F. C. Barcelona
Valverde tiene una colección de estrellas
Griezmann se une al equipo un año después de lo esperado para ampliar la competencia en el tridente de ataque. De Jong, que ha impactado en la pretemporada, amplía la baraja en el centro del campo.
Griezmann se une al equipo un año después de lo esperado para ampliar la competencia en el tridente de ataque. De Jong, que ha impactado en la pretemporada, amplía la baraja en el centro del campo.
«Si tengo que pedir perdón lo haré en el campo», dijo Griezmann en su presentación. El año pasado ya estuvo a punto de fichar por el Barcelona y montó un número en forma de documental para terminar diciendo que «no», que seguía en el Atlético. La respuesta del público del Camp Nou fue clara: pitos al francés en la siguiente visita de los rojiblancos. Y recibimiento dividido en el Gamper, en la puesta de largo ante los suyos. Fue noticia que incluso recibiera algunos aplausos, cuando es un fichaje que costó 120 millones de euros. Está claro que Griezmann tiene mucho trabajo por delante para convencer al barcelonismo. Tan claro como que es un gran refuerzo para el equipo. Todavía no ha coincidido con Messi en el campo, ya que el argentino se lesionó en el primer día de entrenamiento después de las vacaciones, pero con Luis Suárez sí ha tenido buena sintonía cuando han estado juntos sobre el césped. «Griezmann pueda jugar de delantero y en la banda, y eso es una ventaja. Tiende a entrar dentro, pisa el área y nos viene bien que se sumen más jugadores a esa faceta de delantero», aseguró Valverde de su nuevo jugador. Griezmann ha actuado de «falso 9» en los primeros partidos de pretemporada, cuando todavía faltaban muchos futbolistas por incorporarse al grupo. Ahí le costó más, algo encorsetado y sin espacios, aunque desde el principio ha intentado jugar rápido y de primeras. Con la llegada de Luis Suárez tras la Copa América, Griezmann pasó más a la banda, donde se ha encontrado un poco más a gusto y fue cuando consiguió su primer gol, en una llegada desde atrás para empujar a placer la asistencia de Jordi Alba. El francés tiene buena relación con sus compatriotas, sobre todo con Umtiti y Dembélé, con los que se proclamó campeón del mundo en el pasado Mundial de Rusia, y se ve claramente la intención de ganarse fuera del campo a Luis Suárez. El tanto que marcó lo celebró besándose tres dedos, como hace el uruguayo. Atrás deben quedar ciertas rencillas del pasado, que las hubo, cuando eran rivales.
Valverde agradece la llegada de un futbolista que ya esperaba la pasada temporada por tener unas características diferentes. Se relaciona muy bien con el gol, tiene calidad individual y verticalidad para buscar la portería, aparte de sacrificio defensivo. Pero el francés debe ganarse el puesto todavía y eso lo agradece Valverde, que quiere a todos sus jugadores preparados para cuando se les requiera, activados. Es un arma de doble filo. Con la plantilla actual el equilibrio entre repartir los minutos y que ninguna de las estrellas se enfade es importante. Dembélé también aprieta, buscando por fin la estabilidad que le ha faltado en sus dos primeras temporadas, en parte por culpa de las lesiones. Si la velocidad y la capacidad de desborde que ha ofrecido en los partidos de pretemporada tiene continuidad, la elección del entrenador será difícil. Además, el equipo todavía no está cerrado, por lo que no se sabe si el otro jugador que va a pelear por un puesto con los dos galos es Coutinho o Neymar. El regreso del brasileño supondría más calidad, pero otro peso pesado con el que lidiar.
El Barcelona requiere cierta agitación para intentar ir un poco más allá, sobre todo en Europa. Griezmann lo da en ataque y el resto de refuerzos también han convencido. La integración de Frenkie de Jong ha sido instantánea. Habla el mismo idioma futbolístico que la tradición del equipo azulgrana. Viene del Ajax, que es el hermano menor del Barça, si se tiene en cuenta que el padre de ambos es Cruyff. El holandés tiene 22 años, pero está más que preparado para jugar desde ya e incluso para poner en apuros a una de las vacas sagradas del vestuario como es Busquets. Lo lógico es que jueguen juntos, pero Frenkie ha demostrado que el trabajo de mediocentro lo conoce a la perfección. La defensa es la línea que menos va a cambiar, al menos en apariencia. Si acaso, parece que Sergi Roberto hará más labores de centrocampista, por lo que se verá más a Semedo en el lateral derecho, con Wagué como alternativa. Umtiti y Lenglet van a pelear por estar al lado de Piqué como centrales y Junior dará los minutos de descanso que Jordi Alba y el Barça echaron tanto en falta la temporada pasada.
Tras los pasos de Guardiola
Ernesto Valverde es un hombre de fútbol, sabe cómo funciona, pero le cuesta entender que habiendo ganado dos ligas consecutivas se ponga en entredicho su puesto. Porque sí, también es un técnico con la duda pendiente de él por las eliminaciones europeas y por cómo se produjeron. Fue un final de temporada duro para él y la derrota en la Copa hizo que pasara unos días en los que todo podía pasar: que se fuera, que siguiera... Y continuó, para buscar, aparte del desquite en la Champions, seguir haciendo historia en la Liga. Es difícil recordar un entrenador que haya dominado el campeonato de la regularidad de forma tan aplastante. Son dos años en el Barcelona y de 76 jornadas posibles, ha estado en lo más alto de la tabla en 70.
Claro que con Messi en sus filas han sido varios los técnicos que han conquistado la Liga, en realidad todos menos Tata Martino, que la perdió en la última jornada en el cara a cara directo contra el Atlético en el Camp Nou. Rijkaard, Guardiola, Vilanova y Luis Enrique sí lo lograron. A este último ha igualado Valverde con dos títulos. El asturiano no pudo con el tercero. Valverde lo busca desde hoy, con lo que llegaría a la altura de Guardiola y se colocaría segundo en el podio histórico del conjunto azulgrana. Por delante de Pep sólo está el maestro de todos: Johan Cruyff. Se puede decir que con el holandés empezó todo. El «Flaco» sumó cuatro ligas seguidas a principios de los 90 y la primera Copa de Europa para el club. Después, los triunfos han ido siendo habituales, y la distancia de ligas con el Real Madrid está ahora en siete: 33 a 26.
A Valverde se le echa en cara aparte de lo de Roma y lo de Liverpool, que a su equipo le falte brillantez. En el campeonato local se ha convertido en una máquina de ganar tanto cuando juega bien como cuando lo hace mal. La idea de partida del equipo es siempre la de dominar a través de la posesión, pero no siempre ha podido y en muchas ocasiones cuando el rival ha presionado arriba no ha encontrado soluciones.
Sus críticos le estarán esperando esta temporada, en la que los fichajes están a la altura de la exigencia que tiene el técnico. Quizá esta vez con conquistar la Liga no sirva, pero también se le va a pedir ganarla y dar un paso adelante en el juego. Esa sería la fotografía perfecta del Txingurri, un amante del arte de captar imágenes. Con un talante siempre conciliador, el técnico tiene de su parte el favor de los jugadores.
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