UE

Los aranceles de la UE a los vehículos eléctricos chinos, en vigor desde este miércoles

Las nuevas tarifas que se suman al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los aranceles hasta un 45,3% para algunos de los fabricantes

Imagen de coches eléctricos recargando las baterias
Imagen de un coche eléctrico recargando las bateríasJesús G. FeriaLa Razón

Los aranceles aprobados por la Unión Europea a la importación de vehículos eléctricos procedentes de China entrarán en vigor este miércoles, tras su publicación este martes en el Diario Oficial de la UE. El Ejecutivo comunitario aplicará un arancel del 35,3% al fabricante chino SAIC (MG y Maxus, entre otras marcas), del 18,8% a Geely y del 17% a BYD, durante un máximo de cinco años.

Ahora que ha culminado el proceso formal, las nuevas tarifas que se suman al 10% que ya aplica la UE a las importaciones de coches y, por tanto, elevarán los aranceles hasta un 45,3% para algunos de los fabricantes. La medida también afectará a las empresas occidentales que producen en China, como por ejemplo la estadounidense Tesla, a quien se va a aplicar un arancel del 7,8%, mientras que a otras que han cooperado con la Comisión en la investigación que ha llevado a cabo antes de aprobar los aranceles se les impone una tasa del 20,7%.

"El objetivo es lograr una competencia leal y la igualdad de condiciones, y este principio ha guiado nuestra actuación", han expresado fuentes comunitarias, que aseguraron que se ha tomado esta medida "para compensar las subvenciones concedidas a los productores" chinos, aunque la UE espera que el comercio "siga fluyendo, pero a un nivel justo". "Creemos que estos aranceles repercutirán positivamente en nuestra industria para facilitar la transición ecológica".

La UE da este paso porque considera que, pese a la división que genera entre los Veintisiete, recibió el apoyo suficiente en la votación que los gobiernos de la UE celebraron a principios de mes. En esa votación, cinco países se opusieron a la aplicación de los aranceles -entre ellos Alemania-, diez los apoyaron y doce se abstuvieron -España fue uno de ellos-. Paralelamente, continuaron los contactos políticos de alto nivel entre la Comisión y el Gobierno chino, así como otras reuniones técnicas para tratar de encontrar una solución. "Celebramos la competencia, incluso en el sector de los vehículos eléctricos, pero debe estar sustentada por la justicia y la igualdad de condiciones", dijo el vicepresidente de la Comisión Europea y responsable de Comercio, Valdis Dombrovskis.

Bruselas insiste en que el diálogo técnico sigue abierto sobre los compromisos en materia de precios con las autoridades chinas para buscar una solución "alternativa" y fuentes comunitarias explicaron que si se llega a un acuerdo los aranceles se podrán suspender con aquellos productores que asuman las condiciones acordadas. De manera general, el gravamen tiene aplicación de cinco años, aunque podrá suspenderse en caso de acuerdo, por lo que, al respecto, las mismas fuentes señalan que el "impacto final de los aranceles dependerá de las autoridades chinas".

Fuentes comunitarias también apuntaron la posibilidad de que las autoridades europeas viajen a China "cuando el momento sea oportuno" para seguir las conversaciones. La UE, no obstante, quiere negociar al mismo tiempo el precio mínimo de exportación con cada una de las empresas individualmente, no hacerlo únicamente con la intermediación de las autoridades chinas y asegura que Pekín no permite el contacto directo con las compañías. La Comisión aseguró que suspendería los aranceles en caso de llegar a un pacto con China durante los próximos cinco años, pero no los cancelaría, para ganar tiempo y volverlos a aplicar si Pekín incumpliese ese hipotético acuerdo, sin necesidad de volver a pedir el visto bueno de los Veintisiete.

La tensión comercial entre la UE y China aumentó en las últimas semanas. La Comisión Europea impugnó ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) la investigación que China inció contra las importaciones europeas de brandy, en respuesta a los aranceles que anunció el Ejecutivo comunitario. También abrió otra sobre la importación de productos de carne de cerdo desde el bloque comunitario y de los lácteos, que el Ejecutivo comunitario también quiere denunciar ante la OMC.