Vivienda
Bajada del euríbor: ¿un menor coste en la compra de una vivienda?
La única forma de abaratar el precio de la vivienda en España no es volviendo el endeudamiento más asequible, sino aumentando la oferta de inmuebles
La moderación de la inflación a lo largo de 2023 ha abierto la puerta a la rebaja de los tipos de interés (de hecho, el Banco Central Europeo ya ha ejecutado un primer recorte) y, con ella, ha empujado a la baja el euríbor. Todo ello significa, claro, que el coste del endeudamiento va a reducirse dentro de la eurozona durante los próximos meses, lo cual está generando ciertas expectativas de optimismo sobre las mayores facilidades para adquirir una vivienda. A la postre, si el coste de endeudarse baja, parecería que el coste de comprar una vivienda también debería hacerlo. Pero no: este es un error básico que conviene aclarar antes de que genere frustración. Si los tipos de interés hipotecarios (ya sean fijos o variables) bajan, entonces es obvio que el coste de endeudarse también lo hará. Pero al reducirse el coste del endeudamiento, la demanda de préstamos hipotecarios para adquirir vivienda también lo hará, con lo cual la demanda de inmuebles se incrementará y, si la oferta se mantiene rígida, terminará aumentando también su precio.
Expresado de otra manera, puede que el endeudamiento se vuelva más asequible, pero el precio de compraventa se volverá aún menos asequible (seguirá subiendo) por el incremento de la capacidad de pago de los deudores en un contexto de menores tipos de interés. En suma, la única forma de abaratar el precio de la vivienda en España no es volviendo el endeudamiento más asequible, sino aumentando la oferta de inmuebles dentro de nuestro país. Y acaso en este frente, el crédito barato pueda ayudar a aumentar la inversión inmobiliaria y, en consecuencia, el número de viviendas dentro del país: sin embargo, tengamos en cuenta que el único coste de construir nuevas viviendas no es el coste del crédito, sino de los materiales, del suelo, del personal, de la energía y, también, de las regulaciones estatales (incluyendo impuestos) que pueden encarecer enormemente los precios de los inmuebles. Por consiguiente, mucho me temo que la caída de los tipos de interés no acabará facilitando el acceso a una vivienda a la mayoría de la población joven.
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