Bruselas
Calviño ofrece rigor, pero Valerio defiende subir el gasto social
Bruselas sólo pedirá más ajustes si se traspasa el límite del 3% de déficit. La UE cree que los presupuestos del PP, que ahora defiende Sánchez, se desviarán cinco décimas del 2,2% previsto.
Bruselas sólo pedirá más ajustes si se traspasa el límite del 3% de déficit. La UE cree que los presupuestos del PP, que ahora defiende Sánchez, se desviarán cinco décimas del 2,2% previsto.
La nueva ministra de Economía española, Nadia Calviño, se estrenó ayer en las reuniones con sus homólogos europeos prometiendo estabilidad presupuestaria. Un día marcado por el simbolismo ya que el propósito de la cita de ayer era dar carpetazo al último tramo del rescate a Grecia y ofrecer al país un alivio de la deuda a cambio de una vigilancia reforzada tras años de austeridad y sufrimiento.
Pero a pesar de que la zona euro va poco a poco dejando atrás su época más traumática, el bautismo de Calviño como ministra confirma la necesidad de todos los gobiernos europeos de cumplir con Bruselas. Los ministros de la zona euro analizaron ayer el presupuesto español del año 2018, que ya había recibido el visto bueno de la Comisión Europea, a pesar de algunas fuertes discrepancias por la subida de las pensiones pactadas por el anterior Ejecutivo con el PNV. Unas cuentas negociadas por Mariano Rajoy, pero que Pedro Sánchez hace suyas.
Calviño, fuerte conocedora de los entresijos comunitarios al haber trabajado como directora general de presupuestos, intentó ayer conciliar el rigor con la política social y evitó meterse en charcos al referirse a una posible derogación de la reforma laboral de 2012 (una legislación fuertemente aplaudida por Bruselas).
«El mensaje que trae el Gobierno de España es que va a construir una política económica basada en dos pilares. Por una parte, la estabilidad presupuestaria. Es necesario que sigamos en una senda de estabilidad presupuestaria que nos permita garantizar la estabilidad a corto, medio y largo plazo de la economía española. Pero conjugar todo esto con un modelo de crecimiento más inclusivo», defendió la ministra a su llegada a la reunión del Eurogrupo. En esta línea de credibilidad presupuestaria, España no se plantea modificar el objetivo suscrito con nuestros socios europeos y que nos obliga a situar el déficit público este año en el 2,2%. Bruselas pronostica un desfase de cinco décimas tras la presentación de los presupuestos pactados por el anterior Gobierno, pero sólo pedirá más medidas de ajuste si se sobrepasa el límite del 3% del pacto de Estabilidad y Crecimiento.
La ministra sostuvo ayer que esto no sucederá y parece que el aprobado de Bruselas este año no corre peligro. Sobre posibles cambios en la reforma laboral, Calviño negó que sea una de las grandes prioridades del Ejecutivo ya que «no tenemos que centrarnos en reformar lo que existe del pasado sino en tratar de construir el futuro, tratar de construir un marco laboral que responda a la realidad de la economía y la sociedad española del siglo XXI».
La ortodoxia de Calviño, muy del gusto de Bruselas, chocó ayer con posturas menos conciliadores de su propio Ejecutivo. La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, también se estrenó en una reunión con sus homólogos europeos con pocas horas de diferencia y su presentación ante los medios destacó por un tono mucho más combativo con los postulados defendidos por el Ejecutivo comunitario.
Valerio criticó la reforma laboral y la culpó de generar en buena medida el déficit de la Seguridad Social debido a las peores condiciones del empleo. Valerio defendió contra viento y marea la vinculación de las pensiones al IPC y dar marcha atrás a la reforma de las pensiones de 2013 (también fuertemente loada por Bruselas, ya que vincula la cuantía a la esperanza de vida como modo de asegurar la sostenibilidad). Pero Valerio no lo comparte y apuesta por buscar fuentes de ingresos vía impuestos y mayores salarios que generen cotizaciones más elevadas para el sistema. El choque parece que llegará tarde o temprano si el Ejecutivo no encuentra soluciones que satisfagan a Bruselas. «Espero que no haya conflicto porque tenemos que velar por la sostenibilidad del sistema. Tenemos un artículo 109 de la Ley de Seguridad Social que dice que las pensiones contributivas se mantienen con cotizaciones, pero no exclusivamente. Se puede completar la financiación los Presupuestos Generales. Hay que ver cómo encontrar fondos adicionales y racionalizar los gastos».
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