Impuestos
El Gobierno eleva la presión fiscal a nivel récord en los cuatro principales impuestos: IRPF, IVA, Sociedades e IE
Estas cuatro figuras llegaron a su nivel máximo en 2022, cuando alcanzaron el 18,2% del PIB, superando el máximo del 18% de 2007, según Funcas. En 2023, esa presión bajó al 17,8%
Confirmado: la presión fiscal en España alcanza niveles récord. Al menos en cuanto a las cuatro principales figuras tributarias se refiere: IRPF, IVA, impuesto de Sociedades e impuestos especiales (IE). Tal es así, que en los últimos años de Gobierno de Pedro Sánchez, correspondientes al periodo 2019-2022, ha superado los niveles máximos alcanzados en 2007, justo antes de la crisis financiera, cuando la presión fiscal llegó con esos cuatro impuestos al 18% del PIB. Ahora, ya está en el 18,2%.
Así lo determina la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) en su último artículo publicado por su experto fiscal Desiderio Romero, que ha confirmado que en base a datos, tipos medios y recaudación de la Agencia Tributaria de estas cuatro figuras, la presión fiscal ha aumentado de forma progresiva desde el mínimo de 2009 -situado en el 12,8% del PIB-, espoleado por el estallido de la burbuja inmobiliaria y que fue creciendo de forma moderada hasta el acelerón sufrido tras la pandemia, cuando en 2022 llegó ya a superar el máximo de 2007.
Romero estima que una parte importante de este incremento en los años postpandemia se debe a la "no corrección generalizada de la progresividad en frío, es decir, que desde Hacienda no se hayan "ajustado o deflactado" los tramos y otros elementos del IRPF a la evolución de la inflación y su impacto en los salarios, lo que hace que "se pague más aunque no se haya ganado poder adquisitivo". El estudio explica que la "evidencia disponible" avala que este aumento en ingresos por IRPF puede favorecer una mejora en la redistribución de la renta. No obstante, también pueden generar costes sobre el crecimiento económico que deberían ser tenidos en cuenta tanto en el debate técnico como político", además de que la inflación en el impuesto no solo afecta a la tarifa, sino también a otros elementos del impuesto como mínimos o deducciones. De hecho, la AIReF ya estimó para el IRPF un aumento conjunto en la recaudación de 2021 y 2022 de 6.200 millones como consecuencia de la inflación.
Además, el autor cree que la distribución de esta presión fiscal no es la misma que en la época el 'boom' inmobiliario, ya que que el aumento de la presión fiscal se debe "esencialmente" al IRPF, cuya peso tributario ha aumentado dos puntos de PIB entre 2010 y 2023, debido tanto al aumento de la base gravada como de los tipos medios. Al menos el pasado ejercicio, esa presión fiscal de los cuatro impuestos se rebajó al 17,8% del PIB.
Haciendo una recopilación del proceso desde 2010, el artículo explica que ese año se inició una nueva etapa de crecimiento en la presión fiscal en esos cuatro impuesto con "implicaciones directas" sobre la situación actual, con un promedio decrecimiento de 0,36 puntos por año, elevándose a 0,61 puntos en los años 2020 a 2022. El crecimiento de la presión de estos impuestos en los años 2019 a 2023 fue especialmente alta, de 1,4 puntos de PIB. "El viento de cola de la inflación y la ausencia de corrección de la progresividad en frío ayuda a explicar este crecimiento", se explica en la publicación de Funcas.
Respecto a la otras tres figuras impositivas, la presión fiscal del IVA aumentó 1,2 puntos en ese periodo, también impulsada por las mayores bases, y aunque en 2023 bajó, Funcas advierte de que es un efecto coyuntural debido a las rebajas de tipos implementadas como parte del escudo social. En cuanto a Sociedades, se mantiene una presión fiscal de alrededor del 2%, lejos del 4,2% que llegó a marcar en 2007, "por las excepcionales circunstancias de una intensa burbuja inmobiliaria", recuerda Romero, aunque la presión se elevaría hasta el 2,6% si se incluyesen en el cómputo los gravámenes sobre banca y energéticas.
Finalmente, en lo que respecta a los impuestos especiales, su presión fiscal se ha reducido, ya que aunque las bases se incrementan, los tipos, que están expresados en euros y no en porcentaje, no se han ajustado a la evolución de los precios. En concreto, esta trayectoria descendente se ha debido, entre otras causas, a la falta de actualización de los tipos de gravamen, expresados en euros, a la inflación. Por ejemplo, el impuesto especial sobre la cerveza no ha sido actualizado desde 2005, el de hidrocarburos aplicable a gasolina y gasóleo desde 2009, el que soportan las diferentes labores del tabaco desde 2013 y el de alcohol desde 2016.
El artículo también explica que los cambios en la recaudación impositiva se deben la evolución en el tamaño de las bases y de los tipos medios, porque "la amplitud de las bases puede aumentar o disminuir por varios factores interrelacionados: ciclo económico, inflación, cambios normativos, así como elusión-evasión fiscal". En el caso del IRPF, las bases muestran una tendencia creciente con aumento de 5,4 puntos de PIB entre 2017 y 2023 (52,3% a 57,7%). En 2020, en plena pandemia, se alcanza un nivel del 60,3%. "Este es un valor atípico, coincidente con la pandemia y en un contexto de ausencia de cambios normativos que lo justifiquen", con un tipo medio que aumentó 1,6 puntos entre 2019 y 2023, incide el documento.
Sobre el impuesto de Sociedades, las bases se situaron en promedio entre 2013 y 2019 alrededor del 8,6%, aunque experimentaron un aumento de 3,9 puntos entre 2020 y 2023. A partir de 2021 se situaron por encima del 10% hasta alcanzar el 12,1% en 2023. El tipo medio se ha mantenido estable alrededor del 20,5% desde 2016. En el IVA y los IE, las bases de impuestos indirectos crecen con claridad a partir de 2021, especialmente en el caso del IVA: 4,8 puntos de PIB entre 2020 y 2023. No obstante, el tipo medio de IVA se ha mantenido estable en los últimos años. En los IE, la presión fiscal se ha reducido aunque las bases se hayan incrementado.