Sindicatos

Los escándalos hunden a UGT y CC OO en las elecciones en la Administración y en Justicia

CSIF los desbanca como primera fuerza sindical

Los escándalos hunden a UGT y CC OO en las elecciones en la Administración y en Justicia
Los escándalos hunden a UGT y CC OO en las elecciones en la Administración y en Justicialarazon

CC OO y UGT siguen perdiendo apoyos entre los trabajadores. Los dos sindicatos históricamente más representativos de España han sufrido un severo varapalo en las elecciones de la Administración general del Estado y en la de Justicia. Por primera vez, el CSIF se ha erigido como el principal sindicato sumando la representatividad tanto del personal funcionario como del personal laboral. La central independiente ha logrado el 26,19% de los delegados, cinco puntos más que en las elecciones de 2011. CC OO, hasta ahora la principal fuerza, ha pasado de tener el 26,16% de los representantes al 19,67%. UGT también ha sufrido un desplome de siete puntos: ha pasado de controlar el 24,54% de los delegados a sólo tener el 14,47%. El descontento con las dos organizaciones mayoritarias se hace más evidente todavía por el hecho de que la cuarta fuerza en discordia, USO, también ha logrado arañarles votos: ha pasado de tener el 12,47% de los delegados en 2011 al 12,67% en 2015.

En la Comunidad de Madrid, donde se elegían una cuarta parte de los delegados –716 de los 2.501 de toda España–, CSIF ha logrado el 24,3% de los representantes, frente al 20,25% de CC OO –25,48% en 2011– y el 17,04% de UGT –23,33% hace cuatro años–. En Cataluña, donde CC OO y UGT se han posicionado a favor del derecho a decidir, el retroceso de ambas organizaciones también ha sido notable. Más en el caso de Comisiones: de lograr el 34,5% de los representantes en 2011 ha pasado a sólo el 21,74% en la última cita con las urnas. Por contra, CSIF se ha disparado del 12,23% al 21,01% de los delegados.

Menos representantes

En términos absolutos, todas las organizaciones tienen menos representantes de los que tenían hace cuatro años. CSIF, por ejemplo, pese a incrementar en cinco puntos su representación, ahora tendrá 655 delegados, frente a los 852 de 2011. Esta caída se debe a los cambios legales que introdujo el Gobierno en 2012 y que redujeron la representación sindical en las administraciones públicas.

Escándalos como el de los cursos de formación o el insólito enriquecimiento del histórico líder de la minería asturiana de UGT Ángel Fernández Villa han alejado de forma paulatina a los trabajadores de los dos grandes sindicatos de clase. Durante la crisis, ambas centrales han sido incapaces de capitalizar el evidente descontento de los ciudadanos con los gobiernos y, muy al contrario de lo que cabía esperar, han ido perdiendo apoyos de forma paulatina, hasta el punto de que durante la crisis, 350.000 de sus afiliados se han dado de baja.

Con el descalabro de Comisiones Obreras y UGT, el CSIF se erige ahora en el interlocutor con más peso en las negociaciones recién entabladas por los sindicatos y el Gobierno para discutir una mejora de las condiciones de los empleados públicos. El Ejecutivo espera tener listo para mediados de julio, cuando se reúna la Mesa de la Función Pública, un acuerdo con el que congraciarse de algún modo con los 2,5 millones de trabajadores de las administraciones de cara a las elecciones generales del mes de noviembre. Sobre la mesa los sindicatos han puesto la recuperación del poder adquisitivo perdido durante la crisis por los funcionarios y empleados públicos –un 30%, según sus cálculos–, la mejora de las condiciones laborales de estos trabajadores o el déficit que, a su juicio, arrastran las plantillas y que los sindicatos cifran en unos 50.000 trabajadores.