Energía
España no quiere, pero sigue enganchada al gas
En junio, julio y agosto, la aportación media de los ciclos combinados alcanzó el 21,4% del total de la generación nacional
Las energías renovables avanzan en España. Pero a pesar de ello, depender de la lluvia, el sol y el viento tiene sus riesgos. Y un periodo prolongado de sequía como el actual o de escaso viento dejan al sistema energético colgado de la nuclear y el gas. Porque, aunque España quiera desengancharse de esta fuente de energía, no puede si quiere garantizar su suministro energético.
Según los datos de Red Eléctrica, la electricidad generada con solar fotovoltaica ha superado ya los 27.902 GWh de todo 2022 gracias a su formidable desempeño durante el verano, en el que ha habido muchas horas de sol. Julio, con 4.530 GWh, fue el mes con mayor aportación de esta tecnología, que incrementó su producción un 33,6% respecto al mismo mes de 2022. El miércoles 2 de agosto, esta tecnología alcanzó un nuevo máximo de producción diaria, con 161 GWh. En términos globales, la solar fotovoltaica ha sido en algunas jornadas de julio y de agosto responsable de más del 20% del total de la energía diaria producida en España.
Ciclos combinados
Pero, a pesar de estos registros tan importantes, el gas siguió siendo fundamental para mantener el sistema engrasado. En junio, julio y agosto, la aportación media de los ciclos combinados alcanzó el 21,4% del total de la generación nacional. Un dato que, como recuerdan desde la patronal, Sedigas, "pone de manifiesto, un verano más, el papel estratégico de los ciclos combinados para garantizar la seguridad de suministro", como han recordado al comentar las alegaciones que han presentado al Plan Nacional de Integrado de Energía y Clima (PNIEC): 2023-2030.
Sedigas asegura que el papel de los ciclos combinados es particularmente significativo en los momentos en los que "otras tecnologías reducen su aportación, ofreciendo así la flexibilidad necesaria para contrarrestar la intermitencia y variabilidad de la producción de renovables". Por ello, reclama "políticas tecnológicamente neutras y medidas para el aprovechamiento de los potenciales de los gases renovables, biometano e hidrógeno renovable".
La patronal asegura que España debe aspirar a producir un mínimo de 35 TWh de biometano en 2030 y, en el caso del hidrógeno renovable, debería aspirar a consolidar el objetivo de una potencia de 11 GW de electrolizadores, ya que cuenta con un potencial de producción suficiente reconocido en ambos casos por la Comisión Europea. Y concluye que resulta necesario no desincentivar el uso del gas natural en el corto plazo como vector de descarbonización ya que, mientras se van incorporando progresivamente los gases renovables, "proporciona una solución inmediata y eficiente, entre otros, a través de los ciclos combinados para garantizar la seguridad de suministro eléctrica en nuestro país".
Por suerte para España, el gas para el próximo invierno parece asegurado. Según los datos de Enagás, España ha alcanzado el 100% del llenado de sus almacenes subterráneos de gas, algo que hasta ahora jamás había ocurrido en un mes de agosto, superando así con creces el requisito de Bruselas de llegar al 90% antes del 1 de noviembre como precaución ante la persistente tensión internacional con Rusia.
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