Tenis
Nadal disfruta y sabe sufrir en su estreno en Madrid ante Kecmanovic
El balear, que lleva un mes y medio sin jugar, regresó a las pistas con un triunfo ante el serbio (6-1 y 7-6) en el que empezó fantástico y casi se lía después. “Cada minuto en pista me viene bien”, asegura
Le daba indicaciones David Nalbandian de forma vehemente a su pupilo Miomir Kecmanovic. No le estaba yendo bien en su partido contra Rafa Nadal. En ese momento el duelo estaba parado por esa lluvia y esas tormentas de primavera que azotan la capital de España. Se cerró el techo, el lujo que tiene el Mutua Madrid Open, y los operarios pusieron la pista bonita en un momento: primero la lona para que no se empape el suelo, para a continuación quitarla; después recuperar la tierra añadiendo nueva a palazos, regar, limpiar las líneas, y a jugar de nuevo. Mejoró el serbio, pero no lo suficiente ante un Nadal al que tampoco le viene mal tener sensaciones distintas: la de volar y la de sufrir, sobre todo sabiendo salir airoso de la segunda. “Cada minuto en pista me viene bien”, aseguró. Fueron casi dos horas. En líneas generales tuvo una buena actuación en una cita a la que llega con las dudas lógicas que tiene la inactividad, por el mes sin poder entrenar y el tiempo “justillo”, como él mismo aseguró, que había tenido para prepararse. Venció por 6-1 y 7-6 (7/4).
Es que un mes sin tocar la raqueta no se pasa ni cuando acaba el curso y puede disfrutar de unas vacaciones antes de arrancar la pretemporada. O ni después de darse una paliza como en el mes de enero tras conquistar el Open de Australia. En el primer caso pueden ser un par de semanas. En el segundo, apenas unos días. Es lógico que pueda haber incertidumbre por saber cómo será el regreso, pero Rafa lleva unos días en Madrid haciendo sesiones dobles para acelerar. Kecmanovic le planteó un partido de mucho ritmo, de duros intercambios, y el zurdo cada vez se fue sintiendo mejor. Trataba el serbio de encontrar el revés de Nadal, pero precisamente con ese golpe llegó el primer golpe ganador del poseedor de 21 Grand Slams. El español buscaba los ángulos, tener a su rival en movimiento durante puntos larguísimos que iban cayendo de su lado. Al cuarto juego llegó el primer break y el tenis del balear ya fluía como si llevara el rodaje habitual de Montecarlo y Barcelona, los torneos que juega siempre antes de llegar a Madrid.
En el arranque del segundo set, con 0-1 y 0-15, empezaron a salir los paraguas, el revuelo, y el partido paró, para reanudarse media hora después en otras condiciones, bajo techo. La primera amenaza de verdad de Kecmanovic se vivió en ese momento con la posibilidad de break, pero Rafa la sacó adelante con un buen saque. En el quinto juego de ese segundo parcial fue cuando llegó la rotura, pero a favor del zurdo. No encontraba la manera el serbio, que tiene un revés extraordinario y que no se rindió a la que parecía su suerte. Le golpea durísimo con el tiro a dos manos, sobre todo el cruzado, un cañón. El duelo se instaló en el misterio, en las alternativas. El primer break de Rafa fue recuperado por su oponente, y el segundo también, cuando Rafa estaba 6-5 y saque. En el tie break puso el balear su versión más sólida ante un Kecmanovic que se lo estaba empezando a creer. Nadal supo pasarlo mal y siempre buscó alternativas, también con su revés, con el que iba cambiando alturas, uno para arriba buscando bote en el lado contrario de la pista y otro más recto en busca de que el punto terminara. El partido lo hizo con un servicio directo.
Fue un buen estreno y Nadal ya espera al ganador del Goffin-Van de Zandschulp para disputar mañana los octavos. Carlos Alcaraz se las verá con Cameron Norrie, y si los dos vencen la pista Manolo Santana vivirá el encuentro más esperado.
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