Movilidad
Iryo prepara el terreno para su futuro desembarco en Portugal
La Comisión Europea apoya dos servicios piloto transfronterizos de la compañía española para conectar Madrid con Lisboa y Lisboa con La Coruña
Iryo no sólo trabaja en un futura conexión entre Barcelona y París para expandirse fuera de las fronteras españolas sino que también mira hacia el oeste, hacia Portugal, para proseguir con su futuro crecimiento. La operadora ferroviaria controlada por Air Nostrum, Trenitalia y Globalvía ha sido seleccionada por la Comisión Europea para poner en marcha un proyecto piloto para establecer servicios transfronterizos entre Madrid y Lisboa y entre la capital lusa y La Coruña, según ha informado el Gobierno comunitario, que respaldará un total de diez iniciativas.
Aunque no existe una partida financiera dedicada a los proyectos, la Comisión prestará apoyo facilitando coordinación y contactos entre los participantes, evaluando si las iniciativas son compatibles con la legislación comunitaria, ayudando a identificar herramientas que puedan beneficiarles o promocionando el servicio. El objetivo de Bruselas es que los diez proyectos piloto sirvan de avanzadilla para analizar cómo pueden superarse las barreras que existen para operar servicios de ferrocarril entre diferentes países, como la asignación de la capacidad o la mala coordinación entre los gestores de las infraestructuras.
El anuncio de la Comisión no implica en cualquier caso que se trate de proyectos que se vayan a poner en marcha de forma inmediata. De hecho, desde Iryo no se manejan todavía fechas y se limitan a celebrar el apoyo de la Comisión Europea a los proyectos. La compañía considera, eso sí, que este piloto “puede ayudar a dar el impulso necesario a la liberalización efectiva del sector ferroviario en Portugal con la entrada de nuevos operadores, lo que supondrá beneficios muy positivos para los pasajeros, ya demostrado en otros países”.
Diferentes visiones
La operadora considera que el respaldo de la Comisión es muy importante “para permitir la viabilidad de estos servicios, paliando los actuales obstáculos”. Entre esos obstáculos, aseguran, está la “necesidad de elaborar un proyecto conjunto de desarrollo de infraestructuras que implique a España y Portugal”. Muestra del interés de iryo en este punto es su participación activa en la Asociación Sudoeste Ibérico, que busca impulsar un corredor de alta velocidad entre Madrid y Lisboa que, a día de hoy, parece muy lejano. Mientras que Adif sigue avanzando en sus trabajos para llevar la línea hasta la frontera lusa, desde el Gobierno luso ha decidido apostar por la conexión Lisboa-Oporto-Vigo, en la que invertirá más de 11.000 millones de euros para tenerla lista antes de 2030. De hecho, Portugal está presionando para cerrar un calendario con España que le permita tener la conexión lista en tal fecha. Del eje Madrid-Lisboa se ha limitado a expresar su objetivo de trabajar para rebajar el tiempo de viaje entre ambas ciudades a cinco horas en un plazo de dos años.
La llegada de Iryo a Portugal se enfrenta no sólo a los obstáculos de las infraestructuras sino al del material rodante de la propia compañía si lo hiciera con trenes de alta velocidad. La operadora ha adquirido veinte trenes Frecciarossa 1000 con los que prestará sus servicios en los tres corredores españoles en los que tiene capacidad para operar, noreste, levante y sur. Para lanzar su segunda fase de expansión, para la que ha puesto fecha en 2026, necesitará ampliar su parque de trenes.
Junto a los servicios propuestos por iryo, la Comisión también apoyará nuevos servicios entre Cataluña y el sur de Francia. Así, ha incluido un proyecto de Ferrocarriles de la Generalitat de Catalunya, conectando con el sur de Francia; y el European Sleeper, un nuevo servicio nocturno entre Amsterdam y Barcelona.
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