Toma de contacto
¡Nadal ya está en Madrid!: “¿En qué pista entrena Rafa?”
El balear, corto de preparación por su lesión en las costillas, llega a Madrid y se entrena por primera vez en la Caja Mágica ante unos 2.000 aficionados
Jannik Sinner y Krajinovic están teniendo una sesión fuerte de entrenamiento en las pistas exteriores de la Caja Mágica, el recinto donde se disputa el Mutua Madrid Open. Hay buen ambiente y el italiano y el serbio le dan duro, pero un par de espectadores se giran y preguntan. “¿En qué pista entrena Rafa Nadal?”. Estaba previsto que lo hiciera a las seis de la tarde en una de las de fuera y los que le buscan, no le encuentran. No anda por allí. Un voluntario contesta a la mujer: “Lo han pasado a la Manolo Santana”. El peregrinaje para ir a la central comienza. Las gradas toman color y llegan a tener unas 2.000 personas.
Abajo, efectivamente, está Rafa Nadal, con el argentino, también zurdo, Federico Delbonis como compañero de entrenamiento. Carlos Moyá y Marc López le dan instrucciones mientras su mánager, Carlos Costa, se sienta en la silla del árbitro como si estuviera haciendo una travesura. Hay intercambios duros, pero al no ser un partido de verdad el público está como desubicado. Algún aplauso cuando acaba un punto, un “oh” con alguna derecha... Cuando entran un grupo de jóvenes y uno grita dice “Nadal, guapo”, ya sí se lía y de vez en cuando empiezan ya los habituales “Vamos, Rafa”. Es la pista en la que más se le quiere del mundo, y hay unas cuantas.
El balear llega “justo”, cómo él mismo reconoció en sus redes sociales, después de haber estado un mes parado por culpa de una lesión en las costillas, una “fisura en el tercer arco costal izquierdo”. Pero no se ha querido perder la cita en la capital de España, donde es el auténtico ídolo, aunque las condiciones, los 700 metros de altitud, no son lo mejor para su estilo de juego.
La pista Manolo Santana, cerrada todo el día por culpa de la lluvia mientras se jugaban los partidos del cuadro femenino, con el techo cubierto, se abrió para el entrenamiento de Rafa porque el tiempo dio una tregua. Su estado es una incógnita. El rato que estuvo contra Delbonis le pegó duro, la verdad. Primero un calentamiento, voleas, remates, puntos... Hasta jugar un amago de partido en el que el español es superior. Nadal entrena con la misma intensidad que juega e incluso no se salta sus rutinas: limpiar la línea, el pantalón-pelo-oreja-hombro antes de sacar... Se queja en algunos restos que tira fuera y una derecha cómoda que falla: “¡No, hombre, no!”, lamenta. También aplaude un gran revés del suramericano: “Bravo”. Está unas dos horas en pista. No es suficiente para saber su estado real. Otro factor: hay que esperar al sorteo del cuadro para ver si el balear tiene unas primeras rondas que puedan ser cómodas, pero que a la vez le permitan coger ritmo.
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