El fin del verano dispara el paro con las horas trabajadas en caída libre, 600.000 menos que en 2007

El empleo vivió es España una dicotomía de complicada compresión en el mes de septiembre: se creó más empleo pero a la vez subió el número de parados, todo al mismo tiempo, en un trimestre inusual marcado por la campaña veraniega y el impacto positivo del turismo. Así, mientras se logró un nuevo récord histórico de ocupados, tras superar los 21,26 millones –con 209.100 más con empleo–, el paro se elevó en 92.700 personas hasta superar los 2,85 millones de desempleados, el tercer mayor incremento en un tercer trimestre desde la pandemia y 2,4 décimas más en tasa de paro, al pasar del 11,6% al 11,84%, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer por el INE.

La explicación tiene que ver con la gran incorporación de población activa al mercado laboral, que se disparó en más de 300.000 personas, hasta los 24,12 millones, por lo que los empleos creados no pudieron compensar el aumento de trabajadores disponibles. Una situación que no es nueva y que se repite cada año con el fin de la campaña estival, pero que este ejercicio ha tenido una especial incidencia al haber aumentado la ocupación a menor ritmo de lo que lo ha hecho el avance de la población activa.

Otro dato preocupante es que pese a que el empleo ha crecido en el último año un 3,5%, las horas trabajadas solo lo hicieron un 2,5%. Esto tiene que ver con el tipo de contrato indefinido, en el que tienen cada vez más peso los indefinidos a tiempo parcial y los fijos discontinuos. Así, del total de contratos, 765.914 fueron a jornada completa, 412.099 a jornada parcial y 214.192 fijos discontinuos. Esto se traduce en que el número de horas efectivas trabajadas cae desde 2008 en casi tres horas. Mientras en el tercer trimestre de hace 15 años los ocupados firmaban 32,1 horas trabajadas, ahora acumulan solo 29,5. Más clarificador resulta que en 2007 el número máximo de horas trabajadas en un trimestre fue de 7,7 millones, y ahora se han perdido 600.000 (7,1 millones), pese al teórico récord de trabajadores ocupados.

Tampoco están de enhorabuena los autónomos, que vuelven a sufrir un descalabro, al disminuir en 60.200, aunque al menos en los últimos 12 meses se mantienen en positivo con 14.600 trabajadores en el RETA.

Además, el empleo continúa acelerando hacia su «terciarización», siendo el sector servicios el que tira del carro –con 138.700 ocupados más–, mientras la agricultura eleva aún más su deslocalización, con 47.800 menos durante el último año.

Más dramática aún es la situación de los hogares con todos sus miembros en paro, que subieron en 12.800, un 1,4% más respecto al trimestre anterior, hasta situarse en 928.800. Aunque en el cómputo general este tipo de hogares han disminuido en 48.500, lo que supone un descenso en valores relativos de casi el 5%, este último incremento pone en duda la reintegración de estos trabajadores. Igualmente, los hogares en los que no hay ningún activo se han incrementado en 68.200 (+1,3%), aunque se redujeron en 23.400 entre julio y septiembre (-0,4%), hasta los 5,37 millones.