La carne de pollo podría triplicar su precio: ¿por qué?

La Ley de Bienestar Animal entró en vigor a finales de septiembre con el objetivo de alcanzar la máxima protección de los derechos y el bienestar de los animales, estableciendo una serie de normas para el trato de los animales en granjas y pastos. No obstante, la revisión normativa en materia de bienestar animal propuesta por la Comisión Europea tendrá un fuerte impacto socioeconómico en la producción de carne de conejo, cerdo y pollo, tal y como explicado COAG en un comunicado.

"Queremos trasladar a las diferentes administraciones, tanto estatales como europeas, el impacto de la modificación en la normativa de bienestar animal y alertar del problema económico y de abastecimiento que puede generar. Y al mismo tiempo mostrar a los consumidores la realidad de la ganadería en España y las repercusiones que tendría en la inflación del precio de los alimentos por el aumento de los costes a los ganaderos", ha explicado el responsable de sectores ganaderos de COAG, Jaume Bernis.

Los sectores cunícola, avícola y porcino de COAG han analizado las posibles consecuencias de la nueva 'Normativa Europea Reguladora del Modelo de Producción de Carne', sobre todo, en lo que hace referencia a la prohibición de las jaulas en la producción de carne de conejo, cerdo y pollo.

El precio de la carne de pollo se triplicaría

La puesta en marcha de la nueva normativa podrá suponer un coste adicional de 140.000 euros para los productores de huevos. Otra de las propuestas de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) es reducir la densidad de población de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m2, lo que supondría recudir en un 72% el número de aves en las granjas. "Un ejemplo real de la inversión necesaria para una reconversión que cumpla todas las exigencias y normativas para una granja de 8.000 ponedoras, supondría un desembolso para el ganadero de 141.426 euros", explican desde COAG.

En el caso de la avicultura de carne, el precio de la carne de pollo podría llegar a triplicarse al consumidor. Actualmente en los lineales, el precio es de 3,25 euros el kilo el pollo entero aunque este podría llegar a alcanzar los 9,75 euros el kilo, casi al mismo precio que el pollo campero.

En la actualidad, una granja de 1.800 metros cuadrados tiene una capacidad de 33.000 pollos. No obstante, según el estudio de la EFSA, esta granja pasaría a tener una capacidad de 11.000 pollos para que no se pasara de los 11 kilos/m2 exigidos, lo que supondría una pérdida de 22.000 plazas de pollos. Para poder recuperar esas plazas se necesitaría una inversión de aproximadamente un millón de euros.

El impacto económico no solo repercutirá en un aumento de precio "desorbitado" para el consumidor, sino que también supondría una bajada de una tercera parte de los ingresos para el granjero y de la producción.

"El bienestar animal no tiene por qué mejorar con estas medidas. Criar a menos densidad no es sinónimo de tener estos parámetros mejor controlados. De hecho, puede ser más difícil y costoso conseguir mantener las temperaturas de una forma adecuada", ha explicado el responsable del sector avícola de COAG, Eloy Ureña.

En el porcino, más de medio millón de euros

En el caso de la producción porcina, si se quiere mantener una granja tipo de 1.200 cerdas, las salas de parto de 16 cerdas deben pasar a 12 cerdas como máximo, perdiendo así cuatro parideras por sala.

Ante este escenario, se tendrán que remodelar las salas de parto actuales, además de construir una nave nueva para albergar a 62 parideras para poder mantener el censo. El precio por paridera está estimado en 3.200 euros, por lo que la inversión que se debería hacer rondaría los 198.400 euros. Además, si se le suma la remodelación, la inversión total se situaría en los 324.932 euros que sumado al coste de la construcción de la nueva nave para las 62 parideras supondría un coste total de 523.332 euros.

Sector cunícula, muy castigado con escasos recursos

El sector cunícola es un sector castigado de poco volumen económico que lleva sometido a un "prolongado proceso de reducción estructural", tal y como ha precisado COAG.

En el caso de esta producción, más del 95% se realiza en jaulas, por lo que la potencial prohibición de la utilización de jaulas en la producción de conejos para carne tendrá una "extraordinaria" repercusión en la estructura productiva sectorial y en el equilibrio de la cadena alimentaria del sector. Tanto es así, que cada granja perderá entre un 40% a 50% de producción.

"Para garantizar la supervivencia del sector, deben tenerse en cuenta los tres pilares de la agricultura sostenible -medioambiental, social y económico- para evitar que la producción desaparezca o se traslade a terceros países con normas menos exigentes en bienestar animal", ha indicado el responsable del sector cunícola de COAG, José Luis Santaclara.