Pensiones
¿Qué comisiones tienen los planes de pensiones?
Es importante no fijarse sólo en las promesas de rentabilidad o altas bonificaciones, sino también en el coste. Puede haber miles de euros de diferencia en el ahorro logrado
Los planes de pensiones individuales son uno de los productos de ahorro más populares para complementar la jubilación. Gran parte de su éxito se lo deben a sus ventajas fiscales, pero antes de contratar un plan hay que revisar la letra pequeña, las comisiones que soporta.
En 2023, se mantiene en 1.500 euros la aportación máxima a los planes de pensiones individuales, que bajó de 8.000 euros a 2.000 euros en 2021 y a 1.500 euros en 2022. Esta cuantía se puede desgravar en la declaración de la Renta, por ello, todos los expertos en fiscalidad recomiendan aprovechar la recta final del año para hacer aportaciones hasta agotar el límite.
La finalidad de este producto financiero es acumular un ahorro adicional que complemente la pensión pública de jubilación, una función que ha quedado mermada con las sucesivas rebajas del límite máximo. ING explica que, con la normativa actual, una persona que empiece a trabajar y a aportar con 24 años, incluso abonando el máximo anual, habría atesorado 66.000 euros al llegar a los 67 años. Con una rentabilidad, por ejemplo, del 3% anual, habría llegado a 133.000 euros, una cuantía que estará sometida a comisiones.
Estas suelen pasar desapercibidas porque se descuentan diariamente del patrimonio total del plan. Por ejemplo, si la comisión anual es del 1,50% y el año tiene 365 días, cada día se descuenta un 0,0041% del dinero del fondo. Así, el cobro de la comisión anual no genera una diferencia notoria en la rentabilidad. Eso sí, estas comisiones también tienen un tope que establece la ley para cada tipo de plan:
-Renta fija: comisión total del 1,05% (0,85% de comisión de gestión y 0,20% de comisión de depósito).
-Renta mixta: comisión total del 1,50% (1,30% de comisión de gestión y 0,20% de comisión de depósito).
-Renta variable: comisión total del 1,70% (1,50% de comisión de gestión y 0,20% de comisión de depósito).
Para entender el impacto de las comisiones, ING pone el siguiente ejemplo: un plan que invierte en renta fija y renta variable (es decir, renta mixta), pero que no llega a conseguir rentabilidad. Es decir, que su rentabilidad es del 0%, pero todos los años paga una comisión del 1,50% (el máximo legal para renta mixta, que es 1,30% de comisión de gestión y 0,20% de comisión de depósito).
Asumiendo que se invierte el máximo posible cada año, 1.500 euros, desde los 24 años hasta los 67 años, se habrán invertido 66.000 euros. Descontando la comisión del 1,50% anual y sin rentabilidad alguna, llegaría a los 67 años con 48.600 euros, es decir, las comisiones supondrían 17.400 euros a lo largo de la vida del plan. Teniendo en cuenta el "pico" que se lleva la entidad en comisiones durante toda la vida del plan, es importante no fijarse sólo en las promesas de rentabilidad o altas bonificaciones, sino también en el coste.
Para ver la diferencia que se puede llegar a lograr, ING pone el ejemplo de un trabajador de 30 años que aporte 1.500 euros hasta los 67 años en un plan de renta variable con el que podría ganar una media del 6% anual. Con una comisión del 1,70%, llegaría a los 67 años con casi 135.000 euros en su plan. Sin embargo, con un plan más barato, que cobre una comisión del 1,50%, conseguiría llegar con 141.000 euros en su plan, 6000 euros más que en el caso inicial. En el caso de encontrar un plan que tuviera una comisión total del 1,30%, el patrimonio final acumulado en su plan de pensiones sería de 148.000 euros, 13.000 euros más que en el primer caso.
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