Nadal se encuentra en plena gira sudamericana para cerrar 2022 y comenzar a preparar el Open de Australia del año que viene. Rafa, después de una segunda mitad de curso muy complicada, afronta el nuevo ejercicio pleno de ilusión y optimismo. Así lo aseguró en Chile: “Mi temporada ha tenido varias fases muy distintas y ha estado marcada por los problemas físicos. Todo ha cambiado cuando encontramos un tratamiento efectivo para el pie, que me ha ayudado mucho. Eso ha cambiado la perspectiva de mi continuidad en el tenis de alto nivel radicalmente”. El plan del ganador de 22 Grand Slams es viajar a Australia en tres semanas para afrontar en las mejores condiciones posibles el torneo de Melbourne y sentirse competitivo.

El primer capítulo de la gira fue en Buenos Aires donde Rafa compartió un partido de dobles junto a la legendaria Gabriela Sabatini. Enfrente estaban el noruego Casper Ruud y la también argentina Gisela Dulko. Rafa y Gabriela se impusieron por 6-4 en el partido de exhibición que fue el colofón a una jornada en la que Nadal y Ruud se midieron y la victoria fue para Rafa por 7-6 (10/8) y 6-2.

Federer regresó a Wimbledon

Por primera vez desde que anunciara su retirada, Roger Federer volvió a las instalaciones del All England Tennis Club; esta vez de visita y no para desenfundar su raqueta en La Catedral. El ocho veces campeón del torneo, más que nadie en la historia, se pasó por el complejo londinense, después de un viaje de varios días por Japón, en el que disputó un partido de exhibición y cumplió varios compromisos publicitarios con su marca de ropa Uniqlo.

Federer cumplió su palabra y no estuvo 25 años sin pisar Wimbledon, como hizo en su día Bjorn Borg. “Es bonito verte de nuevo”, publicó Federer en sus redes sociales, acompañado de una foto del trofeo de campeón, el que levantó por última vez en 2017 y del que se quedó a un punto de distancia en la final de 2019 contra Novak Djokovic.

Federer puso punto y final a su extensa carrera deportiva el pasado septiembre por las lesiones en la rodilla que le han atormentado en los últimos dos años y medio. El suizo se despidió del tenis en una lacrimógena carta, para más tarde colgar la raqueta en la Laver Cup, junto a una constelación de estrellas del tenis mundial.