Editorial
Camps y su vuelta a la política activa
Ha logrado sobreponerse al escarnio público y judicial al salir indemne de todas las acusaciones, a las que ha puesto punto y final tras 15 años en lucha para demostrar su inocencia
Lo que ha pasado Francisco Camps desde que fue apartado de la política activa daría para una novela o un guion de cine, pero del nuevo realismo mágico del siglo XXI. Sus enemigos políticos le implicaron en un sinfín de tramas de corrupción, de las que ha sido definitivamente absuelto una por una. Eso, sí, le han dejado marcada a fuego la marca indeleble de la letra escarlata, pero no han doblegado su espíritu. El expresidente de la Generalitat valenciana entre 2003 y 2011 ha logrado sobreponerse al escarnio público y judicial al salir indemne de todas las acusaciones, a las que ha puesto punto y final tras 15 años en lucha para demostrar su inocencia.
La última absolución fue en la causa relacionada con el «caso Gürtel», dictada por la Audiencia Nacional, que consideró que no existía prueba ni indicio alguno de que él ordenase la adjudicación de contratos de manera irregular a la empresa Orange Market. Pero antes se le ha desligado de otros procesos muy mediáticos.
El «caso trajes», una ramificación de la «Gürtel» por la que se vio forzado a dimitir tras ser imputado, se ha quedado en humo. Los indicios que apuntaban a que habría podido cometer cohecho al adquirir unas prendas que pudieron haber sido pagadas por la empresa Orange Market no fueron a ninguna parte y fue absuelto en 2012 por esta causa.
Del «caso Nóos», la Fiscalía Anticorrupción investigó a Camps y Rita Barberá por indicios de delito en los contratos firmados con Iñaki Urdangarin y el Valencia Summit, pero el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV) lo descartó.
En el «caso Fórmula 1», Camps llegó a estar imputado hasta tres veces por corrupción en la construcción del circuito de carreras en Valencia al asumir una deuda de 24 millones por la compra de la empresa Valmor, encargada de la organización. El caso fue archivado. También se le procesó por presuntos delitos de prevaricación en la contratación fraudulenta de las empresas constructoras del circuito. Los magistrados no pudieron demostrar nada ilícito.
Finalmente, por la visita del Papa Benedicto XVI de 2006 le investigaron por presuntos delitos de prevaricación y malversación en las contrataciones de la fundación que se constituyó expresamente para el evento. Todo fue archivado por falta de pruebas. Y así hasta 10 causas en las que ha probado su inocencia.
Ayer, Francisco Camps acudió a la Casa de LA RAZÓN para presentar el libro «Paco Camps, reenfocando España», con el que pretende sea el capítulo uno de su nuevo proyecto de vida, que pasa por «la legítima aspiración de seguir luchando por aquello en lo que creo», paso previo a una más que probable vuelta a la política activa «para hacer más grande Valencia y España». Palabra de Camps.
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