Entrevista
Saúl: "Mi hija con dos años es una fanática del Atlético. Le cantaba el himno para dormirla"
El centrocampista del Atlético, mucho más allá del fútbol, ha abierto en Madrid una tienda de bicicletas eléctricas sostenibles
Padre, futbolista y emprendedor son algunos de los roles de Saúl Ñíguez (21-11-1994, Elche). El centrocampista afronta los últimos partidos de su décima temporada en el primer equipo del Atlético. Finales de Champions, títulos de Liga, el duodécimo jugador con más partidos en la historia del club... el equipo recibe a Osasuna con el objetivo de la segunda plaza y sellar cuanto antes el puesto para la próxima Champions. «Hemos tenido tranquilidad, paciencia, hemos creído en el trabajo del míster y al final se han ido dando mejores resultados y esperemos terminar la temporada igual», asegura.
Más allá del fútbol, Saúl desarrolla su lado más emprendedor con un proyecto que consiste en extender una marca de bicicletas eléctricas. «Creo que va a ser un bombazo. Hasta hoy no quise anunciar nada, pero ya llevo un mes dando visibilidad a las bicis. En Madrid hay muchos coches y eso no es bueno para la salud de todos, la contaminación nos debe preocupar. Empecé a ser consciente de esto desde el golpe en el riñón en 2015 y no quería tener más problemas de salud, por lo que cambié mi alimentación. En Londres se me complicaba la movilidad en coche por el centro y muchas veces me metía en calles para residentes y luego llegaban las multas. Apuesto por la marca MATE no solo por lo económico, sino para generar un buen hábito, consumir menos y no contaminar. Hemos empezado en Madrid –Príncipe de Vergara 210–, pero quiero abrir tiendas en zona de costa, Marbella, Málaga, Barcelona, Elche... Así empezó el tema del medio ambiente y también de las bicis. Todo fue a raíz del riñón, de mi salud y de la salud de mi familia, porque quiero lo mejor para ellos», explica.
El centrocampista completa la saga de los Níguez futbolistas. Comenzó con su padre José Antonio, en el Elche de los 80, y continuó con sus hermanos Aarón –ex futbolista de Valencia, Celta o Tenerife– y Jonathan –jugador del Athletic Club Torrellano–. «Vengo de una familia futbolera, donde he recibido consejos que quizás otros no hayan podido tener. Aunque a veces esto también perjudica. Mi padre me apretaba mucho desde pequeño, era muy crítico, pero gracias a mi fuerte carácter lo llevé bien. Si en un partido marcaba un hat-trick y luego tiraba un balón fuera, me echaba una bronca tremenda en el coche. Me exigía porque sabía hasta dónde podía llegar. Mi contestación era que si Messi falla, que si Cristiano falla… pero luego entendí que para conseguir algo tienes que tener la mentalidad de querer ser el mejor, luego a veces no lo consigues, pero es la manera de que te dejes toda tu energía en el proceso.
"Lo pasaba peor viendo los partidos de mis hermanos que los míos"
Pese a tener hermanos, Saúl se crió prácticamente como si fuese hijo ‘único’ debido a que Jonathan y Aarón se fueron de casa cuando él apenas tenía cinco años.Unos inicios personales que le marcaron. «Esa distancia que teníamos, el echarles de menos y no jugar juntos me hizo más fuerte. Lo pasaba peor viendo los partidos de mis hermanos que los míos. Cuando les daban alguna patada, te salía del alma salir al campo y ‘reventar’ al que le hizo daño. Gracias a que mis hermanos tuviesen lesiones fui capaz de entender que soy un privilegiado por el simple hecho de estar en un rondo porque hay gente que no está sana», afirma.
A Saúl siempre le repetían una frase de pequeño que le terminó marcando. «Mi padre también me decía lo de: “Cuando seas padre comerás huevo”. Y, sí, la vida da vueltas y cometes errores. Mis padres me indicaban que no fuese por ahí que me iba a tropezar y así era. Es verdad que gracias a los consejos me podía levantar más rápido, pero la vida está para que yo la viva. Por ejemplo, mi padre no quería que fuese al Rayo cedido porque mi hermano Aarón había tenido cesiones cuando estaba en el Valencia y luego acabó en muchos equipos. Me insistía en que me quedase en el Atlético. Me decía que qué pasaba si no jugaba en el Rayo y yo le respondía: ‘‘¿Y si juego?’’ Luego volvió a pasar algo parecido. Dos o tres años antes de ir a Londres tuve la opción de marcharme a Inglaterra y mi padre estaba asustado. Pensaba: ‘‘¿Qué quieres papá, que todo vaya perfecto en la vida?’’ Desde los 17 años hasta los 25 ha sido todo perfecto, ojalá hubiese seguido la flecha hacia arriba, todo creciendo, todo positivo, pero y qué: ‘‘¿Estoy ahora peor que antes?’’ No, he madurado, he crecido, me considero mejor persona y mejor jugador, a pesar de que juegue menos. La vida es así y tienes que afrontarlo de la mejor manera», comenta.
"He madurado, he crecido, me considero mejor persona y mejor jugador, a pesar de que juegue menos"
A falta de cuatro partidos para el final de Liga, el Atlético ha vivido un curso marcado por dos vueltas totalmente diferentes a nivel de resultados. «Afrontamos bien los partidos que quedan. Venimos de una buena dinámica, a pesar de la derrota en Elche, que es algo que podía pasar porque siempre hay un momento el que se rompe la racha. Pero el equipo después del Mundial es otro, se encuentra en otra sintonía, jugando bien, con buenos resultados, y ahora queda poco para conseguir entrar en Champions. El cambio se ha ido dando. Antes del Mundial hicimos buenos partidos donde no conseguimos ganar y luego en partidos donde no merecías ganar has ganado y eso te ha dado energía para seguir haciendo las cosas bien. El vestuario sigue siendo igual de bueno que antes, el trabajo del míster sigue siendo igual de bueno que el de antes y al final hemos seguido creyendo y no nos hemos desestabilizado a pesar de los resultados y de la crítica», dice.
Tras la eliminación en Champions empezaron a generarse dudas externas. «A Simeone le ves con las mismas ganas de siempre, la misma ilusión y, al igual que lo sufrimos nosotros, el míster incluso lo sufre más porque al final en el fútbol al que suelen cambiar es al entrenador. Se estaban haciendo las cosas bien, pero no se conseguían resultados y ya te empiezas a volver loco porque dices tenemos que cambiar esta dinámica. Lo más importante que hemos hecho este año es cambiar esa dinámica. Hay equipos muy grandes que han descendido a Segunda División con unos jugadores increíbles porque han empezado mal el año y no consiguen cambiar esa racha. Nosotros entre la unión del club, míster y jugadores hemos conseguido sacar esto adelante, además del apoyo de nuestra afición que, a pesar de los malos resultados, siempre han estado ahí. No creas que hubo un cambio de estilo. El 70% equipo titular es el que ganó LaLiga. A pesar de que el año pasado fue duro, empezamos muy bien la temporada, a partir del tercer-cuarto partido de Liga tuvimos dudas. Lo que más daño nos hace son las dudas. Si seguimos nuestra idea al final el equipo consigue los objetivos. Tenemos la tranquilidad de saber que no solo nos centramos en el resultado, sino también en el trabajo diario. Ves al equipo trabajar y es una pena que no salieran los resultados al principio porque el 90% se basa en resultados. Puedes decir que si el City pierde la final de la Champions es una mala temporada, pero no nos basemos solamente en que no haya ganado porque todo lo que ha hecho es muy positivo. Valoremos el trabajo que hemos hecho que es muy bueno y conseguir los resultados te marca un plus más o un plus menos. Para el club son necesarios ciertos objetivos y los intentamos conseguir», desliza.
"La sonrisa de tu hija te cambia todo, antes en mi vida era todo el rato fútbol, fútbol, fútbol…"
Saúl fue padre de una niña, África, hace poco más de dos años. «Su sonrisa te cambia todo. Antes era todo el rato fútbol, fútbol, fútbol. Llegas a casa en un mal día y viene con una sonrisa para darte un abrazo y te cambia el mundo. Me pregunta mucho por el fútbol y es muy fanática del Atlético. Cuando vamos de casa al cole todo el rato va diciendo: “Papá, Atleti. Papá, Atleti”. Le cantaba el himno para dormirla. Lo disfruta como la que más. He conseguido madurar y entender que el fútbol es el fútbol y soy capaz de afrontarlo todo como venga, pero que cuando acaba el fútbol yo tengo una familia, tengo que llevar a mi hija al cole, llevarla a inglés, luego irme a cenar con mi mujer. Así es la vida. Antes de ser padre no lo entendía», sostiene.
Un emprendedor con un equipo de fútbol
Saúl también invirtió en el Costa City, un club que coordina junto a su hermano Aarón. «El equipo de fútbol es algo que hacemos desde el corazón. Somos de Elche y te sale desde dentro. Llevamos tres años y está siendo muy bonito. La metodología lleva su proceso y eso es lo que más nos llena. Hay muchos jugadores que se van a otras canteras. Hace un mes nos quitaron al director deportivo Raúl Fuster que se fue al Lleida y eso significa que se están haciendo las cosas bien. Nuestro objetivo es formar al jugador. Tenemos un área en el que hablamos con los padres para explicarles todo y se han dado cuenta de que queremos hacer las cosas bien y entendiendo la situación de cada uno. Los padres saben que el equipo es lo más importante de todo. Por ejemplo, el mejor jugador del equipo tuvo malas actitudes con padres y compañeros y tuvimos que echarle. A pesar de eso, el equipo salió adelante mucho mejor. Se respondió y trabajó aún más para conseguir la permanencia. El jugador tiene que querer escuchar y aprender», cuenta.
Por su parte, el proyecto de las bicicletas eléctricas se caracteriza por ir más allá. «El mensaje es claro para que los ayuntamientos entiendan que hay que dar visibilidad a las bicis. Tenemos el modelo MATE CITY que es una bici más cómoda para la ciudad porque pesa menos, es más fina y una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora porque en España no se puede superar ese límite de velocidad, frenos hidráulicos, la bici es plegable y eso es muy cómodo para transportar en cualquier sitio, para subir al metro, autobús. El modelo MATE X es el que más me gusta, un todoterreno, rueda gorda, plegable también, 25 kilómetros, 80 y 120 kilómetros de autonomía, puedes elegir los dos tipos de batería. Yo prefiero la rueda gorda, pero también depende de lo que vayas a utilizar. Veía documentales muy duros, donde sacrifican a los animales y yo por ese camino no quería ir. Conocí a un par de personas, una de ellas es Carlota Bruna, una influencer que ayuda mucho en este cambio», afirma.
El consejo de Germán Burgos sobre su riñón
El año 2015 está marcado para Saúl en rojo. El centrocampista recibió un golpe en el riñón en el partido ante el Leverkusen. «Ese golpe fue un momento complicado, el hecho de cómo actué después del golpe me cambió. Eso hizo que cambie mi estilo de vida, que valore más el poder competir, entrenar y hacer las cosas como las hago normalmente. Los dos-tres mejores años fueron después de aquel golpe. Si no hubiese sido por Germán hubiera seguido peleando para que me lo quitasen. En una pretemporada me dijo: "Tengo uno y en este tengo cáncer, yo tengo un problema, pero tú tienes dos y si te quedas con uno…". Gracias a él cambié mi mentalidad. No tenía sentido que un niño de 23 años se quite un riñón porque solo funcione un 20%, ahora mismo gracias a la alimentación funciona un 70%. Solamente tengo que hacerme ecografías para ver que todo va bien», dice.
"No tenía sentido que un niño de 23 años se quite un riñón porque solo funcione un 20%"
Saúl fue entendiendo una nueva manera de luchar contra los problemas. «No es lo que nos pasa en la vida, sino cómo lo afrontamos. Trabajo mucho con el coach desde hace bastante e incluso cuando jugaba mucho. Él está más contento conmigo ahora que cuando era joven y jugaba finales de Champions. Yo solo pensaba en el fútbol y si salía mal estaba cabreado un mes. Las horas de fútbol son de fútbol y las horas de familia son de familia. La mayoría de mis tatuajes son justamente de mis orígenes, el reloj tiene la hora de mi debut con el Atleti. Aquí tengo una fecha de cuando fui capitán del Atlético de Madrid que justamente fue contra el Rayo Vallecano y me dio el brazalete Torres. También tengo tatuado palmeras de Elche, La Dama de Elche, nombres de mis perros, medio escudo del Elche y medio del Atleti por sus valores. Los demás son de viajes, un rayito y unas frases que tengo después del golpe en el riñón. Ahora tengo que terminar un par de tatuajes más», zanja.
Dos cesiones llenas de experiencias
Las dos cesiones previas que Ñíguez vivió tanto en la etapa del Rayo Vallecano como la del Chelsea le sirvieron de experiencia para seguir creciendo. Durante la primera aventura en Vallecas salió reforzado en minutos, mientras que en Londres hizo lo propio en lo mental. «Me tatué un rayito gracias a la experiencia que tuve allí porque sin ese paso no estaría donde estoy ahora. Estoy eternamente agradecido al Rayo. Simeone me dijo que allí iba a jugar para coger minutos y le agradecí su sinceridad porque es importante que la gente vaya de cara. Si las personas te dicen las cosas claras se mira lo mejor para todos. Salió muy bien en mi caso y les hago ver que les tengo mucho aprecio. En lo deportivo fue complicado. Recuerdo que después del partido contra el Sevilla en casa que perdimos tuvimos una charla con la afición. Entramos al vestuario y Cobeño nos dijo que si ahora cuando saliésemos del vestuario nos pegaban, nos insultaban o nos decían cualquier cosa que no reaccionásemos. La afición nos llamó para que saliésemos al campo y yo tenía 19 años, no sabías bien, pero la charla era para decirnos que estaban con nosotros y que no nos podían reprochar nada que les daba igual la categoría porque nos estábamos dejando todo. Después de eso ganamos ocho partidos de 10 y conseguimos la salvación solo con esa racha. Allí jugué en muchas posiciones. En Londres también fue una experiencia positiva para crecer como persona e incluso como jugador, ver otra liga me apasionó e intentar aprender inglés que me volvía loco, aunque en siete meses no he aprendido todo lo que me gustaría. Tuve un entrenador que fue magnífico como Tuchel, una institución que fue espectacular y unos grandes compañeros que me ayudaban en todo. Un jugador no viaja solo y hay que entender que la familia es muy importante. A veces, si no sales, pues no lo entiendes. En Madrid tenemos todas las facilidades, pero en Londres mi mujer lo pasó peor que yo», dice.
Paco Jémez y Simeone usaron a Saúl en diferentes posiciones, aunque el futbolista siempre lo tuvo claro. «A día de hoy, ya a toro pasado, hubiese preferido jugar en una sola posición, en centrarme en una posición porque todo cambia y las perspectivas no son las mismas, los tiempos no son los mismos, los recorridos no son los mismos, las velocidades tampoco... Si en el centro del campo haces 12 kilómetros a una velocidad media entre 28-31, en extremo haces menos kilómetros, de lateral haces menos kilómetros, pero haces largas distancias, el perfil no es el mismo porque lo ves todo de cara. Por esas cosas prefieres jugar en una posición. También te digo cuando el entrenador que te lo ha dado todo te viene y te dice que te necesita ahí pues lo que tú me pidas míster, de central pues de central, en la derecha pues en la derecha, de delantero pues de delantero... La intención está en hacerlo lo mejor posible. Yo siempre soy medio, medio, extremo derecha, en función del sistema en los interiores, estar ahí en los tres cuartos de campo porque lo que me gusta es llegar al área rival y hacer goles. En la selección Julen me veía de pivote y luego ya cambió. Que me ves de lateral izquierdo, pues voy a intentar hacer de lateral izquierdo, aunque no sea mi posición porque no tienes los conceptos al final. Filipe Luis me ayudó a entender más esas posiciones», afirma.
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