España presume de tener la red de alta velocidad ferroviaria más extensa de Europa con más de 4.000 kilómetros y la segunda del mundo sólo por detrás de China, que está a años luz del resto de países con 40.493 kilómetros. Pero a pesar del éxito tecnológico y, como le gusta decir al gobierno de turno, "de país" que supone este hito, los más de 56.000 millones de euros invertidos para erigir el sistema de alta velocidad están lejos de ser aprovechados al máximo.

Con menos kilómetros de red, otros cinco países además de China, Japón (3.147 kilómetros), Francia (2.735 kilómetros), Alemania (1.631 kilómetros), Italia (921 kilómetros) y Corea del Sur (873 kilómetros), registran mayor número de pasajeros en sus servicios de alta velocidad, según los datos del último Atlas de la Alta Velocidad de la Unión Internacional de Ferrocarriles (UIC).

Según los datos recopilados por esta organización, China (1.900 millones de viajeros) es el país con más viajeros de alta velocidad del mundo, una cifra acorde al tamaño de su red y su población. Japón tiene la segunda red más utilizada, con 184 millones de viajeros; seguido de Francia, con 86 millones; Alemania (82 millones); Italia (60 millones) y Corea del Sur (45 millones). En el caso de España, su cantidad sería de 16,1 millones.

Datos de 2021

Los datos de la UIC, no obstante, hay que tomarlos con cierta cautela dado que corresponden al año 2021, el posterior a la pandemia y cuando la liberalización del sector lanzada precisamente para sacar más partido a la red estaba despegando en España -Ouigo empezó a operar en mayo de aquel año y hasta dos después, y no se completó hasta noviembre de 2022, cuando comenzaron a circular por la red los trenes de iryo-.

Desde que Renfe tiene competencia en los corredores de Levante, del Sur y del Noreste (Madrid-Barcelona-Frontera francesa), el número de viajeros de la red ha crecido de forma importante. En 2022, alcanzó ya la cifra de 23,7 millones, según datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). Y su número va en aumento. Según las estadísticas de la propia (CNMC), en el primer trimestre de 2023 hubo 6,63 millones de personas en la alta velocidad, en el segundo 8,32 millones y en el tercero otros 8,4 millones de pasajeros. Es decir, 23,35 millones, casi tantos ya como en todo 2022. Con todo, la cifra sigue muy alejada de los 45 millones que registró Corea en 2021.

En los próximos años, la lógica invita a pensar que la cifra seguirá creciendo dado que el administrador de las infraestructuras ferroviarias (Adif) ha puesto ya en marcha la segunda fase de la liberalización del sector para dar entrada a competidores que den la réplica a Renfe en corredores como el de Galicia o el Corredor Mediterráneo. Algunas compañías como Iryo ya han expresado su interés en operar en ambos. Alsa Rail, filial de ferrocarriles de la compañía de autobuses, se ha asociado también con la compañía andaluza Eco Rail, a la que Adif no asignó capacidad en la primera fase de la liberalización del sector, para explorar la posibilidad de operar alguna de las líneas que van a salir al mercado en la segunda.