Turismo

Verano a medias: "Todo está muchísimo más caro. Hemos cogido la mitad de vacaciones"

El 50% de los españoles recorta sus viajes por la subida de los alojamientos y la pérdida de poder adquisitivo a causa de la inflación

Vacaciones que se reducen a la mitad, destinos nacionales más económicos, gasto contenido y reservas con meses de antelación para reducir la factura de las vacaciones al máximo. La subida de precios y la pérdida de poder adquisitivo son los grandes frenos para el turismo este verano. Con los alquileres vacacionales a pie de playa 1.000 euros más caros al mes que en 2022, a muchas familias no les ha quedado otra que reducir sus vacaciones fuera de casa a la mitad. Un mes de alquiler en alguna de las playas de Sanxenxo cuesta de media 8.000 euros en agosto, mientras que en la costa de Cádiz los precios rondan los 4.000 euros mensuales. Para una familia que subsista con poco más que el salario mínimo, viajar a destinos costeros es prácticamente imposible, pero tampoco resulta fácil para hogares de clase media con los dos miembros de la pareja trabajando. «Todo está muchísimo más caro y eso nos ha obligado a coger casi la mitad de vacaciones», cuenta Ana, que personifica la decisión que ha tomado la mitad de la población española.

En concreto, según el comparador de viajes Rastreator, el 51% de los españoles reducirá la duración de sus vacaciones para esquivar la inflación y el 36% iba a cambiar el viaje que tenían planeado para que fuera más económico. Los destinos nacionales cobran especial fuerza, con un 24% de los encuestados que prefieren quedarse en España, mientras que un 47% manifestó su intención de viajar a alguna ciudad de Europa. Los que optan por España, eligen Andalucía, la Comunidad Valenciana y Canarias como las regiones preferidas para pasar su tiempo de asueto. En cuanto al tipo de alojamiento, en este contexto de ahorro, alquilar un apartamento o elegir un hotel con pensión completa cobra más fuerza. Así el 62% de los españoles aseguran que contratan la pensión completa porque no pueden permitirse comer fuera.

El último informe de ObservaTUR eleva a dos tercios la población que optará por un destino nacional este verano para mantener el gasto a raya. Según sus cálculos, cada español gastará de media 625 euros, continuando con la tendencia al alza iniciada en 2022, creciendo en 15 euros por persona. Sin embargo, este aumento es notablemente menor al registrado entre 2021 y 2022, aunque se sitúa por debajo de los niveles prepandemia.

Por su parte, el Observatorio Celetem recoge que el 29% de los españoles tiene intención de gastar menos en sus vacaciones de este verano. Este porcentaje, tras varios años de descenso, aumenta seis puntos porcentuales respecto al pasado año 2022, en el que figuraba un 23%. En concreto, este estudio duplica las cifras de ObservaTUR. Según Celetem, el gasto medio previsto para las vacaciones de verano de 2023 es de 1.174 euros, un 1% menos que en 2022, cuando fue de 1.184 euros. Además, esta cifra es un 5% inferior a la intención de gasto mostrada en antes de la covid, en 2019, cuando fue de 1.241 euros.

Un reciente informe de la Confederación Española de Hoteles (Cehat) muestra que los precios han subido un 9,7% desde 2019 frente a un 14,3% de la inflación general, lo que, apuntó, demuestra que los hoteleros están compartiendo una parte del incremento. Durante la presentación del ‘Smart Observatory’ turístico relativo al verano 2023, elaborado por la consultora PWC, el presidente de Cehat, Jorge Marichal, explicó que ante el incremento de precios, los españoles están optando por reducir las estancias para no sobrepasar su presupuesto. «Hay gente que escoge más optar por fines de semanas largos, pinceladas», señaló.

8.000 euros de media al mes por un mes de alquiler en Sangenjo

Ana y su familia son uno de los muchos hogares españoles que han tenido que recortar sus vacaciones por la subida de precios. «Todo está muchísimo más caro y eso nos ha obligado a coger casi la mitad de vacaciones», explica a LA RAZÓN. Ella, su marido y su hijo se iban habitualmente 10 días al sur y 10 al norte, pero este año han tenido «que sacrificar la estancia en el norte». «Entre los alojamiento y la comida no hay quien haga gran cosa, y eso que hablamos de turismo nacional, ir al extranjero es de ricos», subraya.

José ha tenido algo de más suerte. Tras llevar 10 años reservando la misma casa cada verano en la costa de Murcia, su casero ha decidido mantenerle el precio previo a la inflación. Un piso en segunda línea de playa para cuatro personas le cuesta 800 euros en julio y 1.200 en agosto, aunque hay un pero: tiene que pagar la luz por separado, un suministro que se disparó en el último año. Si en 2021 pagó 50 euros por un mes de electricidad, en 2022 la misma factura le costó 127 euros. Para rematar, su casero ya les ha avisado: el año que viene el precio de su alquiler vacacional subirá. En ese caso, esta familia tendrá que olvidarse de sus vacaciones en la playa: «Si nos suben el alquiler 200 o 300 euros al mes, ya no habrá más playa». Los alquileres vacacionales están disparados y agotados. «Todo el mundo se ha lanzado a alquilar como locos. No hay carteles de se alquila desde hace semanas. Por ejemplo, en La Manga, todo estaba agotado en marzo y un piso en el mes de agosto te sale a 3.300 euros», explica.

Por su parte, la mayoría de los jóvenes ni siquiera se plantean gastarse uno o dos meses de sueldo en un alquiler en la playa. Las escapadas aprovechando los descuentos nacionales en transporte se han convertido en su balón de oxígeno. «Este verano iré un fin de semana a Valencia y uno a País Vasco porque el AVE nos sale a mitad de precio. Es todo lo que me puedo permitir», cuenta Laura.

La elevada demanda y la escasa oferta son el principal factor que está empujando los alquileres al alza, junto al encarecimiento de los suministros, que suelen estar incluidos en el coste. El sector turístico coincide en que nos enfrentamos a las vacaciones de verano más caras de la historia. En Sangenjo, la agencia inmobiliaria Tovar explica que, de media, un alquiler de tres dormitorios en primera línea de la playa de Silgar puede costar 8.000 euros en agosto y 4.500 en julio. Así, los precios se llegan a duplicar de un mes a otro. Según esta agencia, los precios por un mes de alquiler han subido entre 1.000 y 1.500 euros respecto a 2022.

En Cádiz, la inmobiliaria AC Gestión también informa de un incremento medio de 1.000 euros al mes. Mientras que el precio medio de sus alquileres vacacionales rondaba los 3.000 o 3.500 euros en 2022, este año la horquilla va de los 3.500 euros a los 4.000 euros. Atribuyen el incremento a la alta demanda: «Lo reservaron todo entre abril y mayo».

Hoteles: verano récord a pesar de la inflación

La inflación no ha frenado el apetito por viajar este verano, aunque sí ha provocado una reducción en las estancias. Las cadenas hoteleras tienen ya vendida un 52% de su cartera para la temporada estival, dos puntos por encima de 2022 y 17 puntos más que en 2019, con buenas cifras tanto en el mercado nacional como en el internacional, en el que, no obstante, se nota una cierta ralentización de británicos y alemanes, principales países emisores de turistas para España, apunta Cehat. Con estas cifras, el sector hotelero español prevé que la ocupación a cierre de esta temporada estival sobrepase el 80%, por encima incluso de los niveles récord alcanzados en 2019, pese a las tensiones inflacionistas. La buena tendencia del turismo nacional compensa el freno de británicos y alemanes. De hecho, el sector hotelero ha notado un incremento del interés incluso por las ciudades, ya que la experiencia pesa más que el destino.