Guerra comercial
Los aranceles de Trump se vuelven contra Apple
El gigante californiano pide a EE UU no imponer más tasas a China para no encarecer sus productos, incluido el iPhone
El gigante tecnológico Apple está que trina con los nuevos aranceles que el Gobierno de EE UU pretende imponer a China, y en una carta avisa de que afectarían a sus productos, incluidos los iPhone, reduciendo su contribución a la economía nacional. Además del iPhone, Apple recuerda que también fabrica la mayoría de sus productos en China, como las tabletas iPad, los ordenadores Mac, los auriculares AirPods, los reproductores AppleTV, así como las baterías y otros componentes usados para reparar productos en Estados Unidos.
En la carta, dirigida al representante de Comercio Exterior de EE UU, Robert Lighthizer, y fechada el pasado 17 de junio, la compañía californiana “urge” directamente al Gobierno a que no imponga tarifas sobre estos productos. “Los aranceles sobre los productos de Apple supondrían una reducción de la contribución de Apple a la economía de Estados Unidos y tendrían un impacto sobre nuestra competitividad internacional”, indica la compañía dirigida por Tim Cook.
“Los fabricantes chinos con quienes competimos en los mercados globales no tienen presencia significativa en EE UU, por lo que los aranceles no les afectarían, y tampoco al resto de nuestros principales competidores no estadounidenses. Así, los aranceles decantarían la balanza a favor de nuestros competidores globales”, señala.
Apple defiende su aportación a la economía estadounidense al asegurar que es “responsable” de más de 2 millones de puestos de trabajo en el país a lo largo de los 50 Estados. De hecho, apunta que es “el mayor contribuyente corporativo” a las arcas públicas, a lo que hay que sumar muchos miles de millones de dólares adicionales por locales, ventas e impuestos de sus empleados. “Apple es una orgullosa compañía estadounidense y uno de los mayores creadores de empleo en el país”, dice la misiva. En este sentido, afirma que su intención para los próximos cinco años es alcanzar una contribución total a la economía del país de 350.000 millones de dólares (310.000 millones de euros), cifra que estaría en riesgo de materializarse los nuevos aranceles.
El presidente de EE UU, Donald Trump, inició el pasado 10 de mayo el proceso para imponer aranceles a importaciones chinas por un valor de 300.000 millones de dólares, lo que sumado a los gravámenes actuales cubre el valor total de los bienes chinos importados anualmente por EE UU. La decisión de Trump supuso una escalada en la guerra comercial entre las dos mayores economías mundiales y se produjo justo después de que Washington subiera al 25% los aranceles a otras importaciones chinas valoradas en 200.000 millones de dólares. En paralelo a la petición de que no se apliquen los aranceles, Apple estaría estudiando junto a sus proveedores posibilidades para trasladar parte de su producción fuera de China y a países del sureste asiático, según publicó este jueves el diario “The Wall Street Journal”.
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