La popularidad de Operación Triunfo es innegable, ya que año tras año, millones de espectadores disfrutan de este "talent show" en el que varios jóvenes entran a una academia musical para formarse y demostrar su talento para cantar. Tras ir enseñando cada semana al jurado sus dotes, el concurso termina con un ganador, que en esta edición fue Naiara Moreno, que se impuso al resto de competidores.

El ganador de este programa de televisión se lleva un premio en metálico de 100.000 euros. Además de este "trofeo", los concursantes se ingresaban 3.000 euros en su cuenta bancaria cada vez que eran elegidos como favoritos de la semana. Por ello, la joven zaragozana ya contaba con 9.000 euros tras ser favorita en tres ocasiones, embolsándose finalmente una cuantía que asciende a los 109.000 euros en premios.

Aunque la "triunfita" aseguro que quería gastarse este dinero en "tunear" su coche e invertirlo en su proyecto, la ganadora de OT no recibirá esta cuantía íntegra, sino que esta se enfrenta a una realidad fiscal tras su victoria, en la que, Hacienda, como siempre, también resultará ganadora.

Dado que la ganadora es residente fiscal en Aragón, esta tendrá que devolver más de un 36% de su premio en la próxima declaración de la Renta –un 17,84% de la escala estatal y un 18,54% por la comunidad autónoma–. De esta forma, de lo 109.000 euros ganados, casi 40.000 euros irán a parar a las arcas de Hacienda.

Desde TaxDown explican que esta situación se debe a que los premios ganados en televisión están sujetos a una retención del 19% por parte de la productora televisiva y, además, deben incluirse en el IRPF como ganancia patrimonial. "Esto último es crucial porque el IRPF es un impuesto progresivo, lo que significa que cuanto más ganas, más pagas. Y aquí es donde la comunidad autónoma en la que resides juega un papel importante, ya que el tipo aplicable varía de una a otra", aseguran. Y es que si el ganadora de OT hubiera sido residente fiscal en Madrid, esta hubiera pagado unos 2.500 euros menos en impuestos.

Por tanto, aunque participar o ganar OT puede ser una experiencia "única y enriquecedora", no se debe olvidar que detrás de los premios existe una realidad fiscal esperando. "El premio bruto es solo una parte de la historia. La otra parte es lo que queda después de que Hacienda haga su jugada", sentencian desde TaxDown.