le ha arrebatado el liderazgo mundial en la fabricación de teléfonos móviles. Del 3% que representaba en 1999, ha bajado a apenas el 1,5%.
Para afrontar los retos de la economía global, la Confederacón de Industrias Finlandesas (EK) demanda simplificar la legislación, que el Estado invierta menos pero mejor el dinero público y crear más compañías competitivas en el mercado internacional.
En este sentido, destaca el auge que está expermentando el sector del los videojuegos, que tiene previsto emplear a 1.500 personas en Finlandia este año, frente a las 1.064 en 2010. "No necesitamos un nuevo Nokia para ser totalmente dependientes de una empresa. En cambio, necesitamos un par de cientos de Rovio o de Supercell", opina el fundador y director ejecutivo de la pequeña "start-up"de juegos Ovelin, Christoph Thur.
Con todo, la principal sombra a la que se enfrenta la economía finlandesa y el generoso Estado de bienestar es su rápido envejecimiento, lo que ha obligado a las autoridades a aumentar la edad de jubilación de los 63 a los 68 años.
pgarcia@larazon.es
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