Transporte
«Mis antepasados se ganaban la vida recorriendo los caminos con sus carros tirados por mulas, trasladando mercancías y personas a Castilla primero, a Madrid después. Era gente ordenada que llevaba bien sus cuentas y que aprendía a leer y en sus casas contratando a gente que venía de fuera a pasar el invierno». De esta forma, relataba José «Pepe» Cosmen Adelaida sus orígenes familiares y también de su compañía, Alsa, que él mismo, gracias a su iniciativa, se encargó de convertir en un gigante del transporte.
Aunque el empresario asturiano falleció en 2013, su legado permanece intacto en la compañía, cuyas riendas son llevadas, hoy en día, por sus hijos, entre los que destaca Jorge, como presidente de Alsa España y vicepresidente de National Express; Andrés, como responsable del negocio en China, y Jacobo, presidente de Alsa en Asturias.
Pese a que el mundo del transporte ha cambiado mucho, los ocho hermanos Cosmen tienen presentes los principios inculcados por su padre. «Nuestros padres han sido un constante referente y transmisores de valores como la honestidad, la humildad o el humanismo», asegura Jorge Cosmen.
En 1995, el patriarca decidió poner en marcha el proceso sucesorio en la compañía, siendo Jorge elegido presidente, aunque, tal y como él mismo manifestó en su día, «no estoy aquí por saber más o menos, sino porque mis hermanos así lo han querido». Licenciado en Administración y Dirección de Empresas y máster MBAI por el Instituto de Empresa, está casado y es padre de dos hijos. Trabajó en empresas del sector turístico, bancario y de comercio en España, Suiza o China. En el sector financiero, fue asesor del Banco Exterior, y también consejero de Bankia.
Tras el relevo generacional (aunque el patriarca siempre se mantuvo al lado de sus hijos como asesor), llegarían algunos de los movimientos más importantes para la compañía. Y es que, en 2005, Alsa sorprendía con su integración en National Express (NX), creando así un gigante del transporte de viajeros, y en el que la familia Cosmen permaneció como socio de referencia, con un 13% del capital, otorgando a Jorge la Vicepresidencia del mismo. No obstante, la operación no incluyó el negocio de Alsa en China, donde la compañía había desembarcado en 1984.
Recientemente, el Consejo de Administración de NX ha cerrado el acuerdo definitivo para su fusión, mediante absorción, con su competidor, el escocés Stagecoach, una operación valorada en 468 millones de libras (561 millones de euros), y que está a expensas de ser aprobadas por las respectivas juntas generales de accionistas de las dos compañías. Tras su materialización, los Cosmen continuarán siendo accionistas de referencia del grupo resultante, manteniéndose Jorge Cosmen como vicepresidente, preservando así el acento español del grupo.
La vieja amistad entre los Cosmen y la familia Souter, accionistas principales de Stagecoach, ha favorecido el acercamiento y, por tanto, el acuerdo para crear un grupo cuya valoración, tras la fusión, superará los 2.000 millones de euros, con una cuota de mercado del 30% en Reino Unido. Asimismo, los 39 trenes de Stagecoach supondrá la vuelta NX al negocio ferroviario. De esta forma, la compañía consolida su posición en el mercado británico, y responde a la crisis originada por la COVID-19 que tanto impacto ha tenido en áreas como el transporte de viajeros, y a las importantes inversiones que las compañías de movilidad deberán acometer, especialmente en lo referente a la sostenibilidad. Se estima que la operación supondrá un ahorro de costes para las compañías de 35 millones de libras (42 millones de euros).
De la mula al motor de explosión
Aunque hoy integrada en NX, Alsa continúa operando bajo su marca original en España. Sus orígenes se remontan, nada más y nada menos, que al siglo XVIII, al Puerto de Leitariegos, en la montaña asturiana, donde los antepasados de los Cosmen se dedicaban desde 1728 al transporte de mercancías y pasajeros a Castilla. A finales del siglo XIX, las carreteras occidentales de Asturias fueron testigo del nacimiento del «El Luarca, automóviles de viajeros», una empresa que hacía el trayecto Luarca-Oviedo en 15 horas.
A comienzos del siglo XX, la sociedad experimentó un profundo cambio, ya que los avances tecnológicos permitieron sustituir la tracción animal por las máquinas de vapor y por los motores de explosión. En 1923, se constituyó la sociedad Automóviles «El Luarca S.A», surgiendo así famoso acrónimo A.L.S.A.
Paralelamente, en 1918, Secundino Cosmen (abuelo de los actuales gestores de la compañía) creó en Cangas de Narcea «La Popular» con un capital de 100.000 pesetas. Reconvertida en Empresa Cosmen, obtuvo en 1922 la concesión de la línea Cangas de Narcea-Degaña.
Habría que esperar hasta la década de los 50 para que la compañía diese su gran salto. En 1954, uno de los siete hijos del fundador, José, quien se había empapado desde su infancia el negocio familiar del transporte, se incorporó a la empresa. El joven José , pronto, mostró sus dotes como empresario. Tan solo un año más tarde, acometió su primera adquisición, al comprar personalmente la empresa Autos Asúa. Tras la misma, la empresa comenzó a desarrollar con carácter de línea regular la conexión con Oviedo que, al combinar con sus anteriores líneas, se transformó en Oviedo-Villablino. Siguieron entonces las compras de compañías vecinas, hasta que, en 1960, Empresas Cosmen y Alsa unieron sus destinos para siempre. Tras meses de conversaciones, la empresa de José Cosmen pasó a formar parte de Alsa el 18 de noviembre de 1960. Se sacrificó el uso del apellido familiar que, no obstante, seguiría vinculado al transporte de mercancías, y se adoptó la denominación de Alsa en beneficio de unas mayores posibilidades de crecimiento.
José Cosmen fue nombrado director gerente en 1961 y, cinco años más tarde, consejero delegado, haciéndose, poco a poco, con el control del capital social de la empresa, y tomando las riendas de la misma, convirtiéndose, a partir de entonces, en el artífice de un proceso de modernización que revolucionaría el transporte de pasajeros por carretera.
En 1964, se puso en marcha la primera línea internacional Oviedo-París-Bruselas y el servicio regular Asturias-Madrid, que transportaba a emigrantes asturianos a Centroeuropa y a la capital de España. Estas nuevas incursiones hicieron posible que sus vectores se dirigiesen a otros puntos de Europa (Suiza y Portugal), ampliando, paso a paso, su red de transporte en el Viejo Continente y llegando a nuevas comunidades en España.
Alsa siguió, a partir de entonces, una estrategia de absorción de competidores, que consolidó en 1999 con la compra de la estatal Enatcar. Para entonces ya había realizado un gran despliegue internacional, con participaciones y filiales en Suiza, Reino Unido, Portugal, Alemania, China, Chile y Marruecos. Con la integración en 2005 de Alsa en la multinacional británica NX, Cosmen y sus ocho hijos, nacidos de su matrimonio con María Victoria Menéndez-Castañedo, pasaron a ser los mayores accionistas de esta corporación, que ya estaba presente en Reino Unido, Estados Unidos, Canadá y Alemania.
Pese a la integración de Alsa en NX, los Cosmen se reservaron la gestión en China, al frente de la cual se sitúa Andrés Cosmen, manteniéndose bajo propiedad directa de la familia.
Alsa llegó a China, su gran apuesta internacional, en la década de los 80 por casualidad. En 1983, Pepe Cosmen, viajó al país asiático interesado en un remedio contra la bronquitis. Su proyecto no cuajó, pero aquel viaje le permitió descubrir las oportunidades que el Lejano Oriente ofrecía desde el punto de vista del transporte. Así que, en 1984, desembarcó empresarialmente con un servicio de taxis en la ciudad de Shenzhen, ya que las líneas de autobuses estaban contraladas por el Estado.
Así, comenzó su aventura china, que se inició con 50 Toyota Crown. Pero el gran salto de Alsa en el gigante asiático se produciría en 1990, cuando se convirtió en la primera sociedad extranjera autoriza para entrar en el sector del transporte por carretera de viajeros gracias a un cambio legislativo, siendo la primera empresa en romper la férrea muralla burocrática china.
Horarios
Se asoció, entonces, con el grupo Tongsha, estableciendo su cuartel general en Tianjin, una ciudad portuaria situada a un 120 de kilómetros de distancia de Pekín. La compañía revolucionó el transporte en autobús, ya que introdujo una importante novedad que, al principio fue vista con recelo, pero, después, con mucho agrado de las autoridades del país asiático.
Y es que hace 40 años los viajeros chinos no estaban acostumbrado a horarios fijos. Los autobuses partían cuando llenaban todas sus plazas, sin saber cuánto tiempo tardarían en ponerse en marcha hacia su destino («podían incluso esperas dos días», recuerda un directivo de la empresa). La compañía española implantó la venta de billetes y estipuló unos horarios de salida. De esta forma, Alsa fue abriéndose camino, creciendo a la par que la economía china se modernizaba y se abría al mundo. Su primera línea, Tiajin-Pekin, realizaba el trayecto de un centenar de kilómetros en tres horas y media e, incluso, alguna de sus tenían que cruzar ríos en barcaza. Hay que tener en cuenta que hasta 1988 no se inauguró la primera autopista en el país.
Andrés Cosmen, responsable de los negocios de Alsa en el país asiático, ha hecho de China su hogar. Allí, lleva años dirigiendo la expansión de la compañía, donde se ha diversificado y extendido sus negocios.
Negocios diversificados
Los Cosmen Menéndez-Castañedo se encuentran entre las fortunas más importantes de España, ocupando puestos destacados en la lista Forbes. Además de en el mundo del transporte, tienen intereses en sociedades agrícolas, inmobiliarias, de comercialización de vehículos, industriales, tecnológicas, hoteleras, turísticas, de importación, capital riesgo y también de restauración. Todo un imperio que nació en las montañas asturianas, entre carros y mulas, y que se ha extendido por el mundo entero.