La rebaja del IVA del aceite de oliva lleva aparejada una bajada de precio, o eso pensamos, porque hasta ahora se han detectado diferencias de casi cinco euros por litro en un mismo aceite de oliva y supermercado en función de la ciudad donde se compre.

Así lo ha denunciado Facua, que ha analizado una veintena de marcas de aceites de oliva a la venta en 19 ciudades de toda España. La diferencia máxima alcanza los 4,67 euros el litro en el aceite virgen extra de Carbonell de venta en Eroski, un producto que se puede encontrar por 9,13 euros en los supermercados de Pontevedra mientras que en los demás establecimientos cuesta un 51,5% más, alcanzando los 13,80 euros por litro.

El precio de la garrafa de virgen extra de Oleoestepa también cambia en más de cuatro euros el litro, concretamente un incremento de 4,19 euros, en función de si se compra en el Hipercor de Valencia (70,90 euros) o en los de Zaragoza y Barcelona (49,95 euros). Algo parecido ocurre en Alcampo, donde el litro de virgen extra Hojiblanca de la marca Coosur está a 13,95 euros en Sevilla, mientras que en Ourense se encuentra por 10,04 euros, una notable reducción de 3,91 euros.

Menos beneficios para el agricultor

La asociación también ha querido analizar la evolución interanual del precio del aceite de oliva virgen extra para demostrar si las medidas del Gobierno son realmente efectivas. Un año atrás, en julio de 2023, el litro de virgen extra costaba de media 8,41 euros en los supermercados, un precio ya desorbitado si lo comparamos con el que tenía antes de la pandemia. Actualmente, el precio medio de este producto en las grandes cadenas de distribución del país se ha incrementado en un 55%, hasta alcanzar la friolera de 12,96 euros el litro.

A pesar de las subidas de los precios en los supermercados, a los agricultores se les paga menos que hace un año. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el virgen extra se pagaba a 7,52 euros el litro en agosto del año pasado, mientras que actualmente está a 6,77 euros por litro, lo que significa que hoy al agricultor se le paga 0,75 euros por litro menos.

Tras estas denuncias, el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 envió en febrero un requerimiento a las principales cadenas de supermercados para solicitarles que acrediten que las subidas que se han aplicado desde enero de 2023 en el aceite de oliva no han implicado aumentos en sus márgenes de beneficio, ya que es una práctica prohibida en los productos afectados por la rebaja del IVA.

En los próximos días, Facua enviará un nuevo informe sobre los movimientos de los precios del aceite de oliva en los grandes supermercados al Ministerio para que Bustinduy emprenda actuaciones de manera urgente.