Agricultura

Miles de agricultores protestan en Berlín por la supresión de subsidios al diésel

Unas 10.000 personas llegadas de toda Alemania acuden a la movilización contra el Gobierno de coalición de Olaf Scholz

Más de 5.000 tractores y camiones se concentraron este lunes en los alrededores de la emblemática Puerta de Brandeburgo, en el centro de Berlín, para demandar al Gobierno de coalición alemán que no suprima los subsidios al diésel para el sector agrícola. La manifestación, a la que acudieron unos 10.000 agricultores llegados de toda Alemania, supuso el punto culminante a una semana de protestas en la que, además de paros en el sector, se produjeron cortes en algunas de las principales carreteras del país.

De poco sirvió que el pasado 4 de enero el Ejecutivo de Olaf Scholz reculara y prometiera reducir los subsidios de manera escalonada durante los próximos tres años. Los agricultores sostienen que esto no es suficiente. «Retirad las propuestas de aumento de impuestos y luego nos retiraremos», advirtió el presidente de la Asociación Alemana de Agricultores (DBV), Joachim Rukwied. La industria está dispuesta a dialogar, pero el compromiso ofrecido por el gobierno federal no es justo, sino más bien vago. «No lo aceptaremos», añadió.

Además de los agricultores, el sector del transporte también pidió al Gobierno federal un cambio de rumbo. «Nuestro sector también está harto», aseguró Dirk Engelhardt, portavoz de la Asociación federal de transporte por carretera y logística (BLG). Engelhardt criticó claramente el aumento del peaje para camiones, que desde el pasado diciembre incluye un recargo por las emisiones de dióxido de carbono y criticó que este impuesto debería beneficiar la transformación, aunque al mismo tiempo faltan estaciones de carga y redes eléctricas adecuadas para convertir el tráfico logístico en un camino respetuoso con el clima. Engelhardt amenazó con nuevas manifestaciones si la coalición de gobierno no se adapta a la industria. Si los miembros de BGL no transportaran mercancías durante dos o tres días, «entonces tendríamos un caos absoluto».

El ministro federal de Finanzas, el liberal Christian Lindner, fue fuertemente insultado y abucheado durante la gran manifestación. Acompañado de silbidos y gritos de protesta, se acercó al atril, pero debido al ruido solo pudo hablar después de que el presidente de los agricultores hiciera un llamado a la calma. Lindner defendió el recorte previsto en el subsidio al diésel, pero enfatizó: «No debe haber un sacrificio especial a la agricultura, solo una contribución justa». A cambio, ofreció a los agricultores una reducción de la burocracia y más libertad empresarial, así como desgravaciones fiscales si los beneficios fluctúan significativamente de un año a otro.

Al margen de la manifestación, el Ejecutivo liderado por Scholz se reunió para debatir con las asociaciones de agricultores. Según el secretario general de la asociación de agricultores alemanes, Bernhard Krüsken, la conversación no fue concluyente.

La manifestación en Berlín fue el punto culminante de una semana en la que los agricultores de todo el país se movilizaron contra los planes ya debilitados de la llamada coalición del semáforo. Una situación de la que se ha aprovechado el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) que ha hecho sentir su presencia en las manifestaciones de los últimos días. Algunos de los tractores estaban adornados con carteles de esta formación que decían «Nuestros agricultores primero» y «Alemania necesita nuevas elecciones». Además, en sus redes sociales, AfD publicó imágenes de las protestas y escribió mensajes de solidaridad con los manifestantes.

Para ahorrar dinero en el presupuesto de 2024, debería abolirse el subsidio al diésel agrícola que existe desde hace más de 70 años. En un principio, se suponía que la ayuda cesaría inmediatamente. Ahora expirará en tres años. No es suficiente. Magdalena Zelder, una agricultora de Vulkaneifel –en el sur del país–, expresó su descontento al informativo Tagesschau de la televisión pública alemana. «Los planes revisados del Gobierno supondrán para nosotros unos costes adicionales de hasta 8.000 euros al año». Zelder y su marido dirigen una granja con 100 vacas lecheras. En el futuro les faltará dinero en la empresa. «Lo que está haciendo el Gobierno es una patada en el trasero para los agricultores», critica Zelder.

La agricultura representa algo menos del 1% del PIB alemán y en general, a la industria le ha ido bastante bien últimamente después de varios años complicados. Según la DBV, las empresas lograron resultados récord en el pasado ejercicio y habrían ganado una media de 115.400 euros, un aumento del 45% respecto al año anterior. Sin embargo, la asociación de agricultores vuelve a ser más pesimista para el actual ejercicio. Las empresas han invertido mucho menos, afirmó Rukwied. «Especialmente en la ganadería, el fuerte cambio estructural continúa sin cesar y está provocando la pérdida de puestos de trabajo». Además, los precios de los cereales, las oleaginosas y la leche están volviendo a bajar.