Vivienda

La construcción de vivienda pública cae un 86% en España con respecto al máximo de 2006

Se requiere una inversión de 108.000 millones de euros para crear 761.000 nuevas viviendas de alquiler asequible en los próximos 10 años, con el fin de atender la demanda

MURCIA.-El esfuerzo familiar para comprar vivienda en Murcia se sitúa en el 22% de los ingresos del hogar, según Idealista
Imagen de un bloque de viviendasEuropa Press

Según el informe de “Acceso a la vivienda y las necesidades de alquiler asequible”, elaborado por la plataforma inmobiliaria Culmia en colaboración con GAD3, la producción de vivienda en España ha descendido un 86% con respecto a su máximo histórico de 2006, con 80.000 viviendas construidas. España es ya el quinto país de la UE con menor parque destinado a vivienda pública, lo que lo sitúa a la cola de Europa. Del conjunto de producción de vivienda, sólo el 10% corresponde a vivienda protegida, del cual la mayor parte (80%) proviene únicamente de la inversión privada.

Frente a la inversión realizada por parte de la Administración (26.000 millones en 10 años), el resultado de una colaboración público-privada aumentaría los niveles de creación de vivienda pública un 72%, pasando de las 442.000 viviendas a las 761.000 que se podrían desarrollar. Una cifra que cuadriplica el objetivo inicial que el Gobierno se marcó en mayo, el cual contemplaba un aumento del parque público de viviendas destinadas al alquiler social o a precio asequible con la construcción o rehabilitación de 184.000 viviendas, por medio de iniciativas vinculadas al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la Sareb y el Fondo Social de Viviendas en alquiler. Así, se prevé la construcción en nuestro país de unos 150.000 nuevos hogares al año entre los municipios más poblados, de modo que cada año se produciría un déficit de 20.000 viviendas asequibles.

Si observamos la situación por grupos de ingresos, son aquellos con salarios entre 1.000 y 2.000 euros los que tienen mayor grado de vulnerabilidad actualmente. La tasa de esfuerzo supera incluso el 50% en algunos casos. Los ciudadanos que se incluyen en este grupo, que representan el 41% de los hogares en alquiler, serían los principales destinatarios de esta nueva oferta de alquiler asequible.

Por otro lado, para los grupos con ingresos menores de 1.000 euros, será necesaria la creación de 442.000 viviendas íntegramente de alquiler público (vivienda social). En el caso del grupo con ingresos mayores de 3.000 euros, habría que idear un plan de ayudas con el propósito de facilitar el salto al mercado de compraventa por medio de avales a la entrada o desgravaciones fiscales, lo que afectaría a 486.000 unidades en los próximos 10 años.

En cambio, si analizamos por regiones, vemos que Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana son los territorios donde se requiere un mayor número de vivienda asequible, aunque con inversiones diferentes.

La región catalana, que lidera el ranking, necesitará construir 225.000 viviendas de alquiler asequibles en la próxima década, con una inversión pública de 1.010 millones de euros. Por su parte, Madridrequiere de 174.000 nuevas viviendas de alquiler asequible en los siguientes 10 años, con una inversión pública de 5.418 millones de euros. Según revela el informe, el hecho de que la inversión en Cataluña sea menor que la de la Comunidad de Madrid, a pesar de necesitar un mayor número de viviendas, se debe a la última actualización del precio de los módulos.

Igualmente, Andalucía precisa de un total de 85.000 nuevas unidades y una inversión de 4.529 millones. A esta le sigue la Comunidad Valenciana, con 85.000 viviendas y 3.245 millones; y, por último, se encuentra Canarias, con 46.000 viviendas y 2.486 millones.

Para Francisco Pérez, CEO de Culmia, “en España se precisan de políticas claras y eficientes para desarrollar, en colaboración púbico-privada, un parque de vivienda asequible que sea capaz de asumir la demanda inmediata y futura. Tenemos el reto de estructurar un modelo llamado a ser una de las principales soluciones al mercado de la vivienda y aterrizarlo para que sea posible a través de concursos bien articulados, una correcta gestión urbanística y una financiación atractiva”.