El gran arquitecto

Emilio Botín llevaba la banca en su ADN pero, además, supo ser el gran arquitecto de un gran banco modélico. Una entidad que él hizo que traspasase las fronteras de nuestro país y que hoy es un símbolo de la España emprendedora. Su inmenso empuje, su energía y su fuerza transformaron profundamente al banco de su vida hasta lograr convertirlo en un referente mundial. Incluso en los años duros de la crisis, Emilio supo como ganar en fortaleza y eficacia. Siempre dispuesto a la acción, no olvidó jamás su compromiso inquebrantable con la universidad y la educación.

Fue mi amigo y, como amigo, siempre estuvo dispuesto a apoyarme en nuevos proyectos y nuevos retos empresariales. Era un vitalista y tenía sobradas razones para estar orgulloso de su obra.